Es el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina (MGF), una práctica que por remota, arcaica y machista que parezca sigue sucediendo, incluso en suelo europeo y hasta en España. Se calcula que son más de 230 millones de niñas y mujeres las que han sufrido algún tipo de MGF. Según cifras de la ONU, casi 4,4 millones de niñas correrán el riesgo de sufrir esta práctica nociva este año, lo que equivale a más de 12.000 casos diarios.
En nuestro país, una de las mujeres que más años lleva luchando para erradicar la Mutilación Genital Femenina es Asha Ismail, fundadora de la ONG “Save a Girl, Save a Generation”, quien en entrevista con Artículo14 denuncia que se trata de “una de las peores violencias contra la mujer” y que “no es sólo un problema de África”.
Asha Ismail, de la emoción al trauma
Ismail era sólo una niña. “Tenía más o menos cinco años cuando me practicaron la Mutilación Genital Femenina, pero no lo llamaron así”. Ni mucho menos. “Me dijeron que me iban a llevar de viaje. Así que yo estaba todo contenta, porque además iba a ver a mi abuela y durante el viaje tenía a mi madre solo para mí”. Desde Garissa, Kenia, viajó hasta Moyale. “Al llegar todas las señoras decían ‘es mañana’ y me miraban. Yo era el centro de atención”, recuerda Ismail. “Yo quería que llegase ‘mañana’, pensaba que algo especial iba a pasar”.
Esa noche, de la emoción, apenas pudo dormir. Despertó a su madre muy temprano y le dijo: “Ya es mañana”. Su progenitora se levantó, calentó agua y la bañó. Después la mandó, con unas monedas, a una tienda pequeña en la misma calle. “Yo compré las dos cuchillas”.
“Yo compré las dos cuchillas”
Al volver, en casa ya estaban su abuela, su madre y una señora “que venía a cortar”. Pero Ismail no sabía qué estaba pasando. “Me empecé a asustar”. Entonces, la agarraron y quitaron la ropa interior. “Habían cavado un agujero (la casa era de barro) y luego ya me empiezan a cortar”.
Un dolor inolvidable
“Es un dolor que es imposible de olvidar”, recalca Ismail. “Yo he sido capaz de bloquearlo (no olvidarlo) y he convivido con ello toda mi vida. Pero la vida te cambia en ese momento”.
“Lo que me hicieron a mí fue una infibulación (un tipo de MGF) que luego entendí”. Lo comprendió a base de experiencias traumáticas. “Conviví con ello. Los dolores, las infecciones, la menstruación… Todo era un cúmulo de problemas”.
![Violencia](https://www.articulo14.es/main-files/uploads/2025/02/Mutilacion_Genital_Femenina.jpg?x37655)
Tipos de Mutilación Genital Femenina
“Ese día cambia tu vida, pero lo hace de forma permanente”, asevera.
Llena de ira
Ismail se sincera aún más. “Yo tenía mucha rabia. No entendía de dónde venía mi enfado. Ahora lo entiendo. Obviamente fui traicionada por las personas en las que más confiaba en ese momento. Crecí muy rebelde”, admite.
Pero el día que nació su hija Ismail se hizo una promesa a sí misma. “A esta criatura esto no le va a pasar”. Y así empezó su activismo “sin quererlo, era una manera de protegerle a ella”.
![Asha Ismail](https://www.articulo14.es/main-files/uploads/2025/02/asha-ismail-1.jpg?x37655)
Asha Ismail con la entonces presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en una foto de archivo
Al principio estaba sola. No había apenas ni información sobre la Mutilación Genital Femenina. “No conocía a nadie ni a ninguna asociación. Necesitaba aliadas“. Empezó con las mujeres más cercanas, con las de su familia, primas, vecinas, amigas… Comenzó a hablar con ellas, a preguntarles abiertamente si eso que habían pasado tan duro lo querían también para sus hijas. “Ninguna lo quería, pero tenían miedo a la cultura, del qué dirán, de si rechazarán a su hija…”. Ella les argumentaba que ya se enfrentarían a eso más tarde, pero al menos frenar ese dolor y ponía a su pequeña como ejemplo. “Ahí está, bien, sana, creciendo, no le ha caído ninguna maldición, ni ningún rayo o castigo divino”.
Un “movimiento silencioso”
Logró convencer a la mayoría, pero no se lo comunicaron a los hombres de la familia. “Ellos no lo sabían. Era un movimiento silencioso de las mujeres”. Así continúo hasta que llegó a España y fundó Save a Girl, Save a Generation en 2007. “Vi la necesidad aquí también. Había mucha llegada de personas refugiadas, solicitantes de asilo y veía que nadie les daba información y que los médicos en España desconocían esta práctica o no habían visto casos”.
