La Lotería de Navidad está llena de tradiciones y supersticiones. Sin embargo, pocos números generan tanto debate como el 66.666. Apodado por muchos como “el número maldito”, esta combinación parece estar envuelta en un halo de misterio y controversia que, año tras año, despierta tanto curiosidad como rechazo entre los compradores. Pero ¿qué tiene este número que lo hace tan especial? Y, más importante aún, ¿te atreverías a comprarlo para el sorteo de este año?
El simbolismo detrás del 66.666
El 66.666 debe su fama a su asociación con el número 666, conocido popularmente como “el número de la bestia” en la tradición cristiana. Esta referencia apocalíptica del libro del Apocalipsis ha llevado a muchas personas a considerarlo un número de mal augurio, lo que se intensifica cuando se multiplica por cinco en el caso del 66.666. En el contexto de la Lotería de Navidad, esta cifra ha adquirido una reputación casi mítica. A fin de cuentas, para algunos simboliza mala suerte, mientras que otros lo ven como una oportunidad para desafiar el destino.
¿Por qué es tan popular el número “maldito”?
A pesar de su connotación negativa, el 66.666 no deja de captar la atención de los compradores cada año. En administraciones de lotería como Doña Manolita en Madrid o La Bruixa d’Or en Sort, este número suele agotarse rápidamente. Eso demuestra que su fama no es sinónimo de rechazo. Por el contrario, muchas personas ven en este número una oportunidad única de hacerse con una combinación icónica que, irónicamente, podría estar cargada de buena suerte.
Para la Lotería de Navidad, cualquier número tiene exactamente las mismas probabilidades de resultar premiado. Sin embargo, el 66.666 ha logrado trascender su naturaleza matemática para convertirse en un fenómeno cultural. Algunos compradores incluso lo eligen como una forma de “romper la maldición” y darle un giro optimista a su significado.
Una historia de supersticiones en la Lotería de Navidad
La Lotería de Navidad siempre ha estado rodeada de supersticiones. Desde frotar los décimos en estatuas emblemáticas como la de San Pancracio hasta llevar amuletos especiales el día del sorteo, las creencias populares forman parte del ritual que envuelve esta tradición. El caso del 66.666 no es diferente: algunos lo compran con miedo, mientras que otros lo ven como un desafío a las supersticiones.
En redes sociales, la conversación sobre este número maldito también se ha disparado en los últimos años. Vídeos en plataformas como TikTok e Instagram muestran a compradores explicando por qué eligieron este número, compartiendo anécdotas y teorías sobre su supuesto poder, tanto positivo como negativo. En el fondo, el 66.666 representa una mezcla de fascinación y temor que captura perfectamente el espíritu de la Lotería de Navidad.