MUJERES AL FRENTE (III)

El mensaje de coraje de Hortensia: “Vamos a sufrir pero se sale”

“He perdido rollos de tela, diseños, prototipos. Calculo que 200.000 euros”, estima la diseñadora Hortensia Maeso, que por tercera vez se enfrenta a rehacer su vida profesional

La diseñadora Hortensia Maeso no se rinde y rehará su negocio Hortensia Maeso

Hortensia Maeso sabe lo que es resurgir de las cenizas. Y esta es la tercera ocasión que le va a tocar volver a empezar por culpa de la DANA. Es diseñadora de moda, con tiendas en Madrid y Valencia y un taller, centro neurálgico de sus colecciones, en Picanya, al lado de Paiporta, la zona más afectada por la catástrofe. Tenía previsto un desfile para el próximo 17 de noviembre en la Mediterránea Fashion Week en el que no va a poder participar. Sus planes se han truncado. El barro se ha llevado los tejidos, las colecciones, la maquinaria, el mobiliario. “Allí confeccionamos la ropa, tenemos el diseño, el almacén y los tejidos, fornituras, todo lo necesario para fabricar, y ahora está todo para tirar. Todo perdido”.

Al menos no tiene que lamentar pérdidas humanas. Ese día decidió no hacer horas de más y se fue a casa al ver que había intensas lluvias. “El local estaba cerrado y no pude saber nada hasta el día siguiente por la noche. Pensaba que tendría un poco de agua, veinte o treinta centímetros, pero no un metro y medio que iba a arrasar con todo. Yo calculo unas pérdidas de más de 200.000 euros”.

Al menos los últimos pedidos de sus clientas se han salvado. “Acabábamos de servir todo, el almacén lo tengo en la parte alta, o sea que los pedidos están a salvo al menos eso, pero los muestrarios que íbamos a sacar, 40 diseños perdidos, pero los prototipos, todos inservibles”.

Cuando vio el desastre, se quedó en estado de shock, “esa sensación de quedarte atontada” pero no es la primera vez que se queda en la ruina. “Tuve que volver a empezar en 2013 y con mi segundo divorcio, también, ya que se quedó con la empresa y con mi nombre y tuve que empezar de cero en ambas ocasiones. Sé muy bien lo que es comenzar de nuevo, los obstáculos en todas partes, es un periodo decadente y salir se sale, tengo que ser positiva, pero he vivido en mis carnes lo que es sufrir mucho y es muy difícil.”

Renacer

Pero quiere transmitir un mensaje de fuerza para otras mujeres emprendedoras como ella que también lo hayan perdido todo con esta DANA. “Yo ahora estoy preparada, estoy entrenada, sé que va a ser muy difícil pero el miedo o el terror no lo tengo. Al final las cosas van saliendo, sufrir es innecesario, no me ayuda en nada, nunca pasa lo que piensas que te va a pasar y aprendí a controlarme, a controlar la ansiedad y que todo va a solucionarse. Yo les diría que a veces es una oportunidad a pesar de lo duro; he tenido dos veces que renacer, pasado el tiempo, fue una oportunidad para mí. Pero hay que tener fe y paciencia y soportar las tensiones y dificultades”.

La empresa se va a mantener abierta, las tiendas en Valencia y Madrid también. Y recuerda, cuando surgen problemas, “empiezas a ver los ángeles que circulan entre nosotros y que en circunstancias normales no les vemos y en crisis aparecen, la solidaridad de la gente, y eso lo quiero transmitir. Van a aparecer pequeños milagros inesperados. Tengo cientos de mensajes de gente que me pregunta qué necesito, es increíble”. Y volverá a levantarse por tercera ocasión. No hay temporal que pueda con ella.

Ayudas

Tendrá que solicitar todas las ayudas posibles para la reconstrucción de su negocio. El Gobierno ha aprobado hasta 10.600 millones de euros para familias, autónomos y pequeñas empresas y medianas empresas. El Consorcio de Seguros está tramitando las solicitudes de indemnización, que son más de 110.000 y comenzará a pagar lo antes posible. Hortensia puede acogerse a los ERTE por fuerza mayor y optar a las ayudas directas de entre 10.000 y 150.000 euros. También a la línea de avales para acceder a créditos ventajosos y que gestionará el ICO.

Pero no será un camino fácil. Aun así, Hortensia dice que su actitud positiva contagia al resto de trabajadoras de su empresa, que ven que ella no va a desmoronarse. Un ejemplo para las mujeres autónomas que se hayan quedado en la misma situación que ella, con todo el negocio sumergido en el fango, los vestidos inservibles, cubiertos de lodo, pero con la voluntad de seguir luchando, intacta.

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