Laura, Marian, Petra, Ammal, Rocío, Ana, Laia, Cándida… Ni una más

La última víctima de violencia de género tenía orden de alejamiento. No impidió que su pareja la matase junto a sus dos hijos. La historia es tristemente recurrente

Vecinos de Zafarraya (Granada) se abrazan cerca del lugar dónde presuntamente un hombre de 34 años ha matado este sábado a su expareja y a su madre EFE

Un fin de semana que no se puede olvidar. La madrugada del viernes al sábado fueron asesinadas cuatro mujeres y dos menores: Laura, María Angustias, Petra G. y Ammal. Sucedió en Málaga, Granada y Cuenca. Y sus historias no se pueden olvidar.

María Angustias y Laura, madre e hija fueron asesinadas por el exnovio de la joven en Zafarraya, Granada

Laura, de 20 años, y María Angustias, de 49, también conocida como Marian, fueron asesinadas presuntamente por el exnovio de Laura, de 34 años, el viernes por la noche en Zafarraya, Granada. La joven había decidido romper la relación días antes, decisión que él no aceptó.

El viernes por la noche él entró por sorpresa a la vivienda en la que estaba Laura y su madre con una llave (que todavía no ha trascendido cómo la tenía) y comenzó a atacarlas mientras la joven, incluso, hablaba por teléfono con una amiga. Fue la misma que escuchó todo, la que alertó de los hechos a las autoridades. También los vecinos se despertaron al escuchar los disparos, algo que no es común por la noche en Zafarraya, un pueblo tranquilo de 2.000 personas que este fin de semana guarda luto por la muerte de dos vecinas.

Un efectivo de la Guardia Civil precinta el domicilio de Zafarraya (Granada) dónde presuntamente un hombre de 34 años ha matado este sábado a su expareja y a la madre de esta

Después de matar a las dos mujeres, se fue a su casa y con la misma escopeta que había utilizado para matarlas a ellas, se suicidó. No constaban denuncias previas por violencia de género.

Petra G., de 76 años, perdió la vida en Fuengirola a manos de su esposo

Esa misma madrugada Petra G, de 76 años, fue asesinada por su marido Antonio, de 75, en su vivienda de Fuengirola. La estranguló y más tarde intentó quitarse la vida ingiriendo pastillas. Confesó el crimen en una carta que dejó por escrito al pensar que él también moriría.

No existían denuncias previas por violencia de género. De hecho, el matrimonio vivía junto y, según recoge el Diario Sur, “el detenido solía cuidar de la mujer dado los achaques que ella presentaba y nunca había dado muestras de tener un comportamiento violento, al menos entre sus conocidos”.

Edificio en el que la mujer fue asesinada por su marido en Fuengirola, Málaga

El matrimonio tenía dos hijas y dos nietas. Y ambos estaban jubilados como joyeros. Además, vivían entre Córdoba, de donde era ella, y Fuengirola, donde tenían un piso muy cerca del mar. Petra, aunque caminaba con andador, paseaba por el barrio y se juntaba con sus amigas. Los vecinos la recuerdan como una mujer con “carácter tranquilo”.

Ammal, de 44 años, fue asesinada junto con sus dos hijos, de 3 y 9 años, en Las Pedroñeras, Cuenca

Una familiar y compañeras de trabajo denunciaron la desaparición de Ammal y sus dos hijos. No había acudido a su puesto de trabajo en el Ayuntamiento de Las Pedroñeras. Los agentes de la Guardia Civil se acercaron a su domicilio para ver si se encontraban allí.

Al llegar, descubrieron tres cuerpos descuartizados dentro de un congelador en una estancia anexa a la casa. Presuntamente, los habría asesinado su exmarido y padre de los niños, ya detenido, sobre el que constaban varias órdenes de alejamiento. Una en vigor todavía. En su historial delictivo también figuraban denuncias por malos tratos.

Sus nombres se suman a la lista negra de las asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas en lo que va de año. No son cifras, son personas. Vidas rotas que en Artículo14 nos comprometemos a no olvidar:

Fátima Dahan, de 44 años, fue asesinada el 8 de enero en Torroella de Montgrí, en Girona, por su pareja. Fátima trabajaba en un bar de la zona. Su cadáver lo descubrió uno de sus hermanos gracias a la ubicación de su móvil en una zona de campos de la desembocadura del Ter. Allí se encontraba su cuerpo dentro de un coche.

