El 18 de agosto de 2024, la tranquila localidad de Mocejón quedó marcada por una tragedia que sacudió a toda la comunidad: el brutal asesinato de Mateo, un niño de once años, mientras jugaba al fútbol con sus amigos. La comunidad toledana está completamente en shock, consternada por lo sucedido. Nadie sabe nada acerca de la identidad del homicida. Hay muchas teorías, pero ninguna se basa en evidencias policiales.
Eran alrededor de las 11:30 de la mañana cuando el asesino, un joven de entre 16 y 18 años según los testimonios, irrumpió en el Campo de Fútbol Municipal ‘Ángel Tardío’. El acceso no fue fortuito: el atacante entró por un agujero en la alambrada que rodea el recinto. Un detalle que sugiere que conocía bien el lugar o había planificado el ataque con antelación. Este acceso clandestino, ubicado en una zona menos visible del campo, le permitió aproximarse a los niños sin ser detectado de inmediato.
Un hombre de 20 años ha sido detenido finalmente este lunes por el presunto delito de homicidio, tal y como han confirmado a Europa Press fuentes de la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, y se están practicando dos registros en sendas viviendas de la localidad, tal y como señalan estas fuentes. La Unidad de la Policía Judicial de la Guardia Civil y el Grupo de Información de la Comandancia de Toledo desplegaron este domingo un operativo con una decena de patrullas para detener al autor.
Así actuó el asesino de Mateo: en el recinto, apuñaló al niño de 11 años y huyó
Una vez dentro del recinto, el joven se dirigió directamente hacia el grupo de niños que jugaban en el campo. Lo hizo con determinación, sin vacilar. Las investigaciones policiales sugieren que eso indica que tenía un objetivo muy claro. Mateo, que estaba jugando con otros compañeros de equipo, se convirtió en su blanco. A pesar de que los demás niños intentaron alertar a los adultos que se encontraban en las inmediaciones, el ataque fue tan rápido y violento que no hubo tiempo para una reacción efectiva. En todo momento, los niños pensaron que este joven se aproximaba a ellos porque quería unirse al partido de fútbol. No sospecharon —ni imaginaron— lo que podría llegar a suceder.
Sin mediar palabra, el asesino sacó un objeto punzante y comenzó a apuñalar a Mateo en repetidas ocasiones. Los gritos de horror de los otros niños resonaron en el campo, pero el atacante no cesó. Los padres estaban demasiado lejos como para actuar de inmediato: tenían que recorrer todo el campo de fútbol, de una punta a la otra, para alcanzar el campo de fútbol 7 que estaba al fondo del Municipal. Según los informes, Mateo recibió múltiples puñaladas en el pecho y abdomen, heridas que resultaron fatales. El ensañamiento del atacante sugiere un nivel de violencia inusitado, incluso para un crimen tan atroz.
El asesinato de Mocejón ha dejado en shock a toda la localidad | EFE
Tras el ataque, el asesino huyó del lugar con la misma rapidez con la que había llegado. Se dirigió hacia la salida improvisada por la que había entrado y, según varios testigos, se subió a un vehículo —un Ford gris oscuro— que estaba aparcado en las cercanías del recinto. A pesar de la rápida respuesta de la Guardia Civil, que activó un dispositivo de búsqueda inmediatamente después de conocer el crimen, el asesino logró escapar y hasta la fecha sigue en paradero desconocido.
¿Qué se sabe sobre la identidad del asesino de Mocejón?
La investigación, liderada por la Guardia Civil y bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 3 de Toledo, se encuentra bajo secreto de sumario. Sin embargo, se ha filtrado que el atacante podría tener algún vínculo con Mocejón o sus alrededores, dado su conocimiento del lugar y la precisión con la que ejecutó el ataque. La ‘operación jaula‘ ha movilizado a efectivos de toda la región. Sin embargo, hasta la fecha, no se han dado a conocer detenciones relacionadas con el caso.
La Guardia Civil sigue recopilando testimonios y pruebas que puedan llevar a la captura del asesino, mientras que la comunidad de Mocejón permanece en un estado de shock y miedo. Los vecinos, que hasta hace poco vivían en un ambiente de tranquilidad, ahora miran con recelo a cada forastero y temen por la seguridad de sus propios hijos.