Uno de los emblemas más icónicos del Mayo del 68 francés fue la quema de sujetadores por parte de las participantes en las protestas. Aquel gesto se entendió –o al menos quería simbolizar- la liberación de la mujer de la opresión social. Como habían realizado casi cincuenta años antes Coco Chanel y Paul Poiret, considerados junto con Mariano Fortuny y Herniette Negrin los diseñadores que eliminaron el corsé de la indumentaria femenina, aquella revolución quería derribar muros para una nueva sociedad y el sujetador se entendía como una herramienta de control del cuerpo de la mujer.
Han pasado más de cinco décadas de aquello y aquel paradigma de felicidad que parecía abrazar aquella generación no se ha cumplido, al menos tal y como fue concebido. La llamada “tiranía de lo visible”, muy reforzada por las redes sociales, ha marcado una estética que parece haber doblegado por completo a la mujer. Nos encontramos con féminas con más derechos, pero, a la vez que eso sucede, existe un código estético mucho más rígido. Esto, por ejemplo, lo vimos esta semana en la gala del Costume Institute del Metropolitan Museum de Nueva York, donde algunas de las invitadas no podían ni subir por ellas mismas las escaleras ya que sus vestidos no se lo permitían. El corsé que hace siglo y medio se lucía por un convencionalismo social, ahora se lleva para conseguir más seguidores, convirtiéndose así la mujer de nuevo en una esclava.
Frente a esto, y retomando aquel espíritu del 68, parece que se empieza a ver una tendencia que deja el sujetador en casa. Cada vez son más las que afirman salir sin él y, cada vez, podemos aceptar esta opción en más situaciones. La estilista Marina Revenga, de Net a Porter, afirma: “Hay situaciones para todo, no siempre es necesario dejar ver un pecho sin sujetador, pero también es cierto que hoy en día puedes estar en la playa, recién salida del agua, y quitarte la parte de arriba del bañador y cubrirte con un top en el que se transparente el pezón… y no pasa nada”. Alejandra Echevarría, diseñadora de la firma de baño Camacha, afirma: “No es una tendencia que se vea muchísimo en nuestro país, pero en cambio sí nos la podemos encontrar más extendida en redes sociales o vinculada con celebrities”.
El secreto, como todo, es saber cuándo y cómo poder lucir una prenda sin suti. Echevarría lo recomienda para las mujeres con un pecho firme y no muy grande y recomienda, además, lucirlo con un vestido estampado: “Como siempre suele pasar, esta no es una tendencia que quede bien a todas las mujeres. Evitaría los vestidos lisos, que te obligarán a cubrirte el pezón con alguna pegatina si no quieres que se note. Para eso, mejor recurrir a algún estampado”. Revenga, por su parte, afirma: “A mí me parece ideal para una chica con poco pecho que quiera lucir un sleep dress o un estilo boho chic, con alguna transparencia o algún encaje, pero todo tiene su lugar”. Y es que, si lo que la mujer busca es comodidad, la industria ya se ha encargado también de responder a esta demanda.
“Hoy en día en el mercado encontramos muchos tipos de sujetadores. A mí me gustan mucho los de Skims de Kim Kardashian. Su firma te ofrece un montón de opciones, para distintas formas de pecho y de escote”. Esta semana, la firma Etam presentaba sus novedades para esta temporada y en ella encontrábamos también una amplia oferta donde, en muchos casos, se había prescindido de aros o elementos más armados, buscando una comodidad completa… y no solo eso. El sujetador, frente a la tendencia de dejar el pecho al descubierto, ha intentado sumar afines gracias a ser el protagonismo de los mejores looks: “Una camisa de seda en la que se vea un sujetador de encaje o la combinación de bralette con americana me parecen dos opciones muy válidas y muy en tendencia”, reivindica Revenga.
Las que lo tienen más complicado, según las expertas, son las mujeres con mucho pecho. Ambas coinciden en que no es la mejor opción en este caso y es que, aquí, muchas veces vienen también los inconvenientes físicos que se pueden derivar de lucir los senos sin suti: “El sujetador no solo es un elemento más o menos de moda o estético, también tiene una función importante en el cuerpo. Recoge el pecho, ayuda a que no se estropee y puede evitar molestias de espalda”, explica Echevarría. “Pero en esto, como con todo, hay que respetar la decisión de cada mujer”.