LA CONFESIÓN DE JUAN

El asesino de Mocejón: “No sé por qué lo hice… Se metían mucho conmigo”

El asesino confeso de Mateo no ha contado por qué lo mató, pero ha ubicado dónde tiró el cuchillo. Así le ha dado caza la Guardia Civil de Toledo en apenas 24 horas

Juan Pérez, asesino de Mocejón - Sociedad
Una fotografía de Juan Pérez, el asesino de Mocejón, tras ser capturado por la Guardia Civil Redes sociales

Como si lo viera a través de los ojos de otro, como en videojuego, así ha contado Juan -de 20 años- cómo recuerda el momento en que asesinó al pequeño Mateo de 11 años, de varias cuchilladas aún sin precisar y ante el espanto del resto de niños que se habían juntado para jugar al fútbol el pasado domingo, poco antes de las 10 de la mañana, en el polideportivo municipal de Mocejón, en Toledo.

Se lo ha confesado a los investigadores de la Policía Judicial de la Comandancia de Toledo que en apenas 24 horas lo tenían ubicado, tras montar un macro dispositivo en el pueblo y alrededores de la comarca de La Sagra. Lo que se ha denominado en los medios de comunicación ‘operación jaula’, policialmente es, al cierre de esta crónica, el punto y final a un operativo que ha contado con apoyo aéreo, subacuático y, sobre todo, terrestre. Incluso la Unidad Central Operativa, la UCO de la Guardia Civil, estaba activada por si acaso.

Este es el momento en el que buscaban el arma en los alrededores de la acequia

Este es el momento en el que buscaban el arma en los alrededores de la acequia

Una discapacidad del 70%

Atónito, su padre ha escuchado toda la confesión que su hijo ha hecho ante los investigadores en el salón de su casa. Un relato, por momentos inconexo, en el no ha explicado la motivación. “Seguramente ni sepa por qué lo hizo, aunque en el pueblo se metían mucho con él”, apuntó su padre al referenciar que Juan tiene una discapacidad intelectual del 70 por ciento. También ha asegurado que él no sabía nada, que no le había contado nada, pero que, horas después de cometer el crimen, su hijo se fue a casa de sus abuelos, que viven en una calle aledaña.

Las dos viviendas, la de su padre -en la que pasa también temporadas con su hermano de 16 años- y la de los abuelos maternos han sido registradas por la Guardia Civil durante la tarde de este lunes, en un dispositivo que ha sacado de la siesta a los vecinos de Mocejón. Muchos reconocen que se habían quedado durante la mañana encerrados en sus casas por temor a toparse con el asesino. La mayoría esperaba salir para la vigilia por Mateo, prevista ya al caer la tarde.

Con la puesta de sol, la Guardia Civil también concluía ayer el otro dispositivo crucial en estas últimas horas: la búsqueda del arma del crimen. Según ha confesado el autor, se trata de un cuchillo, aunque no consta si lo habría cogido de la cocina familiar. No ha facilitado ese dato. Pero sí ha ubicado un punto de la acequia cercana al polideportivo donde lo habría tirado en su huida. Durante tres horas, bajo un sol inclemente y un olor nauseabundo, cuatro agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil han peinado unos 30 metros de acequia, con detector de metal y palmo a palmo, removiendo el lodazal con las manos enguantadas, en busca de ese objeto punzante. También han removido el fondo con una grúa, sacando agua enfangada a paladas, sobre la que luego pasaban el detector. Sin éxito, sin que nada interesante para la investigación haya “pitado”.

Localizado por cámaras

Saben con certeza que Juan pasó por allí. Lo tienen localizado por las cámaras de vídeovigilancia, que registran su huida a cara descubierta. Porque no iba tapado, tampoco es rubio y, según ha confirmado su padre, no sabía conducir. La pista de un Ford Mondeo viejo de color gris también se descartó oficialmente antes de la detención. Con una investigación bajo secreto de sumario, la rumorología ha sido prolija. La realidad ha sido aún más contundente.

Ahora, todo queda en manos de la justicia. De momento, Juan ya ha pasado su primera noche en los calabozos de la Comandancia de Guardia Civil y tendrá que pasar a disposición judicial en las próximas horas ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Toledo. Al margen de si mantiene su testimonio ante la jueza, la Guardia Civil aportará las imágenes de las cámaras de seguridad, la geolocalización del teléfono móvil en una zona la del polideportivo llena de repetidores y el atestado del registro de la vivienda familiar, donde consta que hallaron la ropa que llevaba cuando atacó a Mateo: una camiseta blanca, sin manchas de sangre pero aún sin limpiar, que será debidamente analizada en el laboratorio.

La familia de Mateo, 48 horas después del momento más doloroso de sus vidas, guarda silencio. Cautos, como han sido desde el inicio del salvaje crimen, y sabiéndose arropados por todo Mocejón, que aún guardará dos días más de luto oficial por el pequeño de 11 años asesinado a puñaladas delante de sus amigos.