Navidad en la zona 0

La esperanza regresa a los municipios afectados por la dana en forma de ayudas económicas e iniciativas para la infancia

Se cumplen más de dos meses del desastre de la DANA y el panorama en la zona 0 se divide en dos bandos: los que han recibido alguna ayuda o tenían ahorros suficientes para ir tirando y los que no

PAIPORTA (VALÈNCIA), 13/11/2024.- Un paraguas en el interior de una casa en Paiporta (Valencia) este miércoles.Docenas de municipios de Valencia asolados por la dana afrontan, en medio del inédito despliegue de emergencia y ayuda solidaria, la amenaza de una nueva dana que ha obligado a suspender las clases y condiciona aún más el ingente trabajo para atender las innumerables llamadas de ayuda que emergen desde cada barrio, polígono o escuela, en muchos casos todavía cubiertos de lodo. EFE/Jorge Zapata

El partido de ping-pong político sigue su discurso habitual en una infinita disputa digna de alumnos de preescolar sobre quién tuvo la culpa, qué se pudo hacer mejor, quién debe dimitir y dónde está la factura de la supuesta comida. En la provincia de Valencia el tiempo parece congelado desde hace dos meses, cuando aquel fatídico 29 de octubre ocurrió lo que nadie esperaba. Sin embargo, el tiempo pasa y la rueda no se detiene. La Navidad ha llegado como un recordatorio de que empieza un año nuevo y es momento de dejar el 2024 atrás, uno de los años que quedará marcado en los libros de Historia y que muchos sueñan con olvidar. La realidad es que soñar no es gratis y el olvido cuesta dinero público.

Dos meses después de la tragedia el panorama en la zona 0 se divide en dos bandos: los damnificados que han recibido alguna ayuda o tenían ahorros suficientes para ir tirando, y los que no. Pese a que las ayudas económicas han comenzado a llegar, la opinión de expertos y afectados se resume en que el proceso está lejos de ser ágil o suficiente. Según datos del Gobierno, se han movilizado 16.600 millones de euros, una cifra cuya distribución ha generado dudas y críticas. El director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), Joaquín Maudos, ha analizado este impacto en un artículo para El Confidencial, señalando la necesidad de distinguir entre las ayudas a fondo perdido y las que simplemente aportan liquidez que habrá que devolver, como los avales para préstamos.

En su análisis, Maudos destaca que de los 16.600 millones movilizados, 5.000 millones corresponden a avales para préstamos bancarios que los afectados deberán devolver, mientras que 3.500 millones provienen del Consorcio de Compensación de Seguros, financiado por los asegurados. Esto deja apenas 8.100 millones en ayudas a fondo perdido, menos de la mitad del total movilizado y muy por debajo de las pérdidas estimadas, que solo en el tejido empresarial superan los 13.000 millones de euros. Maudos enfatiza: “El Estado debería hacer un esfuerzo superior y proporcional a las pérdidas sufridas, especialmente dado el elevado endeudamiento de la Generalitat Valenciana, en gran parte derivado de la infrafinanciación histórica de la región”.

Además, el experto critica la lentitud en la tramitación de las ayudas en forma de subvenciones. Aunque reconoce que las administraciones públicas han sido ejemplares en la reconstrucción de infraestructuras públicas, en algunos casos en tiempo récord, el retraso en la llegada de las ayudas directas a la población es “preocupante”. “La burocracia sigue siendo pesada y los protocolos de actuación mejorables”, señala a la vez que hace un llamamiento a adoptar prácticas más ágiles inspiradas en el sector privado. Maudos subraya que la rapidez no tiene por qué ser incompatible con un control posterior que audite el uso de los fondos.

La cicatriz menos ruidosa y más profunda: la salud mental

Mientras las ayudas económicas avanzan con dificultades, las heridas emocionales de los afectados son una crisis paralela que amenaza con dejar cicatrices más profundas. Según fuentes médicas, experiencias traumáticas como las vividas durante esta catástrofe pueden desencadenar problemas de salud mental como el estrés postraumático (TEPT), la ansiedad y la depresión. En casos como la DANA existe el riesgo de que estas condiciones se agraven por el consumo de estupefacientes o alcohol como mecanismo de afrontamiento. Esto, junto con la mala alimentación, la falta de sueño, las dificultades económicas, pérdidas personales y materiales, y el agotamiento físico, podría incrementar los casos de suicidio.

