“Yo creo en las energías, creo que hay personas que son capaces de recibir información que va más allá de lo científico. Por eso confío en ellas para entender cómo dirigir mi vida”. Laura tiene 36 años y lleva desde hace diez aproximadamente confiando en “la magia”, como ella la llama. En su caso, aunque ha variado y ha probado diferentes opciones, confía en una vidente de Córdoba a la que a menudo le hace preguntas sobre su vida amorosa, laboral y acerca de las pistas que la ayuden a que sus relaciones, tanto familiares como románticas y de amistad, se mantengan a lo largo del tiempo.
“He probado todo tipo de terapias, he ido al psicólogo durante años, he ido a grupos de apoyo… Pero a mí lo que más me funciona es hablar con una vidente”. Es incapaz de definir bienes concretos que haya recibido gracias a su “guía espiritual”, pero sí acepta como verdaderas las palabras que le ofrece sobre su personalidad, su forma de relacionarse o sus decisiones vitales. Y lo hace también a la hora de escoger el número de la Lotería: “No me ha dicho un número exacto, pero sí me ha revelado si se va a tratar de un número par o impar”, dice confiada.
El negocio de las predicciones
Con la llegada de la temporada navideña y el esperado sorteo de la Lotería de Navidad, proliferan las ofertas de videntes y pitonisas que aseguran tener la capacidad de predecir los números ganadores. Estas prácticas, lejos de ser inofensivas, pueden derivar en estafas que afectan económicamente a personas vulnerables y esperanzadas en cambiar su suerte.
En España, figuras como Sandro Rey y el Maestro Joao han ganado notoriedad al proclamar públicamente sus predicciones sobre los números que resultarán premiados en la Lotería de Navidad. Estas afirmaciones, aunque carecen de fundamento científico, atraen a un público que busca certezas en medio de la incertidumbre. En el caso de Sandro Rey, ha dado su predicción: el 88982. Para llegar a este número, al vidente se le presentaron tres cifras que había dicho la inteligencia artificial y él eligió el que mejores vibras le daba. “Lo que me hace decantarme por un número es una sensación, como tener frío o calor”, explica en una conversación con El Español.
Durante el programa Anda Ya de los 40 Principales, el Maestro Joao ha asegurado que la terminación del Gordo será en 40. Pero ha ido más allá y se ha arriesgado a dar un número completo: el 35040. ¿Tiene alguna base científica o estadística la predicción de Maestro Joao? La respuesta es sencilla: ninguna. La Lotería de Navidad es un juego de azar, y como tal, los resultados son completamente aleatorios. Sin embargo, la creencia en la suerte, en los números cabalísticos y en las predicciones es parte de la magia de este sorteo.
Otra, como la vidente gallega María Jacaranda, ha explicado también cómo había llegado a su predicción. Lo primero que se ha revelado es la terminación de este ansiado número: acaba en 3. Poco a poco, hemos ido conociendo más detalles (empieza por 7) hasta conocer el número completo y que muchos irán corriendo a comprar. Lo venden algunas administraciones de Murcia y Cantabria. Lo primero que se ha revelado es la terminación de este ansiado número: acaba en 3. Poco a poco, hemos ido conociendo más detalles (empieza por 7) hasta conocer el número completo: 72363. Sin embargo, ninguna de las veces que ha predicho el número ha acertado: ni ella ni ninguno.
Además, los servicios de estos videntes no son económicos. Las consultas pueden oscilar entre 50 y 150 euros por sesión, dependiendo de la reputación y demanda del “profesional”. Además, algunos ofrecen servicios premium, como rituales de buena suerte o amuletos personalizados, que incrementan significativamente el costo para el cliente.
Testimonios de víctimas
María, una mujer de 45 años que prefiere mantener su identidad en el anonimato, relata su experiencia: “Estaba pasando por una mala racha económica y emocional. Vi un anuncio de una vidente que aseguraba poder predecir los números de la lotería. Desesperada, pagué 200 euros por una consulta y un amuleto que supuestamente me garantizaría la suerte. No solo no gané nada, sino que luego me pedía más dinero para ‘potenciar’ el ritual”.
Casos como el de María no son aislados. En 2021, la conocida vidente Pepita Vilallonga fue condenada a dos años y medio de prisión por estafar 31.000 euros a una clienta, prometiéndole eliminar un supuesto “mal de ojo”. Estas situaciones evidencian cómo algunas personas se aprovechan de la vulnerabilidad y desesperación ajenas para obtener beneficios económicos.
La predisposición femenina a estas estafas
Diversos estudios señalan que las mujeres son más propensas a acudir a servicios de adivinación y, por ende, a ser víctimas de estafas relacionadas con estos. Según datos del Servicio de Inspección Postal de Estados Unidos, millones de personas caen víctimas de estafas a manos de psíquicos cada año, y una proporción significativa de estas víctimas son mujeres.
Desde una perspectiva antropológica, se ha argumentado que las mujeres, al asumir roles tradicionales de cuidado y protección, pueden buscar en la adivinación una forma de obtener seguridad y control sobre el futuro de sus seres queridos. Esta búsqueda de certezas en momentos de incertidumbre las hace más susceptibles a confiar en quienes afirman tener respuestas a sus inquietudes.
El modus operandi de las estafadoras
Los estafadores suelen utilizar técnicas de manipulación psicológica para ganarse la confianza de sus víctimas. Inicialmente, ofrecen una consulta gratuita o a bajo costo, donde proporcionan información general que puede aplicarse a muchas personas. Una vez establecida la confianza, comienzan a sugerir la necesidad de rituales o amuletos específicos para atraer la suerte en la lotería, incrementando progresivamente el coste de sus servicios.
Además, emplean tácticas de urgencia, afirmando que es necesario actuar rápidamente para aprovechar una supuesta “ventana de oportunidad” cósmica o astrológica. Esta presión induce a las víctimas a tomar decisiones precipitadas y desembolsar grandes sumas de dinero sin reflexionar adecuadamente.
A pesar de la proliferación de estas prácticas, las autoridades enfrentan desafíos para regular y sancionar a los estafadores de la lotería. Muchas veces, las víctimas no denuncian por vergüenza o por creer que no recuperarán su dinero. Sin embargo, es fundamental que quienes hayan sido engañados acudan a las autoridades para evitar que más personas caigan en estas trampas.
La ilusión de ganar la lotería puede llevar a algunas personas a buscar atajos a través de videntes y pitonisas que prometen predecir los números ganadores. Sin embargo, estas prácticas, además de carecer de base científica, pueden derivar en estafas que afectan emocional y económicamente a las víctimas. Es esencial fomentar la educación y el pensamiento crítico para reconocer y evitar estas estafas, así como promover la denuncia de quienes se aprovechan de la vulnerabilidad ajena para lucrarse.