Una mirada extranjera sobre el “gran apagón”

El apagón sucedido en España no sólo afectó a los locales, sino también a los miles de visitantes, de otras partes del mundo, que se encontraban en el país

Turistas visitando Madrid
Los turistas fueron parte de los perjudicados por el apagón supranacional

En el corazón de España, el “gran apagón” no solo afectó la vialidad, el consumo en los negocios o la comunicación entre amigos y familiares. También fueron alteradas las rutinas escolares y de trabajo, las clases vespertinas de la gente, e incluso, los planes de viaje de miles de turistas.

Madrid, se ha posicionado como uno de los destinos turísticos urbanos más atractivos del mundo —cerró el 2024 con más de 10 millones de visitantes—, un hecho que sigue comprobándose cuando se camina por Sol, cerca del Retiro o por la Gran Vía. Distintos acentos, tonos de piel, colores de cabello y lenguajes se observan y escuchan por las áreas, brindando color y multiculturalidad a la ciudad.

Los eventos negativos del día

El día de ayer, las personas internacionales fueron parte de los afectados por el apagón supranacional. Existen los que no tuvieron suerte y se llevan a casa anécdotas poco divertidas de uno de sus días de vacaciones.

“Decidimos coger el segundo bus de paseo, pero el trancón fue terrible. Estábamos arriba, en el sol. Nos estábamos cocinando y no nos dejaban bajar. Veíamos cada vez más gente en las calles”, contó la colombiana Juani, que viajaba junto con su esposo Mario, desde Estados Unidos. “Justamente nos bajamos aquí”, dijo mientras señalaba una calle frente al Parque de El Retiro. “Pero porque ya le dijimos al conductor que nos abriera la puerta ahí arriba, porque nos estábamos muriendo de calor”.

Para muchos, la barrera del idioma complicó aún más las cosas: entender qué pasaba era complicado y encontrar a alguien que explicara lo que se decía sobre el apagón no fue tarea fácil. Especialmente, para Addy, una joven canadiense que quedó varada cerca de Córdoba, en su trayecto de Sevilla a Madrid.

“Un hombre salió y sólo hablaba español, nos estaba diciendo que algo había pasado y que no sabían cuándo se iba a arreglar. Pero un buen hombre en el tren nos traducía a todos a los que sólo hablábamos inglés”, explicó. “Después de ocho horas nos evacuaron y nos pusieron en un montón de autobuses. Nos llevaron de vuelta a la estación de tren de Córdoba, donde nos sentamos y dormimos en el suelo. Nos dieron mantas, artículos de aseo, pequeñas bolsas de comida racionada y agua”.

Su amiga y compañera de viaje, Devon, no tuvo una mejor experiencia en su llegada a la ciudad.

“Aterricé en el aeropuerto a las 12.30 justo cuando se fue la luz, así que estaba tratando de llegar a la ciudad desde el aeropuerto. Empecé a esperar el autobús, pero cinco horas más tarde todavía no llegaba. Decidí arriesgarme en la fila para los taxis, que era de varias horas, así que fui a la parte delantera y pregunté si alguien iba al centro y tenía espacio extra en su taxi. Terminé en un coche con otras tres personas que no se conocían entre sí”, explicó la rubia joven. “Llegué al hostal probablemente a las 8 de la tarde. Y como no tenía manera para comprar comida, me fui a la cama sin alimentarme un día entero”, finalizó.

Los buenos recuerdos que quedaron

Sin embargo, hay gente que disfrutó del “gran apagón”. Los planes hechos para conocer la capital de España cambiaron, pero pudieron observar la personalidad de los locales en todo su esplendor, viendo además una perspectiva diferente y más tranquila de la, usualmente, ajetreada ciudad.

“Alcanzamos a darle la vuelta a parques que estaban ahí cercanos al hotel. Estaba muy padre porque se veía mucho la vibra de la gente de acá. Estaban disfrutando del tiempo que les habían dado porque habían salido temprano de trabajar. Vimos mucha gente que estaba jugando en las canchas de básquet, de fútbol, corriendo, algunos sacaron a sus perritos a pasear, algunos salieron con los amigos ahí a platicar y demás. Entonces era una perspectiva diferente”, contó Erandi, joven del área metropolitana de la Ciudad de México.

Además, hubo afortunados que pudieron ver la amistad y compañerismo que surge entre los españoles en los momentos de crisis.

“Había un lugar por nuestro hotel donde alguien puso una radio sólo para que la gente escuchara lo que pasaba, porque nadie tenía internet. Así que había una asamblea gente escuchando la radio que sonaba desde un balcón”, relató el hombre de un matrimonio que no habló de su procedencia.

Y existieron lo que consideran que sus itinerarios no se vieron afectados e, incluso, se llevan divertidos recuerdos de su estancia en España.

“En realidad, no nos perdimos de ningún plan. Fuimos a la catedral por la mañana, y estuvimos allí hasta cerca del mediodía, cuando se cortó la luz. Así que hicimos lo que queríamos hacer”, afirmó Peter, que visitaba Madrid junto con su pareja, Allison. “Y moverse por la ciudad fue divertido. Pudimos ver al presidente saliendo del Four Seasons. No sabíamos qué pasaba, había una gran multitud, gente del Servicio Secreto. Y luego salió y saludó. ¡Lo vimos!”, completó la anécdota la mujer.

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