En la primera semana tras la riada, la Conselleria de Sanidad empezó a activar progresivamente en función de la accesibilidad que se iba teniendo 17 puntos extraordinarios instalados en diferentes municipios de las zonas afectadas de l’Horta Sud y de La Ribera. Según fuentes sanitarias, un total de 120 profesionales están prestando asistencia psicológica a las personas afectadas. Si se tiene en cuenta el mínimo de 75.000 personas directamente afectadas, según los datos recopilados por fuentes oficiales, los cálculos que resultan son escalofriantes. Teóricamente, cada profesional estaría atendiendo a 675 personas. Sin tener en cuenta otros múltiples factores, este dato refleja la necesidad de un plan de acción que prevenga una crisis de salud mental.

De hecho, a principios de noviembre, el director de la Oficina de Salud Mental y Adicciones, Bartolomé Pérez, ya advertía que el impacto de la DANA sufrido en la salud mental no es nada comparado con lo que “puede llegar a ser”. Durante la presentación del plan de atención a la salud mental para las personas afectadas por la catástrofe, el doctor en psiquiatría enfatizó la importancia de prevenir que el sistema se sature. “Tenemos la posibilidad de que el problema más grave que ha tenido de salud mental la Comunidad Valenciana no llegue a la catástrofe”, aseguró Pérez.

Para evitar este colapso, resulta esencial priorizar los casos más graves, y aquí es donde los asistentes virtuales desempeñan un papel crucial al ayudar a los profesionales a identificar a las personas que requieren atención urgente. El catedrático de ingeniería biomédica y director del Instituto Universitario de Investigación en Tecnología centrada en el Ser Humano (Human-Tech) de la UPV, Mariano Alcañiz, subraya la importancia de prestar especial atención a la población infantil, ya que se están detectando numerosos casos de TEPT en menores y se prevé que esta cifra aumente.

Alcañiz explica que la realidad virtual permite implementar terapias diseñadas específicamente para este grupo, ofreciendo espacios seguros y herramientas para procesar el trauma de manera gradual. “Estas intervenciones tempranas no solo previenen la cronificación de los trastornos, sino que también promueven la recuperación emocional en una etapa crítica del desarrollo”, expuso el director del Human- Tech sobre terapias de exposición gradual que permite realizar proyectos de la realidad virtual que llevan a cabo.

La infancia ha sido especialmente vulnerable en estas fechas, que en condiciones normales estarían llenas de eventos, actividades escolares y extraescolares, y la magia característica de la temporada. Para mitigar el impacto emocional de la dana en los más pequeños se han llevado a cabo diversas iniciativas como Dana Kids, que reunió a 2,700 monitores voluntarios para ofrecer actividades lúdicas y educativas a los niños afectados mientras sus familias trabajaban en la recuperación. También ExpoJove ofrece actividades para los menores de municipios afectados, brindándoles un espacio seguro y divertido durante la crisis. Estas iniciativas buscan devolverles un sentido de normalidad e ilusión, fomentando su resiliencia y ayudándolos a procesar las emociones derivadas de la experiencia.

La Navidad ha llegado casi por obligación a los municipios más afectados. Para muchas familias, estas fechas no traen el habitual espíritu de celebración, sino un recordatorio de todo lo que han perdido. Sin embargo, también representan un momento para reflexionar sobre lo que se ha logrado y lo que queda por hacer. Algunos vecinos, a pesar de las dificultades, encuentran en la comunidad y en las pequeñas victorias diarias “la fuerza para mirar hacia adelante”. Así lo cuenta Francisco, que acaba de recibir dos ayudas: una por las perdidas materiales por valor de 6.000€ y otra por su coche de 5.000€. El vecino de Algemesí celebra poder comprar regalos para Reyes mientras lamenta que algunos de sus allegados cierren negocios de toda la vida o hayan tenido que recurrir a los ahorros “de toda su vida”.

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