SEX O NO SEX

Señales que delatan si eres sexualmente compatible con tu pareja

Algunos puntos en común ayudarán a descifrar la compatibilidad entre diversas parejas

Uno pone el termostato a 19 grados y el otro lo sube tres grados más. A uno le apetece sábanas de raso y al otro de franela. Uno desea pasión y el otro se conforma con calidez. Si uno dice pescado, el otro pide carne. Diríamos que una pareja así está al borde del desgarro, pero no son más que matrimoniadas cotidianas al estilo de las que protagonizaban Pepa y Avelino en “Escenas de matrimonio”. La verdadera piedra de toque que decide si hay o no compatibilidad sexual está en esos dos cuerpos cuando se encuentran.

Llegado ese momento, Pepa y Avelino, por decir un par de nombres, serán compatibles si uno susurra al oído lo que el otro desea escuchar. Si afinan los violines cuando hay disonancia. Dará igual que el tejido sea franela, seda o raso porque, bajo las sábanas, todo se vuelve voluptuosidad. Cuando los cuerpos abrasan consiguiendo encontrar ese punto en común que el termostato les negaba. Y si uno muerde, el otro saborea. Habrá compatibilidad cuando esos deseos, siempre frágiles, caprichosos y estacionales, consiguen fundirse.

Cada sexólogo tiene su propio cuestionario para valorarla o cuantificarla. Hasta la astrología se ha metido de por medio ofreciendo algunos consejillos para quien se la crea, como que un Aries y un Tauro juntos son capaces de elevarse al séptimo cielo. Cualquier descripción podría ser válida si habla de entendimiento, conciliación y armonía, incluso en la forma de arreglar las disimilitudes sexuales. Y si algo debe quedar claro es que compatibilidad no significa exactamente afinidad, sino disposición a explorar y escuchar los deseos y fantasías de la otra persona, celebrar los placeres y entender las señales de su cuerpo, pero respetando sus límites y líneas rojas.

Nuestros cuerpos están programados fisiológicamente para disfrutar del sexo con un gran número de individuos. No hacer falta ninguna ciencia para ello. La compatibilidad sexual es más compleja. Exige fluidez en las sensaciones, el deseo, los comportamientos, las posturas, el movimiento. Incluso en los tropiezos, para poder reír juntos. ¿Cómo identificar si eres compatible con tu pareja? Es tan fácil como sentir que el sexo funciona bien y valorar satisfactoriamente tu vida erótica. Si esto es así, será de paso el mejor síntoma de una relación saludable.

Otra opción es la inversa. Es decir, descubrir esos indicios de una relación sexualmente incompatible. Será así si uno de los dos se siente incómodo, inapetente, ajeno absolutamente a los apetitos del otro o con rechazo a esos olores que deberían estimular la libido. En todo ello la falta de sex appeal o atractivo puramente erótico puede tener mucho más peso que una atracción física o más incluso que el amor. No siempre esa persona con la que estás dispuesto a compartir colchón, confidencias a media luz, mesa y mantel y un proyecto de vida tiene tu misma talla sexual. Esta es una pieza clave en la plenitud de la pareja, el secreto de las parejas sexualmente satisfechas y el que mejor puede garantizar que las ganas no flaqueen cuando fallan otras circunstancias vitales.

Para los amigos de los pasatiempos, el psicoterapeuta francés Patrick Estrade ha colaborado en un cuestionario que ayuda a evaluar la compatibilidad sexual a partir de algunas señales. La primera es el sentimiento como base que soporta toda historia de amor. Si se debilita, la estructura se tambalea y es muy probable que uno de los dos sienta la tentación irrefrenable de salir corriendo alegando como excusa aquello de “se nos rompió el amor”. Ese sentimiento mutuo es primordial para valorar la relación, trabajar para avivar la chispa, sentir aprecio o regalar elogios.

La siguiente pista es la comunicación, puesto que hace posible un entendimiento recíproco en cuanto a apetencias, pero también da el valor para hablar de esas zonas grises que guardan pensamientos o deseos difíciles de expresar. “Es necesario crear un espacio común armonioso y respetuoso con la singularidad de cada cónyuge”, señala Estrade. Otro de los requisitos que marcan, en su opinión, la compatibilidad sexual no deja de sonar paradójico: distancia. Para medirla habría que encontrar el punto exacto entre la cercanía, que permite el apego, y la lejanía, con su punto excitante de sorpresa.

La compatibilidad sexual requiere, definitivamente, tiempo y dedicación para conocer los gustos del otro y los propios, y así poder acortar esa brecha que suele existir entre deseo y realidad. Significa sentirse respetado y querido, no aburrirse en la cama, borrar de la cabeza la idea de tener que complacer al otro o ceder a su presión, que la frecuencia de las relaciones íntimas sea suficiente y satisfactoria para los dos, identificar qué cambios habría que hacer para poder expresarlos, sentirse cómplices al hablar de sexo y sanar previamente heridas, si es que las hay. Todo esto ocurre solo en una relación que es cooperativa, no una lucha de poder.