Brian Winchester y Mike Williams habían sido inseparables desde pequeños. Se conocían desde el colegio y más tarde compartieron el instituto. En el mismo año, ambos se casaron con dos chicas que también conocieron en la escuela: Brian con Cathy, y Mike con Denise. Además, los dos matrimonios tuvieron hijos a la vez, creando una conexión aún más profunda. A medida que pasaron los años, su amistad siguió intacta. Las esposas, afortunadamente, se llevaban bien, lo que les permitió a los cuatro compartir innumerables planes: cenas, conciertos y viajes.
A Brian y Mike les encantaba cazar patos. Solían salir con su barca a los pantanos para disfrutar de su hobby favorito. Sin embargo, en la Navidad del 2000, Mike decidió ir solo. Antes de amanecer se dirigió a una zona pantanosa, dejando a Cathy en casa, ansiosa por acudir a un restaurante para celebrar su sexto aniversario de bodas. Pero Mike no volvía. ¿Qué le había sucedido? Preocupada, Cathy contactó a la familia y dio aviso a la policía. Al llegar al lugar, encontraron la camioneta y la barca, pero no había ni rastro de Mike. Se organizaron batidas por tierra y agua, pero el misterio solo se profundizaba.
Los días se convirtieron en semanas. Finalmente las autoridades dieron a Mike por muerto. La hipótesis más plausible era que había sufrido un accidente, cayendo al agua donde los caimanes, temidos habitantes de esa zona, lo habían devorado.
La vida sigue
Denise, viuda de Mike, se dedicó a su hijo y a reconstruir su vida. Brian estuvo a su lado, apoyándola en lo cotidiano: gestionando el seguro de defunción, ayudando con el niño. Con el paso del tiempo lo que comenzó como una amistad se transformó en una relación. Brian – que se había separado de su esposa – y Denise iniciaron una nueva vida. Cinco años después se casaron.
Todo parecía ir bien. Estuvieron juntos durante ocho años hasta que en 2012 la relación llegó a su fin. La separación fue un golpe devastador para Brian, que no podía aceptar la situación. Un día, decidió ir a la casa de Denise, como tantas otras veces, con la esperanza de convencerla de que retomaran su relación. Sin embargo, esta vez la situación escaló. Brian la forzó a entrar en su coche, donde llevaba un arma. La retuvo durante horas; insistía en que todo podría ser como antes, que incluso pensaba en quitarse la vida. Finalmente le pidió perdón y la dejó ir. Brian fue sentenciado a nada menos que 20 años de prisión por secuestro y posesión de un arma.
Ay las madres
Cheryl, la madre de Mike, nunca dejó de buscar a su hijo. Le resultaba imposible creer que se hubiera ahogado, mucho menos que lo devoraran los caimanes. Siempre se encuentran restos, pensaba. En el lago, 80 personas habían perdido la vida y, en todos esos casos, los cuerpos o al menos partes de ellos habían aparecido. Pero en el caso de Mike, solo encontraron su gorra y las botas de goma. Además, los caimanes no cazan en invierno, debido a las bajas temperaturas del agua. Cheryl no se dio por vencida: escribió una carta diaria al Estado pidiendo que reabrieran el caso. En total, envió 2.200 cartas. Puso anuncios en periódicos y alquiló grandes carteles a lo largo de las carreteras con un mensaje: “Ayúdenme a encontrar a mi hijo”.
“Alguien nos ha dicho”
En octubre de 2017, la policía anunció un descubrimiento inesperado: habían encontrado el cuerpo de Mike. “Alguien” había dado la información precisa sobre el lugar donde estaba enterrado. Con la ayuda de perros especializados en rastreo de cadáveres, hallaron sus restos, recuperando el 98% de sus huesos y parte de su ropa. La madre de Mike tenía razón: no se había ahogado, ni los caimanes lo habían devorado. Pero ¿quién fue el que informó a la policía sobre el paradero de Mike.
La vida de Brian
Efectivamente fue Brian. Recordemos que, tras el incidente con su exmujer Denise – la viuda de Mike – había sido condenado a 20 años de cárcel. Las autoridades, convencidas de que él sabía algo crucial, le ofrecieron inmunidad a cambio de una confesión. En otras palabras, no cumpliría más de los 20 años ya sentenciados, incluso si se descubría que había cometido un asesinato. Y Brian lo confesó todo. Todo. El juicio fue transmitido y las impactantes declaraciones de su testimonio —que duró hora y media— fueron suficientes para helar la sangre. El video del juicio alcanzó 6 millones de vistas en YouTube.
