A medida que pasan los días tras el paso de la DANA por el este de España, y especialmente por la provincia de Valencia, emergen historias de ciudadanos que arriesgan su vida por salvar a desconocidos. Sin estas acciones heroicas, reveladas en los últimos días, el balance de víctimas, ya de por sí trágico, podría haber sido aún más devastador.
Entre estas historias destaca la del párroco de San Ramón Nonato en Paiporta, uno de los municipios más golpeados por el temporal. En esta localidad, el saldo de fallecidos asciende a más de 60, cifra que podría continuar aumentando en los próximos días. La actuación de este sacerdote, sin embargo, permitió que seis personas lograran ponerse a salvo, ofreciendo un rayo de esperanza en medio de la catástrofe.
XXX escuchó golpes en la puerta y, dejándose la vida por la fuerte corriente que ya arrastraba todo lo que se encontraba a su paso, consiguió abrir la puerta y salvó a seis personas que estaban agarradas de la cornisa.
También Gustavo Riveiro, párroco de San Jorge, relata cómo interrumpió una celebración en la iglesia al escuchar a unas vecinas decir que se había desbordado el barranco y que “bajaba el agua con fuerza”. “Salí al altar e interrumpí una adoración eucarística que se estaba celebrando en ese momento. No todo el mundo lo entendió, pero me empeñé en vaciar la iglesia rápidamente, y eso nos salvó a todos. En menos de media hora el templo estaba inundado: si nos hubiéramos quedado, ahora mismo estaríamos muertos”.
La misma suerte corrieron “las otras dos parroquias del municipio, la de San Ramón Nonato y la de la Inmaculada Concepción”: “De hecho, ellas, al estar en una posición más baja, se llenaron de agua por completo. Aunque, en este sentido, lo peor que he visto se dio en la vecina Picanya, donde fue terrible la imagen de los santos flotando por la calle”.
“Las consecuencias van a ser dramáticas”
Salvador Pastor, párroco de Nuestra Señora de Gracia del barrio valenciano de La Torre, asegura que se trata de un barrio humilde, “un barrio trabajador con familias que viven en condiciones muy básicas, por lo que las consecuencias van a ser dramáticas”. “Confiamos en que declaren la zona catastrófica, porque si no, los vecinos no van a poder hacer frente a esta situación tan terrible”, explica a Artículo14, mientras destaca que “es difícil hacer un balance de familias afectadas: sólo en Cáritas parroquial se atiende cada semana a unas 190 familias, y esto ha afectado a muchísimas más, por lo que la totalidad podría superar el medio millar”.
El sacerdote valenciano lamenta que en estos momentos no pueden “ofrecer ningún tipo de ayuda material desde la parroquia, ya que se encuentra totalmente inundada, con un metro y medio de agua, y casi tres palmos de barro, tanto en las dependencias como en la sacristía. La puerta del templo está colapsada por una pila de vehículos amontonados por la fuerza del agua y carece de red eléctrica”.
El párroco valenciano asegura que “el efecto de la DANA ha sido devastador”: “En esta zona no estaba lloviendo, pero llegó toda el agua de los barrancos que se han desbordado, y entró con tanta fuerza que anegó el barrio entero, exceptuando algunas zonas más elevadas de las viviendas; fue como un tsunami. La Torre es un barrio con muchas viviendas de baja altura, a pie de calle, que junto a comercios y locales han sido completamente inundados”.
“Nos encontramos en plena crisis. Muchos vecinos que tienen familiares en la otra parte del puente han intentado acceder por una pasarela, a cuyo acceso llegaban con agua hasta las rodillas, pero las autoridades han advertido que nadie se mueva”, contaba a Artículo14 tras las primeras lluvias.
En estos momentos todavía siguen rescatando gente que ha quedado atrapada en las viviendas. “Durante toda la noche los efectivos de las fuerzas de seguridad y rescate han estado trabajando, trasladándose por el barrio con zodiacs”. Muchas personas han sido acogidas por familiares que se encontraban en puntos más altos del barrio y la gran mayoría están siendo trasladados a centros de acogida habilitados por las autoridades”, ha informado.
“Están en shock pero hay mucha solidaridad”
El párroco de Nuestra Señora del Rosario de Sedaví, César García, explica que horas después de la tragedia “están en shock; parece un sueño, pero es una realidad”. El sacerdote señala a Artículo14 que la parroquia se ha puesto a disposición del ayuntamiento de la localidad para lo que puedan ayudar, y está movilizando a los educadores más jóvenes para que puedan ayudar en todo lo que necesiten.
“Hay mucha solidaridad. La gente está ayudando a las personas mayores, abriendo alcantarillas. También anoche abrieron sus casas para todos los que necesitaban resguardarse. De hecho, en mi finca acogimos a una docena de personas que no llegan a su casa y el agua ya les llegaba por la cintura”, añade. El templo parroquial, explica, también se ha visto afectado por el lodo y el agua y el despacho parroquial se ha perdido por completo. “En estos momentos nos dirijimos a Dios para que nos ayude”.
“Los más afectados son los que más cerca debemos tener”
El Arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, celebró el miércoles la misa en la Basílica para dirigir unas palabras a los afectados por la tragedia de la DANA: “A todos los que sufren, que sientan en nosotros una mano amiga, una mano de hermano que sabe compadecerse y estar atentos a sus necesidades. A las personas que en estos momentos se han quedado sin casa, que están sufriendo, queremos manifestarles solidaridad y cercanía de la Iglesia y en la medida de nuestras posibilidades, acompañarles y atenderles en sus necesidades”.
El Arzobispo de Valencia ha enfatizado la magnitud de la tragedia: “Me gustaría dirigir en estos momentos unas palabras a las víctimas, a sus familias, a los que han sufrido situaciones dramáticas. Muchos, gracias a Dios, han superado la situación, pero también hemos de pensar en todas estas personas que han pasado la noche angustiadas en situaciones dramáticas, atrapadas muchas veces por el agua y sin poder llegar a su casa. A ellos, a sus familias que tanto han sufrido esta noche también, los tenemos presentes en nuestra oración por los difuntos. Oramos por ellos y también por todas las personas que se han visto afectadas en este momento. Los cristianos nos sentimos miembros de la familia humana, y también la Iglesia tiene que vivir como una familia”.
Benavent también ha dado una palabra a todos los cristianos: “Los más afectados son los que más cerca debemos tener. Los que más sufren son los que más cerca están en el corazón de una madre. Por eso os invito a todos a orar ante la Santísima Virgen María. En primer lugar, por los que han perdido la vida en esta gran tragedia. Así manifestaremos también que somos hijos de la Virgen de los Desamparados. Los desamparados de nuestra sociedad son precisamente estas personas que en estos momentos más necesitan de cercanía, de afecto, de solidaridad, que ellos estén en el centro de nuestro corazón”.