En el competitivo y glamuroso mundo del modelaje, las luces de las pasarelas y los flashes de las cámaras esconden una realidad mucho más sombría. Vanesa Lorenzo, una reconocida modelo española, ha alzado la voz para denunciar la cosificación que sufren las mujeres en esta industria. En una reciente entrevista en el programa ‘Otro enfoque’, Lorenzo desveló las duras condiciones y el trato despectivo que muchas modelos enfrentan tras bambalinas.
Vanesa Lorenzo no estuvo sola en esta denuncia. Junto a ella, otras veteranas del modelaje, como Verónica Blume y Judit Mascó, compartieron sus propias experiencias. La conversación dejó al descubierto un patrón alarmante de abuso y explotación que, desafortunadamente, ha sido una constante en el mundo de la moda.
La cosificación como norma
Vanesa Lorenzo relató cómo, desde sus inicios en el modelaje, las mujeres han sido tratadas como simples herramientas para proyectar una imagen. “En la profesión de modelo, eres una herramienta que está aportando una imagen”, declaró Lorenzo, sintetizando en una frase la despersonalización que muchas modelos experimentan. “Eres una fachada que les puedes interesar o no. Yo he sentido muchas veces como un prejuicio de que más allá de esto no hay más”. Este tratamiento deshumanizante no solo afecta a la autoestima de las modelos. También perpetúa una cultura de explotación y abuso.
Verónica Blume, por su parte, reflexionó sobre la falta de conciencia que tenía en su juventud sobre esta cosificación. “Ahora tengo otra conciencia, pero en ese momento me identificaba con ese papel. Si no abro la boca, nadie se va a quejar. He venido a poner una cara y un cuerpo”, admitió la modelo. “No existía en ese momento en mi cabeza el concepto de cosificación del que ahora tanto se habla”.
La cara oculta detrás del éxito y el ‘glamour’
Esto de Veronica Blume y Vanesa Lorenzo. Esta noche TOPS, en #otroenfoque, en @cuatro pic.twitter.com/8hJhLSU7h0
— Jon Sistiaga (@jonsistiaga) June 5, 2024
Por su parte, Judit Mascó aportó una perspectiva aún más inquietante, revelando aspectos oscuros del modelaje que rara vez salen a la luz pública. Mascó habló de fiestas exclusivas donde las drogas y los hombres mayores eran una constante. “Las cosas que me daban miedo me apartaba. Pero alguna vez que fui a alguna fiesta veía cosas que me chocaban muchísimo, de drogas y de hombres mayores con modelos más jóvenes”.
Mascó enfatizó la necesidad de crear un ambiente más seguro y respetuoso para las futuras generaciones de modelos. Subrayó la importancia de la educación y la concienciación sobre los derechos y el bienestar de las modelos, para que puedan protegerse y resistir las presiones del entorno.
Las experiencias compartidas por Lorenzo, Blume y Mascó ponen de manifiesto la necesidad urgente de una reforma en la industria del modelaje. Más allá de las brillantes campañas publicitarias y las exclusivas semanas de la moda, hay una realidad de abuso y cosificación que debe ser abordada con seriedad y compromiso. La visibilización, desde luego, es un comienzo.