Los últimos días

“Ha estado gobernando hasta el final aunque no pudiera escribir”

Jorge Mario Bergoglio falleció el 21 de abril de 2025 a los 88 años. Hasta sus últimas horas conservó la lucidez y el gobierno de la Iglesia, según confirma su círculo más próximo

Su última aparición había sido apenas unas horas antes de su fallecimiento. El Papa Francisco participó en la misa de Pascua desde el balcón de la Basílica de San Pedro, en el que apareció en silla de ruedas y sin asistencia de oxígeno. Jorge Bergoglio participó de la tradicional bendición Urbi et orbi, en la que habló de la libertad religiosa como acto indispensable para la paz mundial. Unas horas después, poco antes de las 8 de la mañana del 21 de abril de 2025, fallecía en su residencia de la Casa Santa Marta a los 88 años. La autopsia ha determinado que la causa final de la muerte ha sido un ictus.

Un pontífice lúcido hasta el final

“El Papa ha estado hasta el último momento gobernando. Aunque no pudiera escribir con facilidad ni hablar con fluidez, sí ha seguido dando órdenes”, explican a Artículo14 desde su entorno más cercano. Las últimas horas del Pontífice han seguido la línea de sus últimos días: ha ejercido su labor, siendo Papa hasta el final, según sus colaboradores.

“No se ha visto disminuida su capacidad intelectual ni espiritual”, afirma una de las personas de su círculo más íntimo. Todo, a pesar de haber permanecido durante más de un mes, 38 días, en el Hospital Gemelli de Roma, donde le trataron una infección respiratoria con neumonía bilateral. “Evidentemente, su ritmo era más lento, pero ha estado al pie del cañón hasta el final”, afirmó un miembro de su entorno cercano, resaltando la dedicación inquebrantable de Francisco incluso en sus últimos días.​

Fotos del papa Francisco a los pies de la estatua del papa Juan Pablo II enfrente del hospital Agostino Gemelli de Roma
EFE/ Giuseppe Lami

A pesar de las limitaciones físicas, Francisco continuó ejerciendo su labor pastoral y administrativa. Su última aparición pública fue el 20 de abril de 2025 en la Plaza de San Pedro, donde, visiblemente debilitado, impartió su mensaje de Pascua a los fieles. ​Aunque no había participado en ninguno de los ritos de la Semana Santa, se asomó a la plaza para emitir las que fueron sus dos últimas palabras en público, “¡Buena Pascua!”, después de hablar a favor de la paz: “No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás”, dijo en su discurso final. ​

Desde ese mismo balcón de la Basílica de San Pedro bendijo a unos 50.000 católicos. Apareció en silla de ruedas y su voz sonó especialmente débil. Pese al cansancio visible recorrió la plaza de San Pedro con su papamóvil e incluso se paró para bendecir a algunos niños en la que ya ha sido su última aparición pública.

Una salud frágil, pero una voluntad firme

Las secuelas físicas después de pasar más de un mes ingresado eran visibles. Después del alta se le prescribió guardar reposo durante dos meses. Necesitaba oxígeno en algunos momentos del día. “Su agenda ha estado despejada y se ha centrado en su recuperación, pero ha seguido ejerciendo, dando órdenes y llevando a cabo sus tareas dentro del Vaticano”, continúan desde su entorno.

Sin embargo, en los últimos días y semanas el Papa experimentaba una cierta mejoría y por eso decidió participar en distintos actos. Su última recepción fue con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, mientras que el pasado jueves mantuvo un encuentro con varios presos en una cárcel. Preguntado por la prensa sobre cómo estaba llevando su enfermedad, respondía: “La vivo como puedo”.

Su entorno destaca que, incluso durante su hospitalización, Francisco seguía trabajando, firmando documentos y manteniendo reuniones. “El Papa sigue trabajando todos los días como así demuestran las firmas de documentos y los nombramientos que publica la Santa Sede”, afirmó un cardenal cercano. ​

El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, en su encuentro con el papa Francisco
EFE

Un pontificado de reformas y cercanía

Desde su elección en 2013, Jorge Mario Bergoglio, el primer papa latinoamericano y jesuita, impulsó reformas significativas en la Iglesia Católica. Promovió la transparencia financiera, la protección de menores, una mayor inclusión de laicos y mujeres, y un diálogo interreligioso activo. Su enfoque reformista e inclusivo dejó una huella imborrable en la institución. ​

Francisco también fue conocido por su cercanía con los fieles y su humildad. Su decisión de vivir en la Casa Santa Marta, en lugar del tradicional Palacio Apostólico, y su estilo de vida sencillo reflejaron su compromiso con los valores evangélicos.​ Cumpliendo su deseo de humildad, Francisco será enterrado en la Basílica de Santa María La Mayor, en una sencilla capilla. La normativa vaticana establece que el cónclave para elegir a su sucesor deberá celebrarse entre 15 y 20 días después del inicio de la Sede Vacante. ​

El legado de Francisco perdurará como el de un pontífice que, incluso en sus últimos momentos, se mantuvo lúcido, firme y comprometido con su misión. Gobernó hasta el final. Vivió hasta el final. Fue Papa hasta el final.

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