“A España”, recuerda Ismail, “no le preocupaba esto, se veía como algo muy lejano”. No obstante, “hay que aceptar la multiculturalidad, no se puede ignorar lo que está pasando, hay que concienciar. Poco a poco, ‘pico y pala’, hoy somos muchas las que estamos trabajando”. Asimismo, destaca que es importante insistir en que no es algo ajeno a España, no es sólo “un problema de África“.
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La Mutilación Genital Femenina es un atentado contra los derechos humanos de las mujeres
Ella lo describe como “una violencia contra la mujer por ser mujer y punto. No depende del continente en que haya nacido. Es un atentado contra nuestra sexualidad”.
“Las cifras no engañan”, asevera Ismail. “Estamos hablando de 230 millones de mujeres en el mundo y no nos estamos llevando las manos a la cabeza ni tomando medidas globales para proteger a las niñas ni el futuro”. En su opinión, se debe a que se ha “reducido el problema a un continente, a un grupo de personas”. Por tanto, “si las feministas y las mujeres del mundo no lo ven como violencia contra las mujeres, no vamos a llegar a ninguna parte. Tenemos que estar todos unidos”.
En España
El Ministerio de Igualdad recoge que 3.652 niñas en España se encuentran en riesgo de sufrir Mutilación Genital Femenina, pero los datos son de 2020. “Aquí las cifras no son reales. No sé quién recoge los datos ni cómo lo hacen. Me temo que son más elevadas”. De hecho, la Red Europea para el Fin de la Mutilación Genital Femenina estima que en España hay 15.907 mujeres que ya han sufrido esta práctica.
Aisha cree que para la prevención, lo fundamental son las formaciones. “Tienen que existir en el currículum, los profesores tienen que estar formados por si detectan que hay alguna niña en peligro. Los médicos también tienen que estar formados. De hecho, casi todo el mundo tendría que tener esta información a mano para poder prevenir”.
El papel del hombre
“Es curioso porque la finalidad de practicar la Mutilación Genital Femenina es para que las niñas lleguen vírgenes al matrimonio y para que sean fieles a los maridos”, manifiesta Ismail. Aunque las que cortan son las mujeres, el fin es este, “el temor a que sean rechazadas, a que no quieran casarse con ellas sin no han pasado por la Mutilación Genital Femenina”. Por tanto, es muy importante no sólo “formar a las mujeres, que conozcan sus derechos, que sepan que esto es una violencia contra su cuerpo”, pero también “trabajar con los hombres. Que entiendan la violencia y aprendan a apoyar a sus mujeres y a proteger a sus hijas”.
La Carta de Protección
La fundadora de “Save a Girl, Save a Generation” explica que se puede denunciar a los padres que se lo hagan a sus hijas. “En España hay una ley que castiga hasta con doce años de cárcel independientemente de si se hace en suelo español o en el extranjero”. Ismail añade que hay una Carta de Protección, en formato tipo pasaporte, que explica al detalle el Protocolo de actuación y la ley. “Esas herramientas ya existen, lo que queremos es que lleguen a la comunidad, que sepan que tienen ese apoyo y que tienen esa ayuda para proteger a sus hijas a pesar de las presiones. Pero la información no llega”.
Efectos secundarios
Además de todos los riesgos higiénicos, sanitarios, los problemas de fertilidad… la Mutilación Genital Femenina afecta a la dignidad y a la personalidad de las que lo sufren. Ismail es una mujer valiente, rebelde, pero a muchas niñas les genera una inseguridad enorme, tras haber experimentado esa ceremonia tan traumática.
“Es un daño permanente. Es un trastorno psicológico permanente. Porque la angustia, la inseguridad, esa confianza rota, te acompaña a lo largo de la vida“, insiste Ismail. “Algunas niñas a las que se lo hacen de bebés o muy pequeñas, han descubierto que se lo han hecho una vez que han sido mayores. Y empiezan a hacerse muchas preguntas… Hay veces que no es visible. Y cómo estamos tan avergonzadas de hablar de ello, parece que no existe“.
A pesar del tabú, cada vez hay más mujeres que se atreven a ser vocales de ello. “Estaría fenomenal que se compartiera más, para que hubiera más apoyos”, o tener ayuda profesional especializada en esto. “Hay muchas mujeres valientes que intentan seguir adelante, incluso se operan, pero no todas saben que estas posibilidades existen y que pueda hacer vida normal otra vez. Hay gente que tiene tanto miedo de hablar, de descubrir, de tocarse…”, expone Ismail.
Una traición de quien más quieres
Pero Ismail es magnánima. “Hay que entender que los padres no lo hacen por hacer daño. Mi madre lo que pensaba que hacía era protegerme y prepararme para mi futuro (casarme y tener hijos), porque es lo que se esperaba de ella. No lo hacen por maldad, eso hay que comprenderlo”. De ahí que sea tan importante “preparar a las madres”. Hay muchas niñas que descubren a los 11 o 12 años que tienen la Mutilación Genital Femenina, “y qué hacen, ¿se enfadan con sus padres? Eso también hay que trabajarlo, para acompañar en ese proceso a esas jóvenes“, concluye.