Probablemente recuerden que en plena pandemia con las limitaciones de horarios, toques de queda y restricciones al ocio hubo quien cansado de la alerta sanitaria organizaba fiestas clandestinas para dar rienda suelta al desenfreno y al encuentro social. Ahí fue cuando por primera vez el exconvento de las Clarisas de Derio (Vizcaya) saltó a los periódicos, en diciembre de 2020, por la celebración de una fiesta rave que tuvo en vilo a la Ertzaintza durante horas. Una residencia que las hermanas ya habían abandonado hacía unos meses y que se empezó a utilizar como hospedería bajo el nombre de San José de Artebakarra situada en el barrio de San Isidro de la citada localidad vizcaína.
Cuatro años después este inmueble vuelve a ser el epicentro de una polémica que va más allá de una fiesta. Estaríamos ante la posibilidad de un cisma religioso protagonizado por primera vez por una monjas en España. Las madres Clarisas habían dejado Derio con la esperanza de hacerse con otro convento en Orduña (Vizcaya) que debía ser sufragado con el dinero de la venta. Mientras tanto vivirían en el convento de la orden en Belorado (Burgos).
Por el de Derio pedían 1,2 millones de euros, un elevado precio para colocarlo en el mercado donde no hallaban comprador. Sin el dinero para hacerse con el de Orduña surge la posibilidad de que un benefactor adelante pagos para conseguir el convento de Santa Clara sito en la única ciudad vizcaína, Orduña. Debido a que las transacciones de los inmuebles o bienes que superen el medio millón de euros se tiene que pedir permiso al Vaticano, junto con las reticencias hacia un benefactor sospechosamente anónimo, las monjas no consiguen su objetivo. Deciden, entonces, manifestar su intención de abandonar la Iglesia Conciliar para supeditarse a la obediencia de autoproclamado obispo Pablo de Rojas, presunto sujeto misterioso para el arzobispado de Burgos de estar tras la operación de compra venta.
Atrincherados monjas y el excomulgado De Rojas en Belorado, desde la decisión de éstas de salirse de la obediencia de Roma, solo tenemos información a través de las cuentas de Instagram de las Clarisas donde manifiestan estar bajo su voluntad en esa situación. Las veces de portavoz con los medios la realiza Don José Cerecedo, viejo conocido de la noche bilbaína por su nombre real Fran, Fran el coctelero, y es que este seguidor de la iglesia tusquista fue un reconocido barman con numerosos galardones por la elaboración de deliciosos cócteles.
Vicario de vida consagrada en Vitoria
Manuel Gómez Tavira es vicario para la vida consagrada de Vitoria y tiene muy claro que tras los tejemanejes está la secta liderada por Pablo de Rojas que se hizo ordenar por un obispo vietnamita del Palmar de Troya a los que les hermana una visión ultraconservadora y reaccionaria de la religión cristiana. Reniegan del Concilio Vaticano II y no reconocen la autoridad de los Papas postconciliares.
Gómez Tavira señala que casos con el de las Clarisas no hay ninguno, que esto se asemeja a una telenovela de Netflix si no fuera porque en medio hay tintes religiosos.
Señala directamente a la abadesa, Isabel de la Trinidad, como la responsable de este conflicto. Niega que tras la revolución esté la compraventa de los inmuebles. Nos explica que Sor Isabel cumplía su mandato máximo de doce años al frente de la congregación y tocaba renovación para el próximo 28 de mayo. Lo que quiere es perpetuarse en el poder como abadesa, no desde ahora desde hace tiempo, y las quince monjas que le siguen respiran el aire de la madre abadesa, nos confiesa. Niega cualquier persecución, les acusa de mentir con respecto al conocimiento de la compra- venta de Derio por parte del arzobispado porque no han seguido el procedimiento regular para toda la Diócesis. Sin pedir la anuencia al obispo de Bilbao, actuando fuera de los canales establecidos, por lo tanto sin la posibilidad de que éstos bloquearan ninguna operación. La madre Isabel les cuenta estas mentiras a las hermanas y éstas le siguen como a la verdad más grande sentencia Gómez Tovira.
