Crónica negra

El caso Laci: cuando la verdad detrás de un crimen es peor de lo que imaginabas

Una embarazada desaparecida en Nochebuena, una amante engañada y un lago para pescar son algunos de los ingredientes de este espantoso suceso

Scott y Laci eran dos jóvenes estudiantes universitarios. Poco tiempo después de que se conocieran se hicieron novios. Scott era guapo, encantador y atento. Con frecuencia enviaba a su amada flores, regalos y viajes. Era el hombre que todas las amigas querían tener y además su familia lo adoraba.

Se casaron siendo todavía estudiantes. Él tenía 25 años, ella 22. Tras graduarse, comenzaron a trabajar y pudieron comprarse una casa. Scott prosperaba en su trabajo de ventas de productos agroquímicos. Ella soñaba con una casa llena de niños, pero él se oponía al plan. Laci logró cambiar su postura y pronto llegó la noticia tan anhelada: estaba embarazada.

Cuando fueron juntos a la primera ecografía, Laci anotó en su diario: “El bebé tiene un latido fuerte. Siento una mezcla de emoción y alivio”. Ella deseaba que Scott compartiera su entusiasmo y conectara con el bebé. Cuando sintió por primera vez las patadas del pequeño, Laci escribió que su reacción le pareció fría, pero pensó que en el fondo, él también estaba emocionado. Creía en lo que quería creer.

En Navidad, Laci se encontraba ya en el octavo mes de gestación. Sabían que era un varón y tenían la habitación lista para su inminente llegada. La mañana del 24 de diciembre Scott salió a pescar y Laci a pasear con su perro; después irían juntos a comprar para la cena familiar. A Laci no se la volvió a ver con vida.

Esfumarse en Navidad

Cuando Scott regresó de su jornada de pesca se encontró al perro en el jardín, arrastrando la correa. Laci no estaba. Comió algo, se duchó, puso una lavadora y después llamó a su suegra para preguntar si su mujer estaba con ella. Respondió que no, a lo que Scott dijo:

—Entonces está desaparecida.

—¿Cómo que desaparecida? ¿A qué te refieres?

A partir de ese momento, comenzaron las llamadas desesperadas a las amigas de Laci y la búsqueda frenética por el vecindario. El padre denunció a la policía la desaparición de su hija.

La familia salió a buscarla por los senderos donde solía pasear con su mascota. La oscuridad caía y no podían evitar pensar en el camino resbaladizo, especialmente peligroso para una mujer embarazada. Esa misma noche, más familiares y amigos se unieron a la búsqueda. Preguntaron a los vecinos y llenaron las calles con carteles de Laci. La policía desplegó a sus efectivos, con perros adiestrados y helicópteros que peinaron la zona. El caso saltó a los medios: una embarazada desaparecida en Nochebuena era una noticia capaz de conmover a cualquiera.

Scott apareció en varios programas de televisión, rodeado de su familia política, quienes le apoyaban y se unían a su dolor. Afirmó que Laci podía haber sido secuestrada.

El testimonio de Scott

Los detectives fueron a la casa del matrimonio y encontraron a un Scott cooperativo pero imperturbable. Había sido el último en ver a Laci con vida así que su testimonio era importante. La policía se inquietó por varios detalles de su declaración. Dijo haber usado una caña para pescar, recién comprada, pero ésta seguía intacta en el paquete original. ¿Un simple olvido causado por el estrés? Además ofreció dos versiones sobre lo que hizo la mañana del día 24: a unos familiares les dijo que había estado jugando al golf, a otros pescando. No supo tampoco decir qué tipo de peces iba a pescar ni qué cebo utilizó.

Otro misterio: nadie sabía que Scott, unos días antes, había comprado una lanchita para pescar. Además, su actitud excesivamente calmada y no mostrando prisa por encontrar a su esposa despertaba sospechas. La madre de Laci le confrontó: “¿por qué no mencionaste el barco?” Scott respondió que era una sorpresa para su suegro. En el registro se encontró un arma, que tampoco la familia sabía que tenía.

Los compañeros de trabajo de Scott revelaron que había fabricado un “ancla” casera: un bloque de cemento con un asa de hierro pero sin cuerda. ¿Un ancla sin cuerda? En los alicates usados para tal fin hallaron cabellos. El ADN confirmó que era de Laci.

Tenía que haber una amante

Mientras tanto, el número de teléfono que la policía habilitó para recibir información sobre el caso recibió una explosiva llamada: una mujer que aseguraba ser la novia de Scott.

Se trataba de Amber, una joven de 27 años. “Conocí a Scott a través de una amiga. Me pareció guapo y encantador, me trataba como una princesa. Me dijo que estaba soltero y no quería tener hijos”. La relación prosperó hasta que un empleado de Scott se encontró con una amiga de Amber y le reveló que estaba casado. Amber le llamó de inmediato y él se presentó en su casa. Confesó que había mentido sobre su soltería, que en realidad había estado casado pero que su esposa había muerto. Esta sería su primera Navidad sin ella.

“Seguimos adelante con la relación y unas semanas después recibo una llamada de un amigo sobre la desaparición de Laci. Aunque Scott no salía en las fotos de la prensa, mi amigo estaba convencido de que se trataba de él”. Y efectivamente era Scott.

De vacaciones

Amber dió a la policía todos los detalles de la relación y no dudó en colaborar grabando las conversaciones telefónicas que todavía mantenía con Scott. Mientras éste buscaba a su mujer, a ella le contó que estaba de vacaciones en París. “Cariño, te llamo desde la Torre Eiffel. ¡Feliz año nuevo! Me encantaría que estuvieras conmigo”. Cuando nuevamente le confrontó, Scott confesó que había mentido de nuevo y que su esposa había desaparecido. “¿Cómo pudiste decirme que había fallecido días antes de que desapareciera?” Él no supo qué responder.

Ante las nuevas pruebas la policía llama a Scott a comisaría. Le enseña una foto con Amber en actitud cariñosa. “Ese no soy yo”. Los agentes no salían de su asombro.

Encuentran los cuerpos

Cuatro meses después de la desaparición de Laci, el caso dio un giro importante cuando se halló el cuerpo del bebé, aún con el cordón umbilical. Al día siguiente, fue encontrado el de su madre, Laci. Aparecieron en la orilla, a 5 kilómetros de donde Scott dijo haber estado pescando.

Scott fue arrestado en un campo de golf, donde declaró que se iba a encontrar con su padre para un encuentro deportivo. Llevaba 15.000 dólares en efectivo, 4 móviles, un equipo para acampar, viagra y la dirección de la casa de Amber. Se había teñido el cabello; la policía dedujo que planeaba huir, posiblemente hacia México.

El final

En noviembre de 2004, el jurado le declaró culpable de asesinato y cumple cadena perpetua. Ahora tiene 52 años y desde la cárcel recibe una gran cantidad de correo de admiradoras que incluyen propuestas de matrimonio. Richelle, miembro del jurado popular que le condenó, entre ellas.

Un primo de Laci manifestó que “recuerdo verlo en una vigilia por su esposa totalmente absorbido por el móvil. Scott la mató. Consigan que salga con nosotros y lo llevaremos a pescar en un viaje de ida”.

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