En el dinámico ámbito urbano de ciudades como Barcelona y Madrid, la gestión del tráfico y el control de infracciones han dado un salto tecnológico con la introducción de los multacars. Estos vehículos, equipados con avanzados sistemas de vigilancia, son una poderosa herramienta en la identificación y la sanción de infracciones de tráfico. De hecho, vienen para optimizar la labor de los agentes de movilidad. Sin embargo, su implementación también ha generado debate y controversia. Era de esperar.
¿Cómo funcionan los multacars en las ciudades?
Los multacars son vehículos equipados con sofisticados sistemas de cámaras y tecnología de reconocimiento de matrículas, capaces de identificar múltiples infracciones en cuestión de minutos. Estos coches pueden detectar vehículos estacionados sin ticket válido, aquellos que han excedido el tiempo de estacionamiento permitido y los que circulan por carriles exclusivos para autobuses o ingresan a zonas de bajas emisiones sin autorización. Además, pueden identificar coches sin seguro, sin la ITV en regla o que han sido reportados como robados.
La operación de estos vehículos es relativamente sencilla, pero extremadamente eficaz. Cuando uno de los multacars identifica un vehículo que está cometiendo una infracción, captura la matrícula y envía esta información a un sistema central. Allí, se verifica si el vehículo tiene autorización o si ha incumplido alguna normativa. Si se confirma la infracción, la evidencia es enviada a un agente de estacionamiento regulado. Es éste quien realiza una comprobación adicional en el lugar. Si el vehículo sigue infringiendo la ley, se emite una multa.
El caso de Barcelona lleva en activo desde el pasado 8 de mayo
Imagen del multacar que se usa en Barcelona (Archivo)
Un ejemplo claro del uso de multacars es el caso de Barcelona, donde un vehículo eléctrico modelo Nissan Leaf ha sido desplegado para sancionar infracciones en carriles bus. Este coche, operado por Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), patrulla las calles durante el horario de servicio de autobuses. Equipado con cámaras y otros dispositivos de captura de datos, el multacar de Barcelona registró en una fase de pruebas una media de 60 infracciones diarias. Las multas por estas infracciones oscilan entre 60 y 200 euros, dependiendo de la gravedad del incumplimiento.
Este vehículo sancionador, que comenzó a operar oficialmente el pasado 8 de mayo, recorre las calles donde se cometen más infracciones. Va siempre acompañado por dos empleados de TMB. Durante los primeros días de su implementación, un equipo de informadores también estuvo presente para educar a los conductores sobre las nuevas normativas y las sanciones aplicables.