En un revelador testimonio, Verónica Blume, la icónica modelo de la década de los 90, ha desvelado la angustia y el sufrimiento que escondía detrás de su éxito profesional. Durante una emotiva entrevista en el programa ‘Otro enfoque’ conducido por Jon Sistiaga, Blume compartió detalles de su lucha personal con un trastorno de conducta alimentaria y cómo este afectó su vida durante una década.
“No me identificaba siendo parte de un grupo privilegiado”
Verónica Blume, junto a otras figuras destacadas del modelaje como Judit Mascó, Vanesa Lorenzo y Laura Ponte, experimentó una época dorada en su carrera. Fue aclamada en pasarelas internacionales y revistas de moda. Sin embargo, este éxito exterior contrastaba profundamente con su realidad interna. Al ser preguntada por Sistiaga sobre si la presión de su profesión las había llevado al borde del colapso, Blume no dudó en admitir que ella sí. “Exploté”, dijo.
Con una risa nerviosa, Verónica Blume confesó: “Era muy consciente de que formaba parte de un grupo muy privilegiado. Sin embargo, no me identificaba con ello. Trabajaba como modelo, pero nunca me he sentido modelo ni modélica de nada. Me parece un agobio ser modelo. No quiero ser modelo de nada”. Este sentimiento de desconexión entre su imagen pública y su identidad personal fue uno de los factores que desencadenaron su trastorno alimenticio.
El desorden alimenticio de Verónica Blume
Verónica Blume relató cómo, al llegar a casa después de una jornada de trabajo, se lavaba la cara y volvía a ser ella misma. Sin embargo, este retorno a su verdadera identidad no era suficiente para aliviar la carga emocional que sentía. “No supe encajar bien eso que yo sentía como un peso”, explicó. En su búsqueda de una forma de manejar este conflicto interno, Verónica desarrolló un TCA, un “gran secreto” que mantuvo oculto durante diez años.
Presión estética, trastornos alimentarios… Verónica Blume rememora en ‘Tops’, con Jon Sistiaga, la realidad que vivió detrás de los focos.
‘Otro Enfoque’, a las 22:50h en Cuatro. pic.twitter.com/GzdUYzYpe2
— El Terrat (@ElTerrat) June 5, 2024
“Me quería morir en vida. Con un desorden alimenticio te estás suicidando en vida y haciendo ver que todo está bien”, reveló Verónica Blume, poniendo de manifiesto la gravedad de su situación. Este trastorno no era una cuestión de querer estar más delgada, sino una manifestación de su incapacidad para gestionar su vida y las expectativas impuestas sobre ella. La modelo subrayó que esta experiencia sigue siendo una parte de su vida y que le afecta profundamente. “Todavía me late el corazón muy rápido al hablar del tema. Es una realidad que me va a acompañar para siempre, hay un clic mental”.
La visibilización de los problemas como forma de afrontarlos
Verónica Blume destacó la importancia de abordar y hablar abiertamente sobre estas experiencias. No solo para quienes están en el mundo del modelaje, sino para cualquier persona que pueda estar lidiando con problemas similares. “No hace falta ser modelo”, afirmó, insistiendo en que estos problemas trascienden la profesión y pueden afectar a cualquiera.
Un punto de inflexión en la vida de Verónica Blume fue su embarazo. Durante esta etapa, encontró en el yoga una herramienta invaluable para mejorar su bienestar físico y emocional. El yoga le proporcionó una forma de reconectar con su cuerpo de manera saludable y de encontrar un equilibrio que antes le había resultado esquivo.