El apacible pueblo de Mocejón, en la provincia de Toledo, ha sido sacudido por un asesinato brutal que ha dejado a la comunidad en estado de shock. La víctima es Mateo, un niño de 11 años que fue atacado en el polideportivo municipal bajo circunstancias que han hecho que los vecinos se sientan profundamente inseguros. El hecho de que el asesino supiera exactamente cómo entrar y salir sin ser visto ha levantado sospechas sobre si es alguien del propio pueblo. O si, de alguna manera, estaba bien informado sobre los detalles del lugar.
El crimen tuvo lugar en el polideportivo municipal ‘Ángel Tardío’. Un lugar que, aunque suele quedar cerrado por norma habitual los domingos, estaba abierto debido a un torneo de pádel. La ubicación del asesinato, en una parte del complejo deportivo que queda lejos de la vista, ha sido un factor clave en las especulaciones. En el extremo más apartado del polideportivo de Mocejón, la alambrada de la valla presenta un hueco. Una entrada oculta conocida solo por quienes frecuentan el lugar.
Los niños del pueblo utilizan ese acceso para entrar al campo de fútbol cuando el polideportivo está cerrado. Sin embargo, ese domingo el acceso fue usado con intenciones siniestras. Los vecinos de Mocejón creen que el asesino aprovechó este hueco en la valla para entrar dentro del recinto y cometer el crimen sin ser detectado por los adultos que se encontraban más cerca de las pistas de pádel. Es decir, los vecinos sugieren que el asesinato estaba más que premeditado. Para colmo, las pistas que el homicida ha dejado por el camino apuntan hacia la posibilidad de que estuviera buscando exclusivamente a Mateo. No obstante, en estos momentos no hay ninguna certeza. La investigación sigue en curso.
¿Cuáles son las hipótesis de los vecinos de Mocejón?
Inmediatamente después del asesinato, las conversaciones en Mocejón giraron en torno a la identidad del asesino y su conocimiento del lugar. Los habitantes están convencidos de que solo alguien que conoce bien el polideportivo podría haber usado ese acceso tan específico. Esto ha llevado a especular si el asesino es alguien del pueblo o si había pasado tiempo observando y planeando el crimen.
La hipótesis principal es que el asesino era un joven de entre 16 y 17 años, según testigos presenciales. El homicida habría accedido al polideportivo por el hueco en la valla. La descripción del sospechoso es vaga, lo que ha incrementado la ansiedad entre los residentes, quienes se preguntan si el criminal sigue entre ellos, pasando desapercibido.
Otro aspecto que intriga a la comunidad es la ruta de escape del asesino. En lugar de tomar una salida más discreta a través de los caminos rurales que rodean el polideportivo, el asesino optó por una huida rápida a través de la calle principal del pueblo, poniendo en riesgo su captura al ser visto por varios testigos.
Este detalle ha generado debate entre los vecinos de Mocejón. ¿Por qué un asesino tan meticuloso en su entrada y ataque cometería un error tan obvio en su fuga? Las teorías van desde un error de cálculo hasta una posible provocación. Sin embargo, la realidad es que la investigación está aún en curso y muchas preguntas permanecen sin respuesta.