En el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, la Guardia Civil ha incorporado a su flota 90 unidades del Skoda Enyaq 80X. Se trata de un SUV eléctrico financiado por los fondos europeos Next Generation. Con un coste de más de 4,6 millones de euros, cada vehículo tiene un valor de aproximadamente 51.000 euros. Estos nuevos coches de la Guardia Civil, equipados con un kit de patrulla y luces estroboscópicas azules, prometen mejorar la eficiencia y sostenibilidad de nuestros cuerpos de seguridad. Sin embargo, un pequeño detalle podría poner en jaque esta modernización: la colocación de las luces azules.
La Guardia Civil ha decidido apostar por la sostenibilidad con la incorporación de vehículos eléctricos a su flota. Los nuevos Skoda Enyaq 80X, con una potencia de 265 CV y una autonomía de 488 kilómetros, prometen ser una herramienta eficaz para el cuerpo de seguridad. Estos coches son ideales para las largas patrullas. A fin de cuentas, ofrecen un equilibrio perfecto entre rendimiento y autonomía.
La adquisición de estos vehículos ha sido posible gracias a la financiación de los fondos europeos Next Generation, destinados a mitigar los daños provocados por la pandemia de COVID-19. Esta inversión no solo impulsa la modernización de la Guardia Civil, sino que también fomenta la adopción de tecnologías más limpias y eficientes en el ámbito de la seguridad pública.
Recibidos 90 nuevos vehículos en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) financiado por la Unión Europea #NextGenerationEU
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— Guardia Civil (@guardiacivil) July 31, 2024
¿Por qué los nuevos coches de la Guardia Civil podrían ser “ilegales”?
A pesar de las buenas intenciones, hay un detalle en los nuevos coches que podría incumplir la normativa vigente. Según el Reglamento General de Vehículos, los coches de la Guardia Civil pueden llevar luces azules en el frontal del vehículo. Sin embargo, en las nuevas unidades de la Guardia Civil, las luces también se encuentran en los laterales. Eso no está contemplado en el reglamento. Este detalle podría requerir una modificación de la normativa o una reconfiguración de las luces para cumplir con la legalidad.
No es la primera vez que la Guardia Civil apuesta por vehículos eléctricos. Hace unos meses, se incorporaron 118 unidades del Renault Megane E-Tech, un coche eléctrico con 220 CV y una autonomía de 450 kilómetros. Además, la flota incluye 70 unidades del BMW X3 híbrido enchufable, cada uno con una autonomía eléctrica de 50 kilómetros y un coste de 57.000 euros por unidad.
Así son los Skoda Enyaq 80X que llevaran nuestros cuerpos de seguridad | Guardia Civil
La adopción de vehículos eléctricos por parte de la Guardia Civil supone un avance significativo hacia la modernización y la sostenibilidad del cuerpo de seguridad. Sin embargo, es crucial que todos los aspectos técnicos y normativos se aborden adecuadamente para garantizar que estos vehículos cumplan con todas las regulaciones y puedan operar de manera eficaz y legal.
La inclusión de luces estroboscópicas en los laterales de los nuevos coches de la Guardia Civil ha generado un debate sobre la adecuación de estos vehículos a la normativa vigente. Aunque estas luces mejoran la visibilidad y seguridad durante las patrullas, su colocación podría ser considerada “ilegal” según las regulaciones actuales. Este detalle subraya la necesidad de revisar y actualizar las normativas para adaptarlas a las nuevas tecnologías y necesidades operativas de los cuerpos de seguridad.