Tras más de dos semanas desde que la DANA arrasó buena parte de la Comunidad Valenciana, los vecinos afectados comienzan a tener otro tipo de necesidades. En un primer momento se cubrieron las más básicas: comida, agua y ropa de abrigo. Después, los voluntarios ayudaron en masa limpiando calles y casas de barro.
Sin embargo, ahora que la vida continúa, aquellos que lo perdieron todo, incluso los muebles y los electrodomésticos, buscan empezar de nuevo cuanto antes. Y para eso, necesitan precisamente lo que perdieron, muebles. De esto se dieron cuenta dos amigas, Andrea K. Lakhani y María José Collado: “Empezamos limpiando las calles, pero hartas de la organización que había, donde veíamos que la ayuda no llegaba, nos desesperamos un poco“.
Fue entonces cuando un amigo suyo les pidió que le ayudaran a amueblar su casa dado que se había quedado sin nada. “Le ayudamos y en un día recopilamos todos los muebles“, explica Andrea. Tras esto, ambas pensaron en ayudar al resto de personas. Y lo que comenzó con un simple post en Instagram, ya lleva más de 30 familias ayudadas y recogidas hasta el momento más de 800 solicitudes de ayuda.
Tanto si necesita muebles como si quiere donarlos, puede rellenar el formulario que se encuentra en su perfil de Instagram, @muebles.dana. Esta iniciativa llamó la atención también de Álvaro García y Jorge Colomer que no dudaron en sumarse al equipo.
“En ningún momento pensamos que tendría la repercusión que ha tenido”, cuenta Andrea. Gracias a esto, también han conseguido que marcas como Paula Valls de Interiorisme, le donen muebles para siete apartamentos completos.
Organización
Estas jóvenes han escuchado decenas de historias. Hubo una que les conmovió especialmente, cuenta Andrea, la de un matrimonio que dio a luz dos días después de que pasara la DANA y que se encontraban durmiendo en el suelo con el recién nacido: “Nos dijeron que solo necesitaban una cama de 90 y que se irían turnando porque tenían más hijos. Al final le dejamos más, pero nos sorprendió la generosidad de la gente”.
La solidaridad ha salido a flote con esta trágica situación. “Hasta los mismos afectados nos donan muebles“, asegura Andrea. Les han llegado muebles de diferentes partes de España. Todo esto lleva una complicada gestión en la que el grupo de jóvenes cuenta con ayuda externa: “Nos ayuda mucho la gente que nos dona los muebles, pero también las empresas que se comprometen con nosotros y nos ponen los tráilers o el transporte necesario, que es lo que nos falta”.
Ahora, están pendientes de que les lleguen envíos de Barcelona y Madrid con electrodomésticos y muebles. También tienen apalabrado varios tráilers con una productora de Galicia, la cual se encargará de recogerlos y llevarlos a destino.
Camas para dejar de dormir en el suelo
Los jóvenes aseguran que lo que principalmente piden los afectados es una cama para poder dormir, dado que diecesiete días después, aun hay muchos vecinos que duermen en el suelo. Tienen una lista de peticiones de más de 800 hogares. “Si tienen niños o personas mayores priorizamos, sobre todo si siguen viviendo en la misma casa afectada, porque hay muchos que han podido mudarse con familiares hasta que arreglen la suya”, explica Andrea.
También hay personas que han rellenado el formulario explicando que necesitan los muebles dentro de 15 días. Estos casos son principalmente de familias que vivían en los bajos y que sus casas aun continúan con barro y humedades, motivo por los que aun no pueden vivir ahí y, por tanto, tampoco necesitan los muebles de manera urgente.
Hace tan solo una semana desde que los cuatro jóvenes comenzaron con esta iniciativa y ya hoy pueden decir orgullosos que han ayudado a 35 familias. “Gracias a los transportistas que nos ayudan y a los colaboradores que se han ido uniendo. Ahora somos muchos más porque los cuatro hemos tenido la iniciativa por separado y hemos aunado fuerzas”.
Darles esperanza
Para María José, lo mejor de ayudar a estas familias es darles esperanza: “En ese momento piensas que se acaba el mundo. Ayudarles me llena el corazón y es lo más gratificante que existe”, explica la joven. Unas palabras a las que Álvaro se suma: “Es muy bonito poder ayudar a la gente, aunque sea con una simple estantería”.
Así mismo, los jóvenes piden que el resto de España no olvide a Valencia “porque esto va para largo y construir otra vez la vida de toda esta gente necesitará la ayuda de todos”.