Crónica negra

Mo​rían en la primera cita: ​u​na asesina​ en serie encantadora

La primera cita era la última. Literalmente. Belle terminó con la vida de 30 hombres a los que atraía a través de un anuncio en los periódicos

A simple vista Belle Gunness parecía una mujer trabajadora, religiosa y devota madre. Llevaba una vida tranquila en su granja, a inicios del siglo XX. Pero detrás de su delantal se ocultaba uno de los casos más escalofriantes en la historia criminal de Estados Unidos: una asesina meticulosa y paciente.

Su primer esposo se llamaba Mads y con él adoptó a cuatro niños huérfanos. El hombre murió repentinamente, y esto causó extrañeza, pues tenía una salud de hierro. Lo peculiar del caso es que falleció justo el día en que se activaron dos pólizas de seguro de vida. La autopsia reveló que había sido envenenado con estricnina, un pesticida usado para matar roedores. Pese a los recelos de la aseguradora, la mujer cobró el dinero y nadie investigó más. Poco después, su tienda —y su casa— se incendiaron. También cobró dinero del seguro.

La tragedia llegó a la familia cuando su hija mayor falleció de una supuesta colitis. Se trata de una enfermedad con similares síntomas similares a los del envenenamiento. Unos meses después murió otra de sus hijas, con la misma dolencia. En los dos casos Belle cobró el seguro de vida.

Ese mismo año se mudó a otra ciudad con los dos hijos y volvió a casarse con un hombre llamado Peter. Solo llevaban un año juntos cuando éste murió, supuestamente al recibir un golpe en la cabeza por una picadora de carne que cayó de un estante. Una historia poco creíble, pero la policía no actuó. “Hay algo siniestro en esa mujer”, declaró un vecino que ya entonces desconfiaba de su viuda vecina.

Amor por correspondencia

Ya como viuda establecida, Belle publicó anuncios en periódicos para atraer a hombres solteros: “Viuda, propietaria de una granja próspera, busca compañero para matrimonio. Se requiere traer dinero para mostrar buena posición”. Los hombres acudían, uno tras otro. Iban a conocerla, traían sus ahorros…y luego desaparecían. Belle les preparaba una cena a las que añadía veneno. Cuando quedaban inconscientes, les mataba, se quedaba con el dinero y enterraba sus cuerpos en la granja.

Nadie se percató al principio. Algunos vecinos recordaban haber visto a hombres llegar a la granja, pero nunca irse. Belle decía que se habían marchado, que no eran personas serias. Incluso su hijastro Jennie sospechó de las desapariciones. Poco tiempo después el chico también desapareció.

El incendio y los restos quemados

En abril de 1908 la granja de Belle ardió en llamas. Entre los escombros se encontraron los cuerpos de tres niños —sus propios hijos— y el torso decapitado de una mujer. Se asumió que era Belle, que había muerto en el incendio. Pero algo no cuadraba: el cuerpo era más pequeño que el de ella.

Fue entonces cuando un antiguo pretendiente engañado, Ray, confesó haber ayudado a encubrir sus crímenes. Admitió haber sido cómplice en algunos entierros, pero negó haber provocado el incendio. Aun así, fue condenado por incendio intencional.

Tras el siniestro, las autoridades cavaron en la propiedad de Belle. Lo que encontraron fue horror puro: decenas de cuerpos. Cráneos aplastados, restos humanos desmembrados y fosas convertidas en tumbas de secretos. “Era como excavar un cementerio privado… pero mucho peor” dijo un policía.

Belle mató a sus cuatro hijos, así como a sus dos maridos, a una o tal vez a dos hijas de su segundo esposo y a una treintena de obreros agrícolas que trabajaban en su granja.

¿Qué fue de Belle Gunness?

Nunca se pudo confirmar que muriera en el incendio. Algunos testigos aseguraron haberla visto años después. Para muchos, Belle Gunness fingió su muerte con maestría, asesinó a sus propios hijos para no dejar testigos, y desapareció con la fortuna robada a sus víctimas.

Se estima que Belle pudo haber asesinado a 40 personas. Su historia inspiró libros, documentales y teorías conspirativas.

TAGS DE ESTA NOTICIA