El vicario se ha referido a la Pía Unión Sancti Paoli Apostoli directamente como una secta registrada. La duda es si de verdad estas mujeres están allí en contra de su voluntad y abducidas por el liderazgo de sor Isabel y el obispo cismático De Rojas o han tomado una decisión libre y consensuada.
Uxue Legarra, psicóloga experta en sectas
Uxue Legarra es miembro del Colegio de Psicólogía de Bizkaia y se ha formado en procesos de captación e integración en sectas. Al preguntarle por esta cuestión nos explica que los procesos grupales son uno de los fenómenos más polifacéticos que existen, y por lo tanto no es nada sencillo abordarlos. En el momento en el que juntas varias personas afirma, se dan dinámicas complejas en las que intervienen muchísimos factores. De base, los seres humanos somos seres sociales, esto significa que tenemos tenencia a buscar al resto, a necesitar conectar y tener sentimiento de pertenencia porque son cuestiones vitales para los individuos y por lo tanto también una vulnerabilidad. Una secta se caracteriza porque no te metes en ella, sino que te captan y mientras estás dentro la relación es completamente adictiva, similar a otros problemas de dependencia.
Otro elemento a tener en cuenta en las sectas es que no existe la horizontalidad. Es curioso porque una de la técnicas que se usan para retener a la gente donde está es precisamente hacerles sentir que son únicos, especiales, supervalorados, pero al mirar el funcionamiento general queda en evidencia que hay una persona que siempre se sitúa por encima y es la que toma las decisiones. En el caso de sectas religiosa a este líder se le suelen atribuir condiciones especiales, divinas y de conexión con el Dios o ser superior, pero lo cierto es que no suelen ser tan especiales, hay mucho de puesta en escena. Nada es al azar, se da un control del ambiente para así generar respuestas concretas. Para empezar a las personas de una secta se las elige, los grupos vulnerables son jóvenes y adolescentes, adultos en crisis o personas tendentes a buscar respuestas a una especie de ansiedad existencial.
Desde la distancia es imposible saber si las Clarisas son un ejemplo sectario o no. Sumado a que son un grupo religioso y por lo tanto doctrinal lo complica aún más. Solo sería posible si se hiciera una investigación y análisis profundo profesional, lo que no suele ser habitual en las sombras de una organización sectaria. Una vez determinado y diagnosticado ¿qué tendría que hacerse para sacarles de ahí? Legarra habla de un proceso lento y personalizado e ir facilitando recursos para identificar su situación coercitiva.
La hipótesis de que las monjas han actuado sin libertad es plausible ya que podría darse el caso que la abadesa dentro del poder que le da ser la figura de referencia estuviese generando unas dinámicas explotativas, así como, que fuese una figura externa en un momento de descontento la que hubiera sido quien introduce esta nueva camino y/o solución para la crisis de Fe para con la Iglesia de Roma. La psicóloga insiste que para cualquier aseveración es necesario un análisis pormenorizado individuo a individuo.
Borja Agudo fotógrafo de Pablo Rojas
Pongamos en el punto de mira al autodenominado obispo, Pablo de Rojas Sánchez- Franco. Hay muy pocas personas que haya accedido a su entorno más íntimo. Una de ellas es el fotógrafo Borja Agudo quien realizó una extensa sesión en la lujosa casa y sede de su iglesia en la Gran Vía de Bilbao. Describe el ambiente que se respiraba un tanto antiguo, olor a madera, los muebles barrocos, los cuadros oscuros, figuras de porcelana por doquier, pero de gran calidad y valía. La primera sorpresa para Agudo fue que tras tocar la puerta les abrió la doncella, vestida con uniforme negro y cofia. Él mismo es el autor del retrato del obispo y la sirvienta ofreciéndole una bebida. No daba crédito a lo que tenía frente a sus ojos en pleno siglo XXI. Lo que sintió lo describe como sensación de misterio, como una película.
