Empeora su estado de salud

¿Hay posibilidades reales de que el Papa renuncie?

Tras casi una semana hospitalizado, Francisco presentaba a última hora de ayer una “ligera mejoría”

Papa Francisco
El papa Francisco observa durante su audiencia general semanal en la plaza de San Pedro del Vaticano, el 30 de octubre Efe

¿Podría renunciar el papa Francisco? El primero en abrir el melón –al menos, públicamente– era el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses. Y lo hacía en una entrevista que concedía ayer a Canal Sur Radio, en la que dejaba caer que, de recuperarse de la bronquitis que ha derivado en neumonía bilateral y que le ha llevado a pasar casi una semana ingresado en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma, Francisco podría seguir la estela de Benedicto XVI y renunciar al pontificado.

“Me parece que el papa Francisco también entraría en esa dinámica. Si ve que no puede atender bien su misión, pues que tanto él como otros papas que vengan puedan dejar el primado“, decía el arzobispo. Y es que, ante las alarmas surgidas por la salud del Papa, que empeoraba el martes pasando de bronquitis a neumonía y que hacían a muchos temer lo peor, a última hora de la tarde de ayer llegaba un mensaje de calma desde el Vaticano: el Papa presentaba “una ligera mejoría”.

“Los análisis de sangre, evaluados por el personal médico indican una evolución positiva, en particular en los índices inflamatorios”, explicaba el comunicado lanzado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en la cual se subrayaba que las condiciones clínicas del Papa “permanecen estables”.

El comunicado continuaba explicando que el día del Papa casi parecía revestido de cierta normalidad: “Después de desayunar leyó algunos periódicos y luego se dedicó a actividades laborales con sus colaboradores más cercanos”. “Antes del almuerzo recibió la eucaristía”, añadía la nota, en la que también se hacía referencia a que por la tarde Francisco había recibido a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, con quien habló en privado durante 20 minutos. Poco después era la propia Meloni quien confirmaba la visita a los medios: “Estoy muy contenta de haberlo encontrado lúcido y reactivo. Hicimos bromas como siempre”.

La renuncia en un cajón

Puede parecer una anécdota, pero es precisamente esa faceta del papa Francisco, la del sentido del humor, la que dice mucho de cuáles pueden ser sus próximos pasos. Porque, sí, tiene una carta de renuncia firmada desde el inicio de su pontificado –ahora en manos del cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin– por si, en algún momento, queda incapacitado para ejercer su ministerio, pero, a su vez, defiende que este cargo es ad vitam.

Entonces, si el deterioro de salud que ha sufrido en los últimos años y que ahora parece haberse agravado no ha logrado su renuncia, ¿qué llevaría a Francisco a dejar el trono de Pedro? Pues el deterioro de su cabeza. “Lo primero es entender que el papa Francisco ha sido formado en la escuela jesuita y en tiempos convulsos en América Latina. No es un hombre de carácter blando. Es una persona que ha vivido injurias, oprobios…”, explica a Artículo14 Josué Emmanuel Suaste Vargas, licenciado en teología dogmática por la Universidad Pontificia de Comillas, con su tesina sobre El pensamiento ecuménico del papa.

Sufrir no le asusta

“En los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola, se pide ser puesto con el Hijo en la cruz junto a Jesús, y Francisco ha sido formado en esa espiritualidad recia, en la que el dolor no le asusta. Sufrir no le asusta”, subraya. Sin embargo, “cosa distinta es que tuviera un problema que dañe su conciencia y su capacidad de discernimiento”. “Yo creo que ahí lo tendría claro: si ya no tiene capacidad de discernimiento, dimitiría, haría uso de esa carta”, asevera. “Pero, mientras su cabeza esté bien, no va a renunciar. De eso estoy seguro, porque él tiene claro que su papado está al servicio de la misión”.

“Francisco vive una espiritualidad de la cruz, donde el dolor y la enfermedad es parte de una lectura creyente de la historia. En ese sentido no hay que asustarnos de que vaya a renunciar”, insiste. Y parece que este último problema de salud del Papa –que ya se sometió a una cirugía de colon en 2021 y usa una silla de ruedas debido al dolor de rodilla que padece– no van a parar a Francisco. Porque, como ha dicho en más de una ocasión: “la Iglesia se gobierna con la cabeza, no con la rodilla”.

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