Dice mucho del clima actual el hecho de que la imagen en la que en 1999, Julia Roberts, al elevar el brazo para saludar durante el estreno de ‘Notting Hill’, dejaba ver el vello de su axila, siga siendo un caso casi excepcional en la alfombra roja. La propia actriz ha aclarado tiempo después que lejos de ser ese gesto una reivindicación, fue en realidad un error de cálculo, pues pensó que la manga era más larga de lo que realmente era. Sin embargo, la imagen se ha convertido en un referente a la hora de abordar el eterno debate acerca de la pertinencia o no de prescindir de la depilación.
Emma Corrin lo acaba de hacer en la portada de Harper’s Bazaar (aunque en realidad, ya posó dejando ver su vello en la axila en 2022 en Vogue), y por supuesto, las redes sociales han estallado. Es también sorprendente la forma en la que tantos de los comentarios que critican a Corrin olvidan que se identifica como una persona de género no binario, por lo que como señala en CNN la periodista Patricia Grisafi, al hablar de su cuerpo como si fuera el de una mujer, hace que pese a que el vello de sus axilas sea visible, su preferencia de género haya sido anulada. “Si las mujeres y las personas no binarias son percibidas de manera similar cuando se trata de vello corporal, ¿qué nos dice esto acerca de nuestros prejuicios como sociedad?”, se pregunta.
¿Es la depilación una decisión libre?
Otra pregunta es la de si realmente, depilarse es una elección libre, y la respuesta tendría que ir más allá del clásico “que cada persona haga lo que quiera”, pues no podemos olvidar que como dice María Barba, autora del ensayo ‘Depilación (Definitiva)’, lo que hacemos con nuestros cuerpos define el lugar que ocupamos en la sociedad. Por ello, en su escrito asegura que, en realidad, nadie se depila porque quiere. Por su parte, Bel Olid explica en ‘A contrapelo: O por qué romper el círculo de depilación, sumisión y autoodio’ cómo la mayoría de las mujeres de nuestra sociedad afirman que se depilan porque quieren, porque se sienten más atractivas o por motivos de higiene, aunque en realidad, esta decisión suele ser política. “El primer día que salí de casa en pantalón corto y con vello (mucho vello, muy largo) en las piernas, me sentí absolutamente vulnerable y eufórica. No sabía qué pasaría, pero estaba rompiendo una norma muy rígida. Una norma que había invertido horas, dinero, sudor y lágrimas en mantener. Me sentía orgullosa de mi decisión y, a la vez, ridícula por la pequeñez innegable del gesto”, escribe. “Había salido de casa creyendo que en ese momento por fin me escapaba de los mandatos de género y afirmaba definitivamente mi libertad de ser como era. Pero, en vez de eufórica y feliz, me sentía fea y avergonzada. El camino más importante, el de aceptarme de verdad como soy, no como un borrador de mi versión óptima, no entre comillas, no circunstancialmente porque mañana ya me depilaré, acababa de empezar. Y el vello de las piernas no era más que la punta del iceberg”, explica en su libro la autora.
La ilustradora Anastasia Bengoechea, conocida como Monstruo Espagueti, subió a sus redes sociales una imagen en la que mostraba el vello de su axila, una fotografía a la que acompaña el texto “El cabello de Sansón debía permanecer intacto, si no perdería toda su fuerza. Pero mientras dormía, Dalila le cortó el pelo y así acabó con su poder sobrehumano. Al parecer, del pasaje bíblico viene la creencia de que la cabellera larga es sinónimo de fortaleza”. Contactamos con ella para saber cuál fue la reacción… Desgraciadamente, los comentarios, repletos de odio, no se hicieron esperar. “Recibí tipo de mensajes, algunos bastante fuertes. Incluso mensajes privados con insultos. De todos modos, yo ya sabía que esto podía pasar al subir las fotos, porque tengo experiencia en redes. No me importa, pues la idea de incomodar no me desagrada en absoluto”, explica a Artículo14. Asegura que jamás se había planteado, hasta hace unos años, no depilarse, porque no conocía a ninguna mujer que no se depilara las axilas. “Empecé a verlo en amigas más jóvenes y me gustaba mucho. Un día decidí probar, y descubrí que, además, tengo mucho vello. Es curioso, porque desde que eres muy pequeña, cuando te empieza a salir vello, tienes que correr a quitártelo. Me hizo pensar en todas las veces de pequeña en que las me he avergonzado por tener que pedir un támpax o manchar los pantalones de regla… Incluso esos momentos en los que no hacías planes porque no estabas depilada. Siempre avergonzándonos de nuestro cuerpo, porque así nos lo hacen creer por todas partes”, asegura. “La cuestión clave aquí es que un hombre puede decidir si se depila o no. Es una decisión personal. Pero en nuestro caso, somos unas cerdas. Siempre el doble rasero con todo. El primer verano me daba algo de corte en el metro, pero ahora ya ni lo pienso”, dice.
Precisamente eso fue lo que señaló Carme Chaparro en la televisión cuando tras haberse viralizado unas imágenes en las que se apreciaba el vello de la axila de Irene Montero, Jesús López, del Partido Popular, ponía el grito en el cielo… Y en sus redes sociales. “¿Se imagina usted criticar a un hombre porque tiene pelo en las axilas? Pues, ¿por qué critica a una mujer? Las mujeres tenemos la costumbre de, además de ser inteligentes, tener pelo. Y no solo en la cabeza, también en las axilas. Algunas se depilan y otras no. ¿Y qué? ¿Se imagina usted criticando a un hombre por tener pelo en las axilas?”, sentenciaba la periodista en Cuatro al día.
Cada vez son más las celebs que convierten el vello en la axila en una decisión política. Es el caso de la modelo Emily Ratajkowski, que en Harper’ s Bazaar, escribía al respecto. “Si decido afeitarme las axilas o dejar que me crezca vello es cosa mía. Para mí, el vello corporal es otra oportunidad para que las mujeres ejerzan su derecho a decidir, una decisión basada en cómo quieren sentirse y las asociaciones que hacen con el hecho de tener o no tener vello corporal. En un día normal, me suele gustar afeitarme, pero en otras ocasiones, dejo que me crezca el vello porque es lo que me hace sentir más sexy”, dice.
Y es así cómo en 2024, lamentablemente, el debate acerca del vello sigue en voga. Ojalá pudiéramos pasar la cuchilla para depilar ese carácter crítico que siempre emerge cuando es el cuerpo de las mujeres el que se convierte en asunto de debate.