Ana Z., de 56 años, fue asesinada en su domicilio el 12 de enero en Torre del Mar, Málaga, por su pareja Noje V, el cual luego se suicidó. Ella era modista y trabajaba cuidando a personas mayores. Fue su hijo de 34 años el que descubrió el cadáver de su madre.

Rocío, de 44 años, fue asesinada en su casa el 5 de febrero en l’Alfàs del Pi, Alicante, por su pareja. El día de antes, la mujer había acudido a la Guardia Civil con la intención de denunciar a su pareja por malos tratos. Sin embargo, finalmente, no lo hizo. Tenía dos niñas menores que se quedaron huérfanas.

Laila, de 37 años, fue asesinada el 22 de febrero en su domicilio en Olot, Girona, por su pareja. El feminicida se suicidió. Tenía tres hijos de 5, 13 y 17 años que se quedan huérfanos.

Cándida, de 54 años, fue asesinada el 23 de febrero en Aldea del Rey, Ciudad Real, por su marido. En el momento del crimen se le detuvo. Era madre de un niño de ocho años.

Gracia C., de 48 años, fue asesinada en plena calle el 17 de marzo en Pizarra, Málaga, por su expareja. Momentos después, el asesino huyó y se suicidó con el mismo arma. Era madre de una hija de 16 años y un hijo de 23.

Andrea, de 24 años, fue asesinada el 19 de marzo por su expareja en su domicilio, en Palmeira, en A Coruña. El feminicida intentó suicidarse después de matarla. Era madre de un niño de dos años.

Thais, de 34 años, fue asesinada en Amposta, Tarragona, el 1 de abril por su expareja de 47 años. Después de matarla, la descuartizó. El asesino tenía antecedentes por violencia de género y fue detenido el mismo día después de confesar el crimen.

Bianca, de 43 años, fue asesinada el 6 de abril en un piso turístico de Málaga por su pareja de 50 años. Él se encuentra en prisión provisional. La Policía lo detuvo como sospechoso de un homicio imprudente, pues se creía que Bianca podía haber muerto tras una practica de sexo “extrema”.

Vanesa, de 42 años, fue asesinada en El Prat de Llobregat, el 9 de abril, por su pareja, que también mató a sus dos hijos mellizos de ocho años. Después se suicidó en las vías del tren. No constaba denuncia previa por malos tratos y la pareja vivía junto con los dos niños.

Rachida Om Nassim, de 51 años, fue asesinada entre el 19 de abril de 2024, día en el que desapareció, y el 16 de mayo, día en el que se encontró su cadáver. Su pareja intentó huir a Marruecos pero los Mossos d’Esquadra llegaron a tiempo para detenerle.

A. B. F., de 29 años, fue asesinada el 19 de mayo por su expareja en Barcelona. Fue encontrada con heridas de arma blanca en una carretera. Sin embargo, no pudieron hacer nada por salvar su vida. Pocos días después, detuvieron a su expareja y el juzgado decretó prisión provisional, comunicada y sun fianza. La víctima tenía una hija menor de edad.

Natia, de 32 años, fue asesinada el pasado 3 de junio cuando su pareja la tiró desde el balcón de su cuarto piso al vacío. Vecinos declararon a las autoridades que les habían escuchado discutir. Además, a los Mossos les constaba dos peleas anteriores en las que habían tenido que intervenir.

Florica, de 55 años, fue asesinada junto con su hijo Gabriel de 26, el 7 de junio en Benaguasil, Valencia, por la pareja de ella. Utilizó una escopeta de caza para acabar con la vida de las dos personas y después se suicidó.

Nombre y apellidos desconocidos, el 10 de junio murió una mujer de 62 años en Vilarig, Girona, después de pasar dos meses en coma inducido en el Hospital Josep Trueta. Su pareja, el 3 de abril, la pegó hasta dejarla inconsciente. Su pareja ya está en prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa.

Soledad, una mujer de 66 años que fue asesinada por su pareja el pasado 18 de junio en Soto del Real. Él era un policía local jubilado de la zona y la pareja se encontraba en trámites de separación. Después de matarla a ella, la decapitó, escondió su cabeza que fue localizada días después. Fue la hermana de Soledad la que halló los cuerpos al acercarse al chalé preocupada porque no contestaban a sus llamadas. Ni una más.