La igualdad entre hombres y mujeres avanza, pero hay barreras que siguen sin romperse. En muchos ámbitos del poder, la presencia femenina continúa siendo una excepción, no la norma. A pesar de los avances legislativos y los cambios sociales, aún no hemos visto a una mujer presidir el Gobierno de España, liderar la Iglesia católica como papisa o ocupar la cúspide del poder en la República Islámica de Irán. En el ámbito económico, las mujeres siguen sin dominar la dirección del Ibex 35, y en el deporte, aunque el fútbol femenino ha dado pasos de gigante, un gol anotado por una futbolista en un abarrotado Santiago Bernabéu sigue siendo un sueño.
En pleno siglo XXI, estos hitos parecen más cercanos que nunca, pero la realidad aún impone sus límites. Mientras los avances llegan a cuentagotas, la inteligencia artificial puede anticipar escenarios que, por ahora, siguen siendo una utopía. La pregunta es: ¿cuánto tiempo más tendrán que esperar las mujeres para que lo que hoy imaginamos se convierta en historia?
Una presidenta de España
En más de 40 años de democracia y tras quince elecciones generales los partidos más tradicionalmente más votados -PP y PSOE – nunca han propuesto a una mujer para presidir el Gobierno de España. En los últimos comicios, celebrados el 23 de julio de 2023, Yolanda Díaz fue la candidata de Sumar. En 2011, Rosa Díez, se postuló por UPyD, partido sin opciones reales de llevar a una mujer a La Moncloa.
En el futuro más inmediato parece que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo quieren repetir en las parlamentarias de 2027. En el PSOE se barajaron nombres como el de la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, o la ministra de Hacienda y vicepresidenta primera, María Jesús Montero, cuando el presidente se retiró cinco días a reflexionar tras la investigación judicial a su esposa, Begoña Gómez.
En el caso del PP la mujer mejor colocada si hubiese un relevo es la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La extremeña María Guardiola ha apostado por un perfil bajo pero su carrera política cotiza al alza.
Una papisa en el Vaticano
En la Iglesia católica romana, las mujeres no pueden ser ordenadas sacerdotes. Es más, violar esta restricción es uno de los crímenes más graves en el derecho canónico. ¿El castigo? La excomunión de manera inmediata. De momento, se han dado algunos avances durante el papado de Francisco como permitir mujeres monaguillos o los nombramientos de algunos altos cargos en el Vaticano por primera vez ocupados por mujeres.
Con todo, el diaconado femenino es la mayor reivindicación por la igualdad dentro de la Iglesia y supondría que ellas también pudiesen acceder al paso previo a que un cura sea ordenado sacerdote y permitiría, entre otras, celebrar la palabra. Por supuesto, además de sacerdotes, las mujeres tampoco pueden ser Papa. Siempre han sido hombres y de momento, sin inteligencia artificial mediante, así seguirá.
Una presidenta en la Casa Blanca
Ellas lo intentan y los votantes las rechazan, incluso teniendo como rival a alguien como Donald Trump (racista, machista, delincuente convicto…), o precisamente por ello. Por segunda vez en ocho años, los estadounidenses no respaldaron a la candidata femenina a la Casa Blanca. En la principal potencia mundial, el 15% de los votantes registrados en Estados Unidos reconoció abiertamente que no estaba cómodo votando por una presidenta.
El Partido Demócrata se lo pensará dos veces antes de volver a escoger a una candidata a la presidencia en 2028. Por tanto, habrá que esperar a la próxima década a que una mujer se siente en el Despacho Oval. EE UU aún no es país para presidentas.
Una líder suprema en Irán
En la República Islámica de Irán son las mujeres las que más sufren el aparato represor del Estado teocrático. El líder supremo, en la actualidad el ayatolá Jamenei, es la máxima autoridad de Irán, y obviamente, siempre ha sido un hombre. Pero los ayatolás sí las oprimen a ellas. Las estrictas leyes religiosas les han recortado drásticamente los derechos a las iraníes. Además del hiyab obligatorio y una vestimenta decorosa si no se quiere terminar multada o detenida por la Policía de la moral, las iraníes sufren restricciones en el empleo y en la educación.
La omnipresente estructura patriarcal las veja en procesos judiciales, aunque sea su propia violación. En los últimos meses, además, ha aumentado la violencia de género en Irán y ellas no se libran de las condenas a la pena de muerte. Una ayatolá es tan imposible de imaginar como que las iraníes recuperen su libertad.
Una cúpula del Ibex 35 copada por mujeres
La paridad ejecutiva en las grandes cotizadas españolas es aún una realidad inalcanzable. Los datos hablan por sí solos. En el Ibex 35, solo tres compañías cuentan con una consejera ejecutiva: Ana Botín, presidenta del Banco Santander; Gloria Ortiz, consejera delegada de Bankinter; y María Elena Sanz, CEO del negocio Iberia de Mapfre.
A su vez, las compañías adolecen de altas directivas – son solo una de cada cuatro– y en áreas como recursos humanos o marketing. El reto es alcanzar las posiciones ejecutivas, donde se toman las decisiones estratégicas de negocio e inversión. La base de la pirámide va avanzando, pero aún sigue siendo muy puntiaguda para ellas.
Lideresas de los sindicatos
La secretaria general de los dos grandes sindicatos de clase (UGT y CCOO) sigue siendo inaccesible a las mujeres desde su legalización en 1977. Se avanza con estructuras paritarias y listas cremallera, pero en las fotos de la negociación colectiva los protagonistas son ellos. Tanto por la parte la representación de los trabajadores, como por las patronales CEOE y Cepyme.
UGT celebró en noviembre de 2024 su 44º Congreso Confederal en el que revalidó su mandato por otros cuatro años Pepe Álvarez. En el caso de CCOO celebrará su 13º Congreso a finales de junio de 2025 y podría ser la sorpresa. En Europa, Bélgica y Francia, ya tienen mujeres al frente de sus sindicatos.
Un gol anotado por una futbolista en el Bernabéu
Que el Paseo de la Castellana o la Calle Concha Espina retumbe ante un gol del Real Madrid es algo muy cotidiano para los vecinos que viven cerca del estadio Santiago Bernabéu. Pero eso jamás ha pasado siendo una futbolista mujer la que anota.
El imponente feudo blanco, construido en 1947, está aún reservado para los hombres pese al crecimiento imparable del fútbol femenino español. 22 jugadoras frente a frente en un abarrotado Bernabéu es algo de lo que, de momento, sólo podemos disfrutar con IA.
Un galardón con la imagen de una mujer
Desde su creación en 1929, la icónica estatuilla dorada de los Premios Oscar ha representado la excelencia en el cine, pero su figura es inequívocamente masculina. Con su postura firme, espada en mano y líneas clásicas, el trofeo simboliza el triunfo en una industria que, durante décadas, ha estado dominada por hombres, tanto delante como detrás de la cámara. A pesar de los avances en representación femenina en el cine, los premios de la Academia siguen reflejando una brecha de género evidente, con muchas más nominaciones y galardones entregados a directores, guionistas y productores masculinos que a sus homólogas femeninas. Imaginar un Oscar con el cuerpo de una mujer podría parecer un simple cambio estético, pero en realidad supondría un reconocimiento simbólico al papel fundamental que las mujeres han desempeñado en la historia del cine, muchas veces en la sombra.