Lo que ocurrió
“Las dos parejas solíamos salir juntas. Una noche, mientras Denise y yo aparcábamos, nos besamos. A partir de ese momento, comenzamos a hablar todos los días por teléfono y a vernos a la hora de la comida. Nos veíamos siempre que podíamos, y la conexión entre nosotros se hizo más fuerte. La conversación, inevitablemente, se desvió hacia la idea de estar juntos. Sin embargo Denise, quizás por orgullo o por su educación, no quería separarse de Mike. Durante todo un año, estuvimos pensando en qué hacer. Fue entonces cuando surgió el plan…el plan para terminar con la vida de Mike.”
“Decidimos que sería en una jornada de caza de patos. Cuando llegó el día, la noche anterior llevé a mi esposa a un concierto, con la intención de que bebiera lo suficiente como para asegurarnos de que dormiría hasta tarde. El plan era ir al pantano con Mike, pero le pedí que no dijera nada a nadie, ya que quería mostrarle un lugar secreto donde anidaban muchas aves. Había quedado con mi suegro a las 10 de la mañana, por lo que debía regresar a casa antes de esa hora: era mi coartada.”
“Salimos antes de que amaneciera, cada uno en su vehículo. Llegamos al pantano, y yo dirigí la barca hacia una zona más profunda. Apagué el motor y le dije a Mike que se había estropeado. Se levantó para inspeccionarlo y le empujé al agua. Llevaba puestas las botas largas que llegaban hasta la cintura. Sabía que, si el agua entraba en ellas, el peso lo hundiría. Puse el motor en marcha y me alejé, esperando que se ahogara con el peso. Pero Mike logró quitarse las botas. Vio troncos flotantes a lo lejos y nadó hacia uno de ellos para aferrarse”.
“El plan se estaba desmoronando”. Brian continúa su relato entre sollozos. “No sabía qué hacer. Tenía la escopeta conmigo y, finalmente, decidí dispararle en la cabeza. Se suponía que Mike debía ahogarse… no podía dejar el cuerpo allí, con un disparo. Así que lo arrastré desde la barca hasta la orilla y fui a buscar el coche. Lo metí en el maletero y empujé la barca al agua. Fue… angustioso. El tiempo se me acababa. No llegaría a las 10 para la cita con mi suegro y mi coartada se esfumaría.'”
“Llamé a mi suegro para decirle que me había quedado dormido. No quería que Kathy se despertara, porque el cuerpo de Mike estaba en el maletero y aún tenía que deshacerme de él. Pero al mismo tiempo, necesitaba que me viera, para asegurar que mi coartada fuera creíble. Le susurré que siguiera durmiendo. Cuando llegué a la camioneta, vi que la sangre goteaba, formando un charco en la carretera. El pánico me invadió. Necesitaba enterrar el cuerpo, pero no tenía herramientas. Así que me vi obligado a ir a comprar cuerdas y una pala”.
“Llevé el cuerpo a una zona aislada del lago. Cavé un agujero. De repente, escuché el sonido de un coche acercándose. Rápidamente escondí la pala y regresé al coche, rogando que no viera el agujero. Finalmente el hombre se fue y pude enterrar a Mike. Pero el siguiente problema estaba por llegar: ¿cómo iba a limpiar la sangre del coche? No tenía tiempo para eso, ya que tenía una comida con la familia de Kathy.”
“En ese instante, recibí una llamada de mi padre. Me dijo que Mike había desaparecido. Quedé con él para ir juntos al lago y unirme a la búsqueda. Durante los meses siguientes Denise y yo intentamos no vernos para no levantar sospechas”. El resto de la historia, ya la conocen.
Denise fue declarada culpable de asesinato y condenada a cadena perpetua. Después de 17 años, la madre de Mike encontró a su hijo. Logró lo que muchos consideraban imposible. Su lucha, valentía y determinación fueron lo que permitió descubrir la verdad. La justicia, aunque tardía, llegó, y el dolor de una madre encontró algo de consuelo.