Acoso sexual ambiental, la violencia silenciosa que denuncia hoy una trabajadora del CSIC en ‘Salvados’

El periodista Gonzo ha investigado más exhaustivamente sobre las denuncias que constan de acoso sexual sobre el CSIC en el arranque de temporada de 'Salvados'

El periodista Gonzo entrevista en 'Salvados' a una trabajadora del CSIC que denuncia haber sufrido acoso sexual ambiental laSexta

Esta misma noche arranca la nueva temporada de Salvados con un programa en el que investigan las doce denuncias de acoso sexual que constan sobre el CSIC. Para ello, el periodista Gonzo ha podido entrevistar a varias de sus trabajadoras que le han dado una amplia perspectiva sobre este problema.

En el avance del episodio se puede ver como una mujer le explica a Gonzo que ella sufrió “acoso sexual ambiental“. Pero, ¿qué es realmente esto? Según el Protocolo de actuación contra el acoso sexual, el acoso por razón de sexo y el acoso psicológico o moral del Ministerio de Igualdad, el acoso sexual ambiental es un tipo de acoso sexual que tiene el objetivo de producir un contexto intimidatorio, hostil, ofensivo o humillante  en el ambiente de trabajo.

Conductas de acoso sexual ambiental

Son conductas de carácter ambiental las observaciones sugerentes, bromas o comentarios de naturaleza y contenido sexual sobre la apariencia o condición sexual de la trabajadora. También el uso de dibujos o imágenes de contenidos sexualmente explícitos o las llamadas telefónicas, cartas o mensajes de carácter sexual ofensivo.

El diario Público recogía hace unos meses diferentes testimonios de trabajadoras del CSIC que habían vivido acoso sexual ambiental. Una de ellas contaba que “si te pones mallas, te miran el culo, lo notas; si te pones camiseta, te miran el pecho… La verdad es que no sabes qué ponerte de ropa”. Otra mujer denuncia que “se metía conmigo a todas horas, que si tenía el culo gordo o que si no entendía cómo tenía pareja”.

Según la ONG Dianova, el efecto del acoso sexual ambiental es el de “interferir en el rendimiento laboral de la persona y crear un entorno de trabajo hostil”. Explican que no siempre es ese su objetivo, pero sí la consecuencia directa. Así mismo recogen que “no produce un efecto directo sobre las condiciones de trabajo pero incide en el entorno laboral”.

El agresor también podría desprestigiar a la víctima, descalificarla de su empeño profesional u ocasionar cualquier otro tipo de molestias que perturben el clima laboral, según informa la ONG internacional.

El acoso sexual ambiental puede darse principalmente entre compañeros y de superior a subordinada. También podría darse de subordinado a superior aunque es poco común; de superior a subordinada con la colaboración de sus compañeros o entre compañeros con el conocimiento del superior sin intención de evitarlo.

La Universidad Centro Latinoamericano de Economía Humana explica en uno de sus artículos sobre el acoso sexual ambiental que puede darse sin que “necesariamente haya alguna consecuencia laboral negativa directa“. En su revista también defiende que puede darse incluso por parte de usuarios o proveedores de la empresa y que el agresor puede llegar a “presionar psicológicamente a la víctima a través de sus vestimentas o apariencia física”.

Investigación del CSIC en Salvados

A raíz de la desaparición de Carmen Fernández, ya hace un año, se han conocido públicamente doce denuncias por acoso sexual de mujeres en sus puestos del trabajo del CSIC. No obstante, una de ellas le explica a Gonzo en su investigación para Salvados que “probablemente sean muchas más“.

Buque García del Cid del CSIC

Fernández comenzó a trabajar como camarera en el buque García del Cid del CSIC en enero del año 2018. Meses más tarde, en septiembre, denunció públicamente ser violada por un compañero suyo en un camarote durante una expedición. No fue hasta principios de 2019 cuando lo denunció ante las autoridades, aunque el caso se archivó porque ambos llegaron a un acuerdo en el que constaba que “había sido un malentendido”.

Durante los próximos tres años, la gallega estuvo de baja y en terapia psicológica. Tiempo que este presunto agresor sexual aprovechó para lanzar una campaña de desprestigio contra ella a través de WhatsApp con el resto de la tripulación del buque.

Aunque Fernández pidió cambio de barco, no se lo concedieron. Así, la obligaron a embarcar en septiembre del año pasado en una nueva expedición, que duran de dos a cuatro meses en alta mar, pensando que iría su compañero al que había denunciado con ella. Minutos antes de embarcar, se bajó del mismo alegando problemas de salud.

Sin embargo, el día 10 de septiembre, Carmen Fernández desapareció. Desde entonces, muchas mujeres han denunciado públicamente que ellas también habían sufrido acoso sexual en sus puestos de trabajo del organismo público. Investigación en la que ahonda hoy más Gonzo, en Salvados.

TAGS DE ESTA NOTICIA