Son datos extremadamente duros. Pero hoy, día 10 de septiembre, es el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, y es necesario recordar estas cifras para poder poner fin a esto en un futuro cercano.
Al año, la OMS calcula que 800.000 personas se suicidan en el mundo. Una cifra que supone una víctima cada cuarenta segundos. Dos cada minuto y medio. En España, la incidencia por suicidio descendió en 2023 dejando de ser la principal causa de muerte externa. Aun así, el año pasado en nuestro país, se produjeron 3.952 suicidios, once al día. De ellos, mil fueron mujeres. Además, Diaconía España, a través del Proyecto Zoé (vida, en griego), estima que al año lo intentan más de 80.000 personas.
Nunca guardar el secreto: entre su confianza y su vida
Las personas que estén pasando por una situación así, necesitan prevención y apoyo social, según explica Cristina Yebra, coordinadora del Proyecto Zoé. “Necesitan una red tupida de apoyo social enorme para poder sanar y recuperarse”, aclara.
Sin embargo, en muchas ocasiones, no es fácil saber cuándo una persona puede estar pasando por una situación así. Por ello, Yebra aconseja fijarse en diferentes señales: frases como “no puedo más” o “estaría mejor muerto“, aislamiento social, regalar objetos de alto valor sentimental sin venir a cuento, cambios bruscos de humor, una bajada abrupta de las notas en el caso de los adolescentes… Todas estas situaciones pueden advertir “de que alguien puede estar pasando por una experiencia suicida”, alerta Yebra.
Una vez reconocido esto, la persona que esté a su lado debe “favorecer un espacio cercano” en el que sin juzgar, la persona con ideas suicidas “pueda drenar emocionalmente y hablar de ello sin tabú”. Sin embargo, tampoco es fácil construir este espacio, por lo que la coordinadora aconseja empezar esta conversación brindando el total apoyo a la persona con frases como “te veo triste, quiero saber qué te ocurre, qué sucede en tu vida. Quiero estar a tu lado y buscar una solución juntos“. En este punto es importante señalar que se deben evitar frases como “no estarás pensando en hacer una tontería”.
Con este espacio construido, después, es importante según señala la coordinadora del Proyecto Zoé “nunca guardar el secreto“. Pues el siguiente paso es pedir ayuda a un profesional sanitario y como dicen desde Diaconía España, “entre su confianza y su vida nos vamos a quedar siempre con su vida“.
Yebra aconseja hacer dos preguntas a la persona que tenga estas ideas: cómo y cuándo lo iba a hacer. Señala que estas cuestiones son importantes porque “si la persona ya tenía establecido el plan de suicidio existe un mayor riesgo por lo que habría que acompañar a la persona a un servicio de emergencias”. En cambio, “si la persona ha pensado en ello pero no tiene un plan establecido , lo ideal es asistir a atención primaria o si ya está en atención psicológica, a su terapeuta”.
“Te veo triste, quiero saber qué te ocurre, qué sucede en tu vida. Quiero estar a tu lado y buscar una solución juntos”
El proceso de acompañamiento no acaba aquí. Pues Cristina Yebra insiste en que la persona debe brindar apoyo “durante todo el tratamiento que será largo y complejo”.
Teléfono 024 de atención a la conducta suicida
“Cuando no encuentres razones para seguir, llama a la vida, llama al 024“. Así se presenta la campaña publicitaria del Ministerio de Sanidad para dar a conocer su servicio de atención a la conducta suicida. Una línea telefónica que “ayuda a las personas con pensamientos, ideaciones o riesgo de conducta suicida, y a sus familiares y allegados, básicamente a través de la contención emocional por medio de la escucha activa por los profesionales”.
Durante el primer año del servicio atendieron 121.177 llamadas. Además, la duración media fue de once minutos y cabe señalar una llamada que hubo de tres horas y media por tentativa de suicidio. Aunque es un servicio relativamente reciente, desde mayo de 2022, tuvo muy buena acogida desde el principio, con 10.592 llamadas durante el primer mes.
Yebra define esta iniciativa como “maravillosa” aunque admite que aun le quedan cosas que mejorar. En la Comunidad de Madrid, si alguien llama a la línea 024, “localizan desde dónde se está haciendo la llamada con un margen de entre medio metro y un metro”. Así, si la persona está en peligro, los servicios de emergencia podrán actuar de inmediato. Sin embargo, si la llamada se hace desde otra comunidad autónoma y la persona está en peligro “le dicen que cuelgue y llame al 112”.
Por ello, la coordinadora cree que hace falta “un enfoque transversal que llegue a todo el sistema y a todas las provincias”. En definitiva, “un plan nacional de prevención de suicidio que recoja a todos los ciudadanos de la misma manera“.