El inicio de 2025 ha sido especialmente húmedo para buena parte de España. Tras el paso de la borrasca Floriane, que dejó importantes acumulaciones de lluvia en varias regiones, una nueva amenaza meteorológica se avecina: la borrasca Garoe. Prevista para llegar entre el miércoles y el jueves, Garoe podría traer consigo lluvias abundantes, fuertes rachas de viento y un descenso generalizado de las temperaturas.
Galicia será una de las comunidades más afectadas por la borrasca Garoe. La región ya había experimentado intensas precipitaciones con Floriane, y ahora se esperan acumulaciones aún más significativas. Las rachas de viento podrán superar los 100 kilómetros por hora, especialmente en las zonas montañosas y costeras, convirtiéndose en un verdadero reto para las autoridades locales.
La borrasca Garoe también impactará de manera notable en Sanabria, el Sistema Central, los Montes de Toledo y el oeste de Castilla-La Mancha. Estas áreas podrían registrar lluvias intensas que podrían generar desbordamientos de ríos y problemas en las infraestructuras locales.
Comunidades en alerta por la borrasca Garoe
La llegada de la borrasca Garoe ha puesto en alerta a varias comunidades autónomas. Además de Galicia, Extremadura y el sur de Castilla y León figuran entre las regiones más vulnerables. En el oeste de Andalucía y el Estrecho, los aguaceros serán localmente fuertes, lo que podría complicar la movilidad y generar inundaciones en áreas urbanas y rurales.
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— AEMET (@AEMET_Esp) January 6, 2025
El viento será otro de los protagonistas de esta borrasca. En el norte y las áreas montañosas de España, las ráfagas podrán superar ampliamente los 100 km/h, lo que representa un riesgo considerable para la seguridad de la población y las actividades al aire libre. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha emitido avisos amarillos y naranjas en diversas regiones para prevenir accidentes.
¿Cuáles son las previsiones meteorológicas?
Uno de los efectos más notables de la borrasca Garoe será la caída de las temperaturas en casi todo el país. Este descenso comenzará a notarse a partir del martes, cuando un frente frío avanzará desde el noroeste. En contraste, la costa mediterránea experimentará un ligero aumento de las temperaturas, ofreciendo un respiro térmico a esta zona.
La cota de nieve oscilará entre los 1.000 y los 1.400 metros en gran parte de la Península, subiendo a 1.500-2.000 metros en el tercio norte. Esto significa que zonas como el Pirineo, el Sistema Central y los Montes de Toledo podrían registrar nevadas importantes, afectando a las comunicaciones y a las actividades turísticas en las estaciones de esquí.
La nieve cubriendo la arena de la playa de Barcelona | Shutterstock
El viento continuará siendo una amenaza seria con la llegada de la borrasca Garoe. Galicia y las áreas montañosas del norte y el este del país podrían registrar ráfagas superiores a los 80 y 90 kilómetros por hora, lo que podría ocasionar caídas de árboles, daños en edificios y cortes de energía. En las zonas más expuestas, las ráfagas podrían superar incluso los 100 km/h.
Por su parte, las precipitaciones más intensas se concentrarán en el oeste gallego y el Sistema Ibérico. A medida que avance el miércoles, estas lluvias se extenderán hacia el Cantábrico, el norte y el oeste de Castilla y León, así como hacia la cara sur del Pirineo. En estas áreas, los acumulados podrían alcanzar niveles críticos.
Fin de semana con alivio parcial
Aunque la borrasca Garoe traerá consigo días complicados, el fin de semana podría marcar un alivio parcial para muchas comunidades. La llegada de una dorsal anticiclónica estabilizará la situación en gran parte del país. No obstante, en el norte y Baleares podrían persistir algunas lluvias, acompañadas de nevadas significativas en el Pirineo.
Pese a los altibajos térmicos que se prevén durante la semana, las borrascas atlánticas, incluida Garoe, han evitado hasta ahora la llegada de masas de aire ártico que suelen causar nevadas intensas en otras partes de Europa. Sin embargo, una masa de aire frío en el Mediterráneo podría alterar la situación a partir del domingo, manteniendo la incertidumbre meteorológica.