Vecinos, familiares y voluntarios llevan dos semanas buscando a Rubén e Izan, los pequeños desaparecidos en Torrente a causa de la DANA. Sin apenas pistas de su paradero, esta tarde a última hora han encontrado a su perra Betty en un garaje de Paiporta. El can se encontraba con ellos en el momento de la riada.
Artículo14 se ha puesto en contacto con David, el mejor amigo de la familia, que explica que la búsqueda ahora se amplía a Paiporta. “Seguimos buscando a los nenes, pero esto de la perrita nos ha dado un poco de esperanza“.
Cronología de los hechos
Los pequeños se encontraban con su padre el martes 29 de octubre cuando la riada les sorprendió en su casa de Masía del Juez, próxima al Barranc dels Cavalls. Primero se fue la luz y después escucharon un gran ruido provocado por el impacto de un camión contra una de las paredes de su casa. El padre sujetó fuertemente a sus dos hijos, pero la fuerte riada se coló rápidamente en su casa llevándose todo por delante, incluido al padre, a los dos niños y a su perra Betty.
El padre no pudo sujetar a los niños de 3 y 5 años que vio como se iban en el agua mientras él consiguió agarrarse a un árbol durante cinco horas cuando fue rescatado. El hallazgo de la perra, que ha sido confirmado por una veterinaria mediante la lectura del chip, da esperanzas y pistas a su familia: “Si una perra de 40 kilos ha aparecido a 15 kilómetros de Torrent, los peques de 20 kilos pueden estar incluso más lejos”.
La familia agradece el trabajo de los voluntarios en las batidas que han realizado todo el fin de semana. “Quedamos todos los días a las 10 de la mañana en el Restaurante La Curra“, explica el mejor amigo de la familia. A partir de ahí se organizan en pequeños grupos para ir peinando la mayor zona posible. No obstante, a partir de mañana, David no descarta que también haya grupos de voluntarios en la zona de Paiporta. Zona en la que se encontraban en este mismo instante buscando a los pequeños pese a llegar la noche.
“Este fin de semana se han presentado entre 150 y 200 voluntarios“, explica. Sin embargo, al empezar la semana y con la vuelta a la rutina, los voluntarios vuelven a sus trabajos y ya no pueden colaborar de la misma manera. No obstante, la familia sigue la batida con esperanza día a día.