Los propósitos de Año Nuevo que nunca cumplimos (hay uno que deberíamos hacer)

El clásico de todos los diciembres: escribir los propósitos de Año Nuevos. El clásico de todos los eneros: no cumplirlos

Propósitos en 2025 - Sociedad
¿Cuáles son tus propósitos en 2025? ¡No los dejes a las primeras de cambio! Shutterstock

Con cada nuevo año llegan las listas de buenos propósitos. Hacer ejercicio, aprender algo nuevo, dejar de procrastinar… Los primeros días de enero están llenos de energía renovada y entusiasmo por cambiar nuestras vidas. Pero, ¿qué pasa cuando las semanas avanzan? La realidad golpea, y lo que empezó como una promesa a nosotros mismos se queda en el camino. Este fenómeno no es nuevo, ni exclusivo: la mayoría de las personas abandonan sus propósitos de Año Nuevo antes de que termine enero.

¿Por qué fallamos en nuestros propósitos de Año Nuevo?

Los propósitos de Año Nuevo suelen fracasar por razones comunes a todos nosotros. Uno de los motivos principales es que nuestras metas tienden a ser demasiado ambiciosas o vagas. Queremos “ponernos en forma”, pero no especificamos cómo. Deseamos “ser más productivos”, pero no creamos un plan concreto. Además, nos enfrentamos a una barrera psicológica: solemos subestimar el esfuerzo necesario para cambiar hábitos profundamente arraigados.

Un estudio de la Universidad de Scranton reveló que solo el 8% de las personas cumplen sus propósitos de Año Nuevo. Esta estadística habla de un fenómeno universal: la desconexión entre la intención y la acción. En muchos casos, el entusiasmo inicial desaparece porque nos falta un sistema de apoyo o una razón que realmente nos motive más allá de lo superficial.

Los propósitos más comunes (y los más abandonados)

Los propósitos de Año Nuevo que nunca cumplimos (hay uno deberíamos hacer)

No elijas entre vapers y tabaco: elige no fumar ni vapear | Shutterstock

Algunos propósitos de Año Nuevo parecen formar parte de una lista universal. Entre ellos destacan:

  • Hacer ejercicio regularmente: Tal vez el clásico por excelencia. Las inscripciones a gimnasios aumentan drásticamente en enero, pero los registros también muestran que muchos dejan de ir antes de que termine el mes.
  • Perder peso: Este objetivo está vinculado a expectativas sociales y personales, pero la falta de un plan sostenible lo convierte en un fracaso habitual.
  • Ahorrar dinero: Aunque es un propósito práctico, el consumismo y los imprevistos financieros suelen sabotearlo.
  • Dejar de fumar: Este desafío no solo requiere fuerza de voluntad, sino también apoyo profesional en muchos casos.
  • Aprender algo nuevo: Desde idiomas hasta instrumentos musicales, las ganas de explorar nuevas habilidades tienden a desvanecerse cuando la rutina diaria se impone.

El patrón que une estos propósitos de Año Nuevo es claro: la falta de compromiso a largo plazo y la ausencia de estrategias realistas.

¿Cómo podríamos cumplirlos?

A pesar de las dificultades, hay maneras de aumentar las posibilidades de éxito. Los expertos recomiendan centrarse en objetivos pequeños y alcanzables. Por ejemplo, en lugar de “hacer ejercicio”, podríamos plantearnos caminar 30 minutos tres veces por semana. Este tipo de metas son menos intimidantes y permiten construir hábitos de forma gradual.

También es útil hacer un seguimiento de los progresos. Usar aplicaciones o llevar un diario puede ayudarnos a mantenernos motivados. Del mismo modo, buscar apoyo social, ya sea compartiendo nuestras metas con amigos o uniéndonos a comunidades con intereses similares, refuerza nuestro compromiso.

Por último, debemos aprender a perdonarnos los retrocesos. No cumplir un propósito de Año Nuevo un día no significa que hayamos fracasado por completo. Lo importante es seguir intentándolo.

El propósito que todos deberíamos cumplir

Los propósitos de Año Nuevo que nunca cumplimos (hay uno deberíamos hacer)

¿Tienes propósitos en 2025? Mantén los pies en el suelo, por favor | Shutterstock

Entre tantas metas que parecen inalcanzables, hay una que debería estar en la lista de todos y que, además, tiene el potencial de transformar nuestras vidas: ser más amables con nosotros mismos.

A menudo, nos fijamos propósitos de Año Nuevo porque sentimos que no somos lo suficientemente buenos como somos. Queremos cambiar nuestro cuerpo, nuestras habilidades o nuestras finanzas porque creemos que necesitamos ser mejores para valer la pena. Pero este enfoque puede ser dañino y contraproducente. En cambio, si aprendemos a tratarnos con compasión, estamos más dispuestos a cuidar de nosotros mismos y a trabajar por nuestras metas desde un lugar de autovaloración.

Ser más amables con nosotros mismos significa aceptar que el progreso no siempre es lineal, que está bien fallar y que merecemos celebrar nuestras pequeñas victorias. Este propósito no solo reduce el estrés y mejora nuestra salud mental, sino que también nos da la fuerza para perseguir otros objetivos con menos presión y más pasión.

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