La conciliación laboral y familiar sigue siendo un reto en España. La vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha planteado la posibilidad de crear escuelas infantiles 24 horas para atender a los niños de 0 a 3 años en cualquier momento del día. Su propuesta ha generado un intenso debate sobre el equilibrio entre las necesidades laborales de los padres y el bienestar infantil.
“¿La gente no trabaja por la noche?”, se preguntó Díaz durante un acto del Ministerio de Derechos Sociales, donde defendió la necesidad de adaptar los servicios públicos a la realidad de las familias. Sin embargo, su idea de abrir escuelas infantiles 24 horas ha suscitado dudas sobre su viabilidad y el impacto que tendría en el desarrollo de los más pequeños.
Un modelo inédito en España
En la actualidad, no existen escuelas infantiles 24 horas en el sistema público español. Ni siquiera en el sector privado es común encontrar centros que funcionen durante toda la noche. La idea de ofrecer un servicio continuo responde a la necesidad de muchas familias que trabajan en horarios no convencionales, como personal sanitario, periodistas, trabajadores de limpieza y empleados en fábricas con turnos nocturnos.
Díaz ha vinculado su propuesta con la universalización de los derechos. Defiende que todas las familias deberían poder acceder a servicios de calidad sin importar su nivel de ingresos. “La clave es que todo ser humano tiene derecho a estudiar, a ir al médico o disponer de protección social”, afirmó. Sin embargo, la posibilidad de que existan escuelas infantiles 24 horas plantea preguntas sobre cómo garantizar el bienestar de los niños en un modelo que hasta ahora no ha sido implementado a gran escala.
¿Qué implicaciones tendría para los niños las escuelas infantiles 24 horas?
Los expertos en desarrollo infantil han mostrado cautela ante la idea de implantar escuelas infantiles 24 horas. La primera infancia es una etapa clave en la formación emocional y cognitiva de los niños. Y la estabilidad en sus rutinas es fundamental para su bienestar. Es más, los psicólogos infantiles advierten que pasar muchas horas fuera del hogar —especialmente en horarios nocturnos— puede afectar la calidad del apego con los padres.
La pregunta que surge es si debería priorizarse la conciliación laboral por encima del bienestar infantil. La existencia de escuelas infantiles 24 horas facilitaría la vida de muchos padres. Pero podría generar un impacto emocional en los menores que aún no tienen la madurez para adaptarse a cambios constantes de cuidadores y horarios.
¿Es viable económicamente?
Más allá del debate sobre la infancia, la implantación de escuelas infantiles 24 horas supondría un reto económico y organizativo para el sistema educativo. Actualmente, las escuelas infantiles públicas tienen horarios limitados. Hay opciones de ampliación en algunas comunidades autónomas. Sin embargo, el coste de mantener un servicio ininterrumpido sería elevado.
Los sindicatos de docentes han señalado que para poner en marcha escuelas infantiles 24 horas se necesitaría una gran inversión en infraestructuras, personal y formación. Además, habría que establecer turnos de trabajo nocturnos para educadores y personal de apoyo. Algo que no está contemplado en la mayoría de convenios laborales.
Desde el sector privado, algunos centros han explorado la posibilidad de ofrecer horarios extendidos. Pero siempre con limitaciones. En España, la demanda de escuelas infantiles 24 horas no ha sido lo suficientemente grande como para que este modelo se haya desarrollado de forma estable en el mercado.