Desde que entras por la puerta derrochaba lujo por todas partes. A la redactora que le acompañaba le ofrecieron cubrirse con una mantilla y al aparecer monseñor extendió su mano, con un sello de oro en su dedo, para que éste fuera besado. Buenos modales y corrección en el trato, pero a este reportero le pareció un tanto “comecocos”, según nos relata.
Situación legal de las Clarisas
La trama legal también se empieza a enredar. Las Clarisas de Vitoria, parte vendedora del monasterio de Santa Clara en Orduña, han interpuesto una demanda civil para recuperar su inmueble atendiendo a una cláusula de la escritura por impago. De los 1,3 millones, las rebeldes de Belorado habrían hecho frente solo a una primera entrega de 100.000 euros, dejando desatendido el compromiso de un pago trimestral de 75.000 euros.
Las clarisas cismáticas lo tiene realmente difícil ante los tribunales nos señala la abogada Olga Rodríguez, del bufete Iuris. De hecho, podrían enfrentarse a la pérdida del dinero entregado, más una indemnización por daños y perjuicios a las monjas de Vitoria si demuestran que la no venta les ha generado una problema, como no poder pagar compromisos adquiridos. Si las Clarisas de Belorado pierden la causa civil además deberían abonar las costas judiciales, Rodríguez también nos explica cómo no pueden alegar la falta de permiso para la venta por parte de la Santa Sede del convento de Derio, ya que la responsabilidad de las Clarisas es proceder por los cauces establecidos en su relación. En último término, si consuman el cisma y son excomulgadas lo perdería todo, porque nada es en esencia suyo, sino de la Iglesia que abandonarían, la legítima propietaria de los bienes y de los hábitos que ya no podrían vestir.
En definitiva, su situación en el convento de Burgos se asimilaría a la okupación como particulares. Llevado al extremo, por lo jurídico podría aparecer una comitiva judicial que les señalara el plazo para el abandono del inmueble. Sin embargo, la abogada considera más probable un escenario de acuerdo entre partes, ya que el arzobispado de Burgos se expondría a una desocupación contraria a los valores de la Iglesia con una repercusión mediática sin precedentes. La clave para Olga Rodríguez está en el diálogo, en intentar hablar con la congregación y exponerles la situación a la que se enfrentan.
Arzobispado de Burgos
Natxo de Gamón es director de comunicación en el arzobispado de Burgos, hemos hablado con él para que nos pusiera en contexto cómo está la situación en estos momentos. La comunidad de Belorado y Orduña tras el envío de una carta donde manifestaban su voluntad de someterse a un señor que hace llamarse obispo. El obispado ha solicitado la no participación de los fieles en los actos litúrgicos que allí tengan lugar como primera medida. Gamón señala la necesidad de establecer un diálogo con las religiosas ya que la misiva recibida no fue directa, sino interpuesta por terceras personas vía Whatsapp y firmada en exclusiva por la abadesa Isabel, por tanto no está claro la voluntad del grupo.
El asunto es conocido por el Vaticano desde mediados de abril cuando el arzobispo, Mario Iceta, recibe a la madre federal de las Clarisas y le pone sobreaviso ante rumores y noticias sospechosas que provienen del monasterio de Belorado. En ese momento monseñor Iceta se pone en contacto con el arzobispo de Vitoria, diócesis a la que pertenece la jurisdicción de Orduña y el de Bilbao, al que corresponde el de Derio para dar traslado a Roma, donde se autoriza a abrir una investigación para aclarar lo que está sucediendo. El mandato es recoger toda la información, mandarla a la Santa Sede previo a tomar ninguna decisión.
Iceta tiene la voluntad de hablar con cada una de las hermanas, no lo ha logrado. Sor Isabel no contesta ni a los mensajes, ni responde las llamadas perdidas. Dada la situación mediática y de tensión, el arzobispo prefiere que baje la inflamación antes de seguir intentando un contacto.
Sobre la denuncia interpuesta por la Clarisas de Vitoria, Natxo de Gamón nos dice que están en su perfecto derecho a reclamar lo que es suyo y será el juez quien dilucide esta cuestión.