En las últimas semanas ha resultado casi imposible esquivar los retoques u operaciones estéticas a las que se han expuesto los concursantes de la Isla de las Tentaciones. Parejas y tentadores publican semanalmente sus cambios físicos tras pasar por la clínica estética a la que ellos, quien más, quien menos, promocionan. Alimentan sus redes, también su bolsillo, con este tipo de publicidad. La concursante más joven de esta edición tiene 21 años y ya se ha sometido, al menos confesados, a más de tres tratamientos estéticos.
Las redes sociales se han hecho eco de esta extraña manera de “normalizar”, dicen, las intervenciones. Se refieren a la presión estética, que no es más que otra forma de violencia, que, poco a poco, casi de forma invisible, va ganando terreno en redes sociales.
En datos se entiende mejor: esta semana, especialistas en cirugías estéticas denunciaban que el 95% de las imágenes del ‘antes y el después’ que se realizan tras el paso por una cirugía o un retoque estético “no se ajustan con la realidad” y que era momento de “regular” el uso de este tipo de instantáneas. ¿Por qué? Por las “falsas expectativas en los pacientes” que pasan por sus consultas.
Imagínense en qué punto se encuentra el panorama estético en nuestro país que hasta los propios médicos que viven de esta especialidad salen a denunciar lo que podría parecer ya casi una obsesión. Querer ser la foto que he visto.
Las operaciones estéticas en datos
Encontrar datos actuales sobre las operaciones estéticas en nuestro país es misión imposible. Las últimas cifras datan del año 2022, reflejados en el último informe realizado por la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE). Preocúpense.
Ya entonces los porcentajes fueron abrumadores: las operaciones estéticas crecieron más de un 200 por cien en los últimos ocho años (hasta el 30 de diciembre de 2022). El 85% de las personas que pasaron por quirófano fueron mujeres y, la mayoría de ellas, se sometieron a algún tipo de retoque estético a partir de los 20 años. Databa también el mismo estudio que “la cirugía estética es una demanda eminentemente femenina”, aunque, sin bien es cierto, en los últimos años se había perpetuado “una tendencia en el interés entre varones”.
Ya entonces la mayoría de las operaciones estéticas en nuestro país eran faciales: el 72% de las intervenciones. Y solo un seis se relacionaba con otro tipo de retoques o procedimientos estéticos, como la depilación láser. Como leen: modificar nuestros rostros es tendencia.
Redes sociales, escaparate sin control
El mundo de la estética ha experimentado una evolución sin precedentes en los últimos años. La combinación de avances tecnológicos, así como la presión social y el impacto en las redes sociales invitan cada vez a un público más joven a plantearse, al menos, la posibilidad de pasar por una clínica de tratamientos estéticos.
En palabras del presidente de SECPRE, José Luis Vila, “las redes sociales son un escaparate sin control” para quienes “exponen, lo que se expone y con el fin que se expone”. Asegura que, “como escaparate”, es necesaria “la adecuada educación en edades tempranas respecto a la lectura crítica de los mensajes que llegan”. Para él, una forma de ayudar a esta sobreexposición – especialmente entre la población más joven- sería “etiquetar”, con mensajes que alerten del potencial daño que pueden causar los tratamientos u operaciones estéticas “si no se realizan con sensatez y en su justa medida”.
Hasta el año 2022 la mitad de la población española se había realizado un tratamiento de medicina estética. No hay más datos hasta la fecha, aunque todos los especialistas en tratamientos estéticos consultados por Artículo14 coinciden en una misma afirmación: la tendencia se mantiene al alza. Con todo lo que ello significa.