Cita con Carla de La Lá

Fin de curso en familia en Shangrilá, tras los pasos de Antonio Palacios, y una excursión al volante en solitario

Esta semana de fin de curso la cronista nos invita a sumergirnos en la poesía chilena y a pasear por el Madrid de la 'belle époque'

Amigas, regreso como cada viernes con mis divertidas recomendaciones aceptando que la diversión no me impresiona nada en comparación con los discretos encantos del aburrimiento y el misterio constante y sereno del aburrido, ese ser místico y de alguna manera impenetrable.

Y es que la diversión posmoderna es un artificio groseramente producido por la industria internacional para lucrarse. La misma que produce antidepresivos después y los vende como Lacasitos. El Ulises de Joyce no es divertido… ¡Comparemos la Sacra pasión de San Mateo de Bach, esa sublimación del orden, la estética y hasta del silencio con las alegres confesiones de Bustamante o Malú vociferando sus intimidades!

De manera que os pauto estos divertimentos con la misma prudencia que si fueran corticoides cuyo mal empleo produce obesidad, estrías, disforia y hasta depresión. Sacad vuestras conclusiones, pero si aún dudáis, os recomiendo un crucero: una cápsula cerrada herméticamente en el tiempo y el espacio -en medio del océano- donde es obligatorio comer, beber y compartir cada segundo del día y de la noche con los demás, pero especialmente, donde es mandatorio, de forma compulsiva, impostada, espuria, descomedida, tosca, zafia y agresiva… “divertirse”.

Cita con Palacios

Y además literalmente. Madrid celebra la obra del singularísimo Antonio Palacios, unos de los artífices de las más interesantes construcciones de la ciudad. Considerado uno de los arquitectos más destacados e influyentes en la España de la primera mitad del siglo XX, se cumplen 150 años de su nacimiento con un programa cultural que nos permite adentrarnos en el imaginario de este artista, recorrer sus edificios y saber más de su historia. Edificios como el Palacio de Cibeles o el Círculo de Bellas Artes son paradigma de su obra, pero yo les recomiendo uno de los menos visitados por los españoles (me consta que los guiris lo visitan a diario): la Casa Palazuelos, también llamada Casa Comercial Palazuelo, considerado el edificio belle époque por excelencia en Madrid; conozco este lugar alucinante que, por cierto, alquila sus preciosos espacios, porque mi primera oficina estaba en su interior (calle Mayor, 4). Recuerdo al portero, adorable, Luis, que en paz descanse… Cómo fumaba Luis, con cuánta ternura y cuánto… Sin sospechar lo mucho pero sobre todo lo bonito que fumaba, como si fuera el único fumador de la tierra.

  • Antonio Palacios Ramilo — Antonio Palacios (centenariopalacios.es)

Cita con la poesía chilena

Y continuando con los aniversarios, se cumplen 100 años de los 20 poemas de amor y una canción desesperada que continúa haciendo suspirar a los románticos del mundo a pesar de las ampollas que levanta su Me gustas cuando callas, cancelado por las hermanitas ofendidas de la Orden de la Literalidad. Para ellas, Chile es tierra de poetas. Recomiendo la lectura de Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura (ella, la primera mujer en América) como Neruda (y se llevaban fatal). “Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino”. Esto tan cursi y tan elevado lo escribió ella. Acabo de regresar de presentar Qué te importa que te ame (Editorial Planeta) en Chile, y allí no es fácil seguir las huellas de la escritora; sin embargo, de Neruda es muy fácil: visita obligada a la Chascona, en Santiago, una casa con toques dalinianos, “divertida”, incomodísima y poética, que construyó para Matilde cuando todavía eran amantes y donde fue velado a su muerte.

Cita con tu familia

Y qué mejor que celebrar el fin de curso con un “divertido” (y sobre todo permisivo) encuentro en el restaurante chino más antiguo de la capital. La gastronomía oriental es muy conocida por su refinamiento, riqueza, sus sabrosos platos y exquisitas técnicas de cocción pero sobre todo porque uno puede habitarlos por espacio de dos horas desde la informalidad, es decir, con niños (esos pequeños psicópatas a los que amamos por encima de todo). Shangrilá tiene una variada y deliciosa carta capaz de convencer a todos y además es dimsum bar, es decir, tiene un comedor (muy bonito y luminoso) especializado en pequeñas empanadillas al vapor, de verduras, gambas o carne de cerdo y ternera. Shangrilá se ubica en el mismo espacio que el primer restaurante chino que abrió en 1963 y aunque ha pasado por otras vidas, sus propietarios han querido recuperarlo.

  • Sangrilá. C/ Leganitos, 26. Madrid.

Cita con El Sirviente

Anoche vimos de nuevo este filme y os lo recomiendo muchísimo pese a no ser nada divertido. Escrita por Harold Pinter y dirigida por Joseph Losey, The servant es una de las películas más inquietantes de la historia del cine. Dirk Bogarde interpreta a un seductor y perspicaz mayordomo contratado por el refinado aristócrata Tony Mountset (James Fox) para que decore y mantenga el orden su recién adquirida casa; la sobrecogedora eficiencia de Barret hará que pronto se tergiversen los roles del señor y el sirviente.

Para mí lo más interesante es la fotografía, exquisita, bellísima, inteligente; hay mucho que aprender aquí. La historia es estremecedora, para aquel al que le guste irse a la cama con un poquito más de zozobra y ansiedad de lo habitual. De esas películas que sin que salgan monstruos, ni cuchillos, ni sierras mecánicas, te dejan temblando por su malignidad. Una historia de dominación, de narcisismo y denigración, de abuso, dependencia y agresividad pasiva, muy s. XX. Y con Sarah Miles, que es un elemento incomparable e insustituible porque no “hace” de perversa, sino que lo es: turbia y perversa.

  • El Sirviente. En Filmin y Prime Video

Cita con tu coche

¿Te gusta conducir? A mí me vuelve loca y no se trata de diversión, sino de consciencia plena o presencia. Y más hacer excursiones campiranas y provinciales sola. En esta ocasión y ya con el buen tiempo y el traje de baño puesto te recomiendo coger una buena novela (la mía) y lanzarte al Pantano de San Juan, un clásico en el veraneo madrileño, situado entre San Martín de Valdeiglesias, El Tiemblo, Cebreros y Pelayos de la Presa. Con 14 kilómetros de playas, muchas de ellas solitarias y bellas, es el único embalse de Madrid donde está permitido el baño. Es importante seguir las recomendaciones de seguridad, ya que se pueden alcanzar los 70 metros de profundidad en algunas zonas. Yo me imagino coches hundidos con cadáveres sonrientes y azulados en su interior, pero no hace falta mirarlos. La línea de autobús 551, desde Príncipe Pío, también os dejará por allí.

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