En un giro inesperado de eventos que unen la política con la moda de calle, el Primer Ministro británico, Rishi Sunak, ha sorprendido a todo el mundo en Reino Unido. Con el simple acto de vestir unas zapatillas Adidas Samba durante una entrevista en Downing Street, el mandatario parece haber sellado el destino de este emblemático calzado. De un triunfo entre los influencers a un paria de la moda. Lo que no haga la política…
Todo un clásico que ahora se rechaza
Adidas Samba, un diseño clásico que ha trascendido ya unas cuantas generaciones, se convirtió en el centro de la inesperada controversia cuando Rishi Sunak decidió usarlas para promocionar sus políticas fiscales. Este calzado, que una vez fue alabado como “el calzado It de este año” o “el zapato oficial de la temporada”, ha sido el preferido entre todo tipo de públicos. Desde raperos hasta supermodelos, y todos los que caen en medio.
Sin embargo, el efecto de Rishi Sunak ha sido devastador. Según el Evening Standard, estas zapatillas estaban tan de moda que en Londres nunca estabas a más de dos metros de distancia de unas. Ahora, la asociación con un político ampliamente criticado ha cambiado radicalmente esa percepción. De la noche a la mañana, las zapatillas ya no son tan guays como parecían. Es más, son todo lo contrario.
La reacción de los medios a las Adidas Samba de Rishi Sunak
Los medios de comunicación reaccionaron con rapidez al cambio de estatus de las Adidas Samba. La revista GQ incluso publicó un artículo de opinión instando al Primer Ministro a dejarlas en paz. El Daily Mail entró en la refriega, criticando a Rishi Sunak por intentar “parecer normal”. Calificó el movimiento como un fallo. En las redes sociales, la situación fue acogida con humor y una pizca de sarcasmo. Ha habido tweets que lamentan la “difícil situación” de la comunidad Adidas Samba y especulaciones jocosas sobre posibles maniobras de sabotaje por parte de competidores como Nike.
¿Qué va a hacer Adidas al respecto?
Para Adidas, el efecto Rishi Sunak plantea un dilema inesperado. ¿Cómo manejar la repentina politización de un producto que ha sido un pilar de su línea durante muchas décadas? Aunque la compañía no ha hecho ningún comentario oficial, el futuro de las Samba se presenta algo incierto. Cabe la posibilidad de que su asociación con un político impopular disminuya su atractivo en el mercado. Nunca se sabe realmente cómo funciona el mercado. Pero una de las pocas que son ley en la industria es sencilla: la gente manda. Si la gente deja de vestir Samba, se acabó el negocio.