Hablan las niñas de la polio: “Queríamos recordarles que estamos vivos, que seguimos aquí”

Unos 50.000 niños y niñas españoles no recibieron la vacuna de la poliomielitis durante el franquismo. Aún hoy, sufren las consecuencias de esta enfermedad

Ha sido una de las imágenes de la semana. Una mujer (después supimos que se llamaba Victoria Ibáñez) era desalojada de una de las tribunas destinadas al público en el Congreso de los Diputados. No fue una acción violenta, casi más un acompañamiento que una expulsión. Pero pese a la suavidad del gesto, hacerlo ha supuesto con certeza una acción contraproducente. Al menos si de comunicación política hablamos. Porque esas voces que no pudieron sonar allí, han suscitado el interés de muchos medios y también de una parte de la población. “Queríamos recordarles que estamos vivos, que seguimos aquí”, nos cuenta la propia Victoria, que no tarda en estar disponible para Artículo 14. “Sentí muchísima impotencia porque yo quería que me escuchasen y que me comprendiesen. Entonces… bueno, pude decir algunas cosas de las que quería decir y la verdad es que los diputados estuvieron todos muy callados, pero me hubiera gustado haber podido decir más”. No le gustó nada que la sacaran del hemiciclo. “A mí me sentó muy mal.

Yo vivo en Collado-Villaba (Madrid). Otras viven en Almería o por toda España. Hicimos un esfuerzo para ir y que después de todo esto no nos hagan ni caso…”, se lamenta. Sin embargo, el minuto que logró hablar fue todo un logro, ya que no está permitido hacerlo desde las zonas destinadas al público. Flaco consuelo. “No tenemos ninguna ayuda de ninguna clase”, reclamaba en el hemiciclo. Un poco más calmada, nos lo explica. “Desde 1959, que fue el año en que me dió a mí la polio, he pasado por muchísimas intervenciones y, a día de hoy, no recibo ningún tipo de fisioterapia ni nunca nos han indemnizado con ningún tipo de de nada.”

El miércoles en el Congreso, Victoria no estaba sola. ”Yo pensaba que iba a ir todo bien”, nos cuenta Isabel Orio. A ella la vimos fuera, las cámaras del Congreso no llegaron a captar su imagen. También le supo a poco el tiempo que logró arañarle a la sesión parlamentaria para su reivindicación. “Solamente me dio tiempo a decir: justicia para los niños de la polio”.

Isabel sigue hablando. Nos cuenta que esas niñas y niños que contrajeron la enfermedad durante la dictadura necesitan rehabilitación frecuente. También, que no reciben subvenciones. “Somos los olvidados”. Por eso, no poder intervenir en condiciones le dejó un sabor agridulce en la boca. “Me dio mucha impotencia y salí llorando de ahí. También tengo que reconocer que a mí no me trataron mal y me iban consolando. Los propios empleados del Congreso me dijeron que teníamos razón, pero que ellos tenían que hacer su trabajo”. Le preguntamos si alguien se ha puesto en contacto con ellas, si alguien del Gobierno o de la oposición las ha llamado en estos dos días. ”A la salida bajaron de varios partidos, pero no se ha puesto nadie en contacto. Solo vosotros, los periodistas”. Victoria se suma a esta idea: “Yo espero que la semana que viene tengamos una…algo. Algo” .

La vacuna y el fin de la enfermedad

En España, una vacuna hizo que pasásemos de más de 2.000 casos de polio diagnosticados al año en 1960, a 62 en 1965. Las investigaciones del doctor Florencio Pérez Gallardo hicieron posible que la vacunación arrancase en León en 1963. Fue Rafael Nájera quien puso la primera vacuna, la de Sabin, en nuestro país. En concreto, a una niña. Pero para muchos pequeños, el pinchazo no llegó a tiempo. Aún hoy, algunos de ellos y ellas siguen sufriendo las consecuencias de esa enfermedad vírica a diario.

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