Desde su compra en octubre de 2022, Elon Musk ha estado en el ojo del huracán por su controvertida gestión de la red social X, anteriormente conocida como Twitter. La plataforma, antaño una especie de bastión para el debate público y el intercambio de ideas, se ha convertido en un campo minado de desinformación, con un número creciente de usuarios y anunciantes que abandonan el barco. La reciente entrevista de Donald Trump en X, repleta de afirmaciones falsas y teorías de conspiración, no solo ha exacerbado esta crisis, sino que ha puesto de manifiesto los peligros de la visión libertaria y laissez-faire de Musk respecto a la moderación de contenidos.
El binomio Musk-Trump ha logrado lo que parecía imposible: profundizar aún más la crisis existencial de X. La plataforma, que una vez fue un foro vibrante y dinámico, ahora se encuentra atrapada en un ciclo de autodestrucción, alimentado por la desinformación y la falta de una dirección clara.
Un giro radical en la política de moderación
El cambio más notorio en X bajo la dirección de Elon Musk ha sido la desmantelación de las políticas de moderación de contenido que habían sido establecidas para combatir la desinformación y el discurso de odio. Desde que Musk asumió el control, los equipos de moderación han sido reducidos drásticamente. De hecho, se ha fomentado una cultura de “libertad de expresión” casi absoluta. Si bien la libertad de expresión es un principio fundamental, en la práctica esto ha llevado a un incremento significativo en la cantidad de contenido problemático en la plataforma. Por no hablar del aumento de la pornografía descontrolada.
La situación ha alcanzado un nuevo punto álgido cuando Donald Trump fue entrevistado en X. El evento tuvo millones de espectadores. Durante la entrevista, el expresidente estadounidense hizo una serie de declaraciones falsas y engañosas, desde negar la validez de las elecciones de 2020 hasta promover teorías conspirativas sobre la pandemia de COVID-19. Lo más preocupante es que estas afirmaciones fueron difundidas sin ningún tipo de moderación o advertencia por parte de la plataforma. No importaba que fuesen bulos, mentiras o fake news: amparados en la libertad de expresión, los poderosos pueden hacer lo que quieran.
La tormenta perfecta: el binomio conformado por Elon Musk y Donald Trump
Elon Musk y Donald Trump comparten una relación peculiar que se ha ido fortaleciendo a lo largo de los años. Ambos son figuras controvertidas, polarizadoras, y profundamente influyentes. Musk ha elogiado a Trump en varias ocasiones. Y Trump ha sido un defensor vocal de las políticas empresariales de Musk. Esta relación ha sido clave para el reciente auge de desinformación en X. A fin de cuentas, la plataforma ha servido como un altavoz para las ideas y teorías del líder conservador. Sin ningún tipo de filtro.
La decisión de Elon Musk de permitir que Donald Trump regresara a la red social y tuviera un acceso casi ilimitado para compartir sus opiniones fue duramente criticada por expertos en tecnología y derechos digitales. Argumentan que esta libertad sin restricciones solo sirve para alimentar la polarización política y socavar la confianza en las instituciones democráticas. Desde la Unión Europea ya han advertido al dueño de SpaceX que vigilaran X con mucha atención.