En la actualidad, muchas rutas de montaña se asocian con el ocio, el deporte y el turismo. Pero, en el pasado, esos mismos caminos eran los únicos medios para que miles de personas pudieran ganarse la vida. Uno de esos recorridos es la conocida Ruta de las Golondrinas, que revive la historia de las mujeres que, a principios del siglo XX, atravesaban los Pirineos para trabajar en la floreciente industria de la alpargata. Un viaje de tres o cuatro días que iba más allá de los paisajes idílicos y que suponía una dura migración laboral, marcada por el esfuerzo y la supervivencia.
¿Quiénes eran las Golondrinas?
Las Golondrinas eran mujeres que, entre los meses de octubre y mayo, dejaban sus hogares en los valles del Pirineo occidental para trasladarse al otro lado de la frontera, en el País Vasco francés, donde se encontraban las fábricas de alpargatas. Procedían principalmente de los valles de Salazar, Roncal y Ansó. Vestidas de negro, en largas filas que recordaban el vuelo de las golondrinas, recorrían cerca de 100 kilómetros a pie a través de rutas pastoriles, enfrentando las duras condiciones climáticas de los Pirineos.
El apodo de “Golondrinas” no solo se debía a su vestimenta, sino también a su naturaleza migratoria. Al igual que estas aves, viajaban en los meses de otoño y primavera, una vez que las fábricas de alpargatas requerían mano de obra. Para muchas de ellas, este trabajo temporal suponía la única manera de mantener a sus familias durante los meses más duros del año.
La Ruta de las Golondrinas, un fenómeno migratorio clave en los Pirineos
En su apogeo, se estima que unas 2.000 mujeres realizaban esta migración anual. El fenómeno se convirtió en un evento social y económico crucial para la región. Aunque los Pirineos siempre habían sido una barrera natural difícil de atravesar, para estas mujeres el cruce se convirtió en una necesidad. Las fábricas de alpargatas del territorio de Zuberoa, en el País Vasco francés, se beneficiaban de la llegada de estas trabajadoras, quienes fabricaban calzado de cuerda, tela e hilo de yute, en condiciones laborales muchas veces precarias.
Una emblemática imagen de Lescun, en Francia | Wikipedia
El origen de esta demanda laboral se remonta a finales del siglo XIX, cuando una combinación de factores diezmó la población local de Zuberoa. Una epidemia de cólera y la fuerte emigración hacia América del Sur dejaron a las fábricas sin trabajadores suficientes. Fue entonces cuando las mujeres de los valles pirenaicos comenzaron a llenar ese vacío. Ellas se convirtieron en un pilar esencial para la industria alpargatera.
Un trayecto épico y lleno de desafíos
La Ruta de las Golondrinas actual sigue los pasos de estas mujeres. Atraviesa paisajes de gran belleza, pero que en su tiempo fueron verdaderos desafíos para la supervivencia. La ruta, que hoy es un recorrido turístico y deportivo, ofrece una forma de revivir ese pasado. Se trata de una travesía circular que une Navarra, Aragón y Francia, pasando por los valles de Roncal y Belagua, Linza, Lescún y la Reserva Natural de Larra. El punto más alto de la ruta es el Pic de Anie (2.507 metros), una de las cumbres más emblemáticas del Pirineo occidental.
La ruta, dividida en varias etapas, ofrece diferentes opciones para los caminantes. Desde la Golondrina Alpina, que es la más corta pero también la más exigente, hasta la Gran Golondrina, que recorre más de 90 kilómetros en cinco días, pasando por la Golondrina Clásica, que permite conocer los rincones más emblemáticos de la Reserva de Larra en un recorrido de cuatro días.
Reserva Integral de Aztaparreta | Wikipedia
La Ruta de las Golondrinas no es solo un homenaje a aquellas mujeres, sino también una oportunidad para experimentar la dureza de la montaña y la soledad que ellas debieron sentir. Hoy, los caminantes pueden recorrer estos senderos con la seguridad de contar con refugios de alta montaña como puntos de descanso. Sin embargo en la época de las Golondrinas el viaje era muy diferente. Ellas cargaban con sus pertenencias y la esperanza de encontrar trabajo, ayudadas solo por algunos familiares que las acompañaban hasta la frontera.