Una Semana Santa con (pocos) nombres de mujer

Ya nadie cuestiona la presencia femenina en las procesiones pero sigue habiendo restricciones. Repasamos algunos nombres que han ayudado a la Semana Santa a acercarse (despacito) a la igualdad

María Teresita Laborda logró abrir las puertas a las mujeres de las cofradías reservadas para hombres en La Laguna (Tenerife)
Planeta Canario

Empezamos por María Teresita Laborda Sanz. Quizá el nombre no les suene, pero fue ella quien logró abrir las puertas a las mujeres de las cofradías reservadas para hombres. Tuvo que pelearlo porque la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna, la cofradía de “caballeros” en la que solicitó entrar en 2020, no se lo puso fácil.

Su lucha comenzó en el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Santa Cruz de Tenerife y siguió en la Audiencia Provincial. Ambos le dieron la razón pero el periplo judicial siguió y el Supremo, tras el recurso de la Esclavitud, emitió en 2022 una sentencia defendiendo la autonomía de las entidades privadas para organizarse (por mucho que esa “autonomía excluyese al 50% de la población).

Finalmente y tras pedir amparo al Tribunal Constitucional, este le dio la razón en noviembre de 2024. Así que, gracias a ella, esta Semana Santa es histórica en la isla de Tenerife porque por fin, las mujeres podrán pertenecer a la Esclavitud, constituida en 1659. Si es que todavía les quedan ganas.

De la foto a la paridad

Y es que, tradicionalmente, la Semana Santa no ha sido cosa de mujeres. Bueno, sí. Pero poco. Solo donde ellos querían. Qué típico es, por ejemplo, ver a las Manolas de negro riguroso, peineta y mantilla, tras los pasos de las procesiones. Y qué poco verlas en puestos de más relevancia.

Tomemos por caso la Semana Santa de León. Marca por completo la vida de la ciudad y es de las más antiguas y reconocidas de España. Algunas de sus cofradías tienen más de 400 años de historia y es considerada de Interés Turístico Internacional desde 2002. Un galardón que, aunque no es sencillo de lograr, fue más fácil que hacer que una mujer fuera su pregonera. Inés Prada fue la primera, acá por el año 2004.

Si creen que con esto la igualdad había llegado…se equivocan. Porque una cosa es querer promover una foto histórica y otra lograr la paridad. Veintiún años después de aquella imagen, Marta Franco ha sido la encargada este año del pregón leonés. Entre ambas, 20 pregones y sólo otros dos con mujeres al frente. El marcador está, pues, 20-4 desde 2004. Una cifra que no es demasiado igualitaria, que digamos. Una cifra en la que las mujeres salimos, de nuevo perdiendo.

Mucho por recorrer

Cada vez son más las mujeres que quieren ser costaleras o entrar en la banda o llegar incluso (¿por qué no?) a ostentar un puesto de responsabilidad dentro de la Semana Santa de cualquiera que sea su ciudad.  La sociedad va cambiando y las devotas no quieren que la expresión de su fe se vea limitada a poner las flores o vestir las imágenes (de ahí lo de “vestir santos”, una expresión que para ellos no aplica).

Sin embargo, hacemos un ejercicio que nos sirve para darnos cuenta de que aún queda mucho camino (quién sabe si rumbo al Calvario) por recorrer. Si rebuscamos, por ejemplo, entre los cargos que componen la Junta Superior del Consejo General de Hermandades de la que, sin duda, es la Semana Santa más reconocida de España, la de Sevilla, la imagen nos choca. De las 21 fotos que vemos solo una corresponde a una mujer: la de Dª Esperanza García Perea. Las otras 20 personas, cómo no, son hombres.