Todo fallero o fallera se ve en la tesitura alguna vez en su vida de intentar explicar qué son las Fallas. Las Fallas son hacer falla y estar en la falla, o el casal (espacio en el que se reúne cada comisión fallera, donde se organizan actividades y se planifican los preparativos para las Fallas durante todo el año y especialmente en Fallas). Si no has vivido ser fallero no puedes saber realmente qué son. Con la declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2016, la globalización y las redes sociales se ha ido popularizando la fiesta tradicional valenciana. Pero el concepto de las fallas muchas veces se limita a la fiesta, el “ruido” y a la vistosidad de los monumentos.
Realmente Fallas es quienes somos, como lo puede ser el valenciano, la paella, la horchata, el sol o el esmorçar. Las fallas son la forma de ser y de amar de un valenciano, de resurgir de las cenizas. Y como tal, después de la catástrofe del 29 de octubre, este año eran especialmente importantes. Sin embargo, además de los cientos de atuendos perdidos en el barro, los monumentos que se llevó el agua y los casales que destruyó su fuerza, la festividad se ha visto arrasada por las lluvias. Los valencianos solo pedían una cosa al tiempo: que se portara bien y que cumpliera con la eterna frase de: “hace día de fallas”, que se suele decir de los días soleados de invierno-primavera. Pero el agua volvió a robar el sol en Valencia.
Las Fallas de Valencia oficialmente son del 15 al 19 de marzo, aun que las actividades empiezan el día 1. Generalmente, el 15 y 16 se dedican a la Plantà de los monumentos que se trasladan desde los talleres de sus artistas y se montan en el sitio designado por cada comisión fallera. El 17 inicia la fiesta con tres días repletos de despertàs (a las 8 horas todas las comisiones salen a desfilar mientras tiran petardos para despertar a la ciudad), luego los pasacalles para visitarse entre comisiones cercanas y a las 14 horas se ve la Mascletà para después volver al casal a comer y a prepararse para el acto de la tarde: Ofrenda, Pasodoble o Entrega de Premios. Estas agendas suelen variar ligeramente en cada municipio pero siempre acaban el 19 por la noche con la Cremà (quema) de todos los monumentos para renacer y empezar el nuevo año fallero.
Este 2025 la mayoría de los actos se ha cancelado, pospuesto o celebrado a duras penas y bajo la lluvia en las poblaciones afectadas por la DANA. Tras un día de tregua en el que los artistas pudieron plantar sus monumentos, los tres días de fiesta transcurrieron en su mayor parte dentro de los casales, lo que ha convertido estas fallas en “las más raras” según multitud de falleros. Incluso más que las de la pandemia.
Los monumentos trataron de resistir la lluvia, aunque muchos no lo han logrado y han sufrido desperfectos, como la falla de la comisión El Rabal, en Catarroja, que colapsó debido a la lluvia. Al final, en la noche de la Cremà la lluvia se detuvo y dio tregua a los valencianos que pudieron quemar sus fallas, incluido muebles, ninots con mensajes de la DANA y recuerdos de la noche más trágica del pueblo valenciano.
A pesar del temporal que ha provocado unas de las fallas más lluviosas que se recuerdan, según los expertos de los últimos 35 años, estas fallas han sido especialmente significativas. La lluvia ha permitido el encuentro dentro de los casales, la sensación de familia y el ‘estar’ que tanto significa en una tierra que celebra la vida por los que se fueron el pasado 29 de octubre.
Un nuevo sol en la zona 0
Este fin de semana se han quemado las fallas que no se pudieron quemar por la lluvia y ahora ya poco queda del recuerdo de estas atípicas Fallas en las calles. Pero con la Cremà se ha despertado un nuevo sol en la zona 0, el de un nuevo episodio fallero que viene cargado de esperanza. «Ninots indultats» elegidos por votación popular y que hacen referencia a los voluntarios de la DANA y a cómo el amor resiste incluso la más cruel de las catástrofes quedarán para la historia.
Testimonios como el de Josué Beitia, artista fallero dueño de uno de los 21 talleres que se vieron afectados por las inundaciones: “Salimos con el agua por el pecho sin saber lo que iba a pasar al día siguiente”, representan a todo un sector que vive de la fiesta tradicional, y cuyo trabajo y forma de vida peligró con el barro. El reconocido artista de Fallas como l’Antiga de Valencia y Cami-Nou de Alzira confesó que no se creía verlo todo terminado a tiempo después de la DANA, pero celebró poder montar la y sacar a su equipo adelante con el gran esfuerzo que supuso. Gracias al esfuerzo y a los voluntarios el año que viene podrá volver a montar.
En poblaciones como Algemesí, Catarroja o Paiporta las fiestas han llenado las calles de música, pese a las modificaciones por la lluvia, y han otorgado un toque de color al gris de la tormenta que, además de instaurarse estas últimas semanas, parece que nunca había abandonado la zona desde la catástrofe natural. Las Fallas 2025 han terminado, pero las de 2026 acaban de empezar y todavía quedan tres mascletàs que tuvieron que ser canceladas, pero podrán ser disfrutadas en las nuevas fechas ya confirmadas: 4 y 18 de mayo, y 19 de junio.