La despedida del Papa Francisco culminará este sábado con un funeral que fusionará siglos de tradición con la sencillez del Sumo Pontífice. Será un acto sobrio que será seguido por millones de personas en todo el mundo y congregará en la Plaza de San Pedro a reyes, reinas y líderes políticos.
Hemos contado con la ayuda de Marina Fernández, directora de Comunicación y RRII en Escuela Internacional de Protocolo, para que nos ilustre con su conocimiento sobre las recomendaciones protocolarias a seguir. El uso de los símbolos, la vestimenta adecuada, los accesorios oportunos y el resto de los elementos que marcan el protocolo son cruciales para garantizar un entorno de recogimiento, respeto y orden.

La liturgia fúnebre será presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, según los ritos establecidos en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, revisado recientemente por Francisco con el fin de simplificar y adaptar los rituales para que el funeral papal fuese “el de un pastor y discípulo de Cristo, y no el de una persona poderosa en este mundo”.
Acudirán al menos 170 jefes de estado y de gobierno. Entre ellos, Javier Milei, Lula da Silva, Emmanuel Macron, Keir Starmer, Olaf Scholz y Volodímir Zelenski, También Donald Trump, acompañado de la primera dama, Melania Trump. Se espera la asistencia de decenas de miles de personas. Unas 50.000 personas participaron en el funeral de Benedicto XVI en 2023; 300.000, en el de Juan Pablo II en 2005.
“Se sugiere discreción y evitar piezas brillantes y cualquier otro signo de ostentación” – Marina Fernández, directora de Comunicación y RRII en Escuela Internacional de Protocolo
La principal sugerencia para la vestimenta es el luto sobrio y respetuoso, acorde con la solemnidad del acto. Preferentemente, de color negro. Los asistentes evitarán hacer uso de insignias o símbolos de poder que no sean estrictamente necesarios. Es el principio al que se adherirán de modo general los monarcas, mandatarios internacionales y diplomáticos. De todos modos, se trata de un conjunto de recomendaciones, más que de normas, y con el tiempo se han ido haciendo más laxas.
Para la realeza existe un protocolo específico para eventos fúnebres. Las mujeres lucirán un vestido sobrio, de color negro, manga larga y sin adornos llamativos. Tradicionalmente, las reinas católicas cubren su cabeza con una mantilla negra que cae sobre los hombros. Las monarcas no católicas pueden elegir un velo negro o un discreto tocado cubriendo la cabeza. Se trata de un gesto de deferencia al Papa fallecido que simboliza respeto y humildad, dos valores que ensalza la Iglesia. El calzado, mejor sobrio con tacón bajo o sensato, cerrado y sin detalles.

La misma sobriedad se impone en cuanto a las joyas. Se sugiere discreción y evitar piezas brillantes y cualquier otro signo de ostentación. La Reina Letizia, que acudirá con Felipe VI, como representantes de la monarquía española, vestirá de negro mate, el color litúrgico del luto católico por excelencia. Es posible que no lleve mantilla, pues es un complemento que ha ido cayendo en desuso y, por otra parte, la Reina nunca la ha lucido.
“La moderación es la premisa para vestimenta masculina y femenina. En el caso de las mujeres, lo más acertado es un vestido o traje de chaqueta en tonos oscuros” – Marina Fernández, directora de Comunicación y RRII en Escuela Internacional de Protocolo
Doña Sofía fue una de las reinas europeas que acudió a Roma para despedir a Juan Pablo II. Cumpliendo con el protocolo, vistió un traje negro sin escote, de manga larga. En lugar de diamantes, escogió unas perlas. En el cabello llevó dos complementos, algo que solamente pueden lucir las reinas católicas, que tienen el llamado “privilège du blanc”. Este privilegio recoge que las reinas católicas pueden vestir de blanco cuando van al Vaticano a ver al Papa, aunque deciden no hacer uso del mismo en situaciones de luto.
La moderación es igualmente la premisa para la vestimenta masculina. Los monarcas católicos con vínculo militar, como Felipe VI, pueden optar por el uniforme castrense. Es común que lleven alguna medalla, distinción o pieza de joyería, pero siguiendo el tono de discreción. Los reyes no católicos vestirán de acuerdo con las recomendaciones de luto y formalidad, con traje sobrio de color oscuro y corbata negra en señal de respeto. Es, por otra parte, el patrón más común para los mandatarios y diplomáticos.

En cuanto a las líderes políticas y diplomáticas, se aconseja seguir las mismas reglas de luto que los hombres. Lo más acertado es un vestido o traje de chaqueta en tonos oscuros. Sin adornos y sin exceso de joyas. No es obligado, pero pueden llevar un discreto velo cubriendo su cabeza.
El funeral del Papa Francisco será un momento de luto y reflexión para la Iglesia católicas y sus fieles de todo el mundo. Los asistentes deberán ser un reflejo de ese respeto y sus gestos, tanto en la vestimenta como en el desarrollo de la ceremonia, buscarán preservar la solemnidad y la consideración que merece la figura papal.
Tras la misa, el féretro será trasladado por la “puerta de la muerte”, a la izquierda del altar mayor de la Basílica de San Pedro, mientras suena una campana fúnebre de diez toneladas. La congregación cantará versos del Salmo 117 (“Ábreme la puerta de la justicia”) y del Salmo 41 (“En la espléndida compañía de los santos, iré a la casa de Dios”).