Hace tiempo que Demi Moore pasó a ser considerada una artista inmortal. El gran impacto que tuvo su figura en el cine de los años noventa, cuando protagonizó éxitos de taquilla como Ghost o Una proposición indecente la convirtieron en todo un referente de aquella década. Incluso, llegó a ser la artista mejor pagada de Hollywood. Su decisión de retirarse de los focos para cuidar a su familia llegando al año 2000, hizo que su nombre se fuera olvidando y, durante un tiempo, fue más conocida por ser la novia de Aston Kutcher que por su trabajo en el cine.
Pero Moore ha demostrado que el tiempo no le hace mella, y no nos referimos solo a lo físico, que todo llegará. En el último Festival de Cannes de 2024 la hemos vuelto a ver desfilar sobre la alfombra roja y no como una mera invitada. La actriz presentaba The Substance, su nuevo trabajo en el cine que parece poner el broche de oro a unos meses en los que también ha destacado por ser una de las protagonistas de la segunda temporada de Feud, en este caso, centrada en Truman Capote y sus ‘cisnes’, aquellas mujeres de la alta sociedad neoyorquina que frecuentaban al autor de A sangre fría.
Lo cierto es que Moore ha sabido ir, poco a poco, reivindicando de nuevo su trono como una de las celebrities más importantes del star system hollywoodiense. La que en un tiempo fuera conocida por sus caprichos y su apodo de Gimme more (‘dadme más’) ha regresado como un icono de estilo a la que los grandes de la moda intentan vestir.
Parte del éxito de este fulgurante regreso, en el que ha llegado a ser una de las modelos de pasarela de Fendi, como sucedió en 2021, pertenece a su estilista, Brad Goreski, que desde 2011 lleva colaborando con la estrella en la construcción de su personaje para el siglo XXI. Y no les ha ido nada mal. Él es el responsable del viraje estilístico de la artista. Abandonó su emblemático corte buzz y lo cambió por una larga melena negra. Y si en el cine de los 90 triunfó con el vestido de Thierry Mugler de Una proposición indecente, ahora es difícil saber con qué vestido quedarnos de todos los que luce en los eventos a los que acude como estrella destacada (porque su presencia siempre da que hablar). Solo en 2024 la hemos visto triunfar con opciones tan arriesgadas como el diseño de Schiaparelli que escogió en Cannes o el de Harris Reed con el que sorprendió en la MET Gala. Eso sí, su estilo, normalmente, no es tan arriesgado. Suele apostar más por vestidos ceñidos y elegantes, con cierta tendencia a la lentejuela o la pedrería, que firman casa como Giorgio Armani u Oscar de la Renta. Incluso se le ha visto acudir a los desfiles de Carolina Herrera. Ese día, dio toda una lección de estilo con un traje de cuadros en el que destacaba una capa al más puro estilo Balenciaga y un bolso con el mismo estampado del look.
Otra de las claves de estilo de la actriz son las joyas. Hemos descubierto con el paso del tiempo que Moore es una gran aficionada a ellas y no tiene problema en lucir espectaculares collares o generosos anillos.
Pero no solo impacta por su estilo. No podemos pasar por alto su espectacular físico. En Ghost conquistó al público por su candor, mientras que en Striptease la lio mayúscula mostrando todo sus encantos. Pasó así de ser una delicada “viuda” a una femme fatal haciendo piruetas en la barra.
Treinta años después de todas aquellas aventuras, sigue luciendo espectacular y en una envidiable forma. Con 61 años, reconoce que es una fanática de las hidratantes y que no consume nada de alcohol (en esto último seguro que algo ha tenido que ver también el abandono de sus malas costumbres). Además, es una de las clientas más conocidas de la experta en estética Terri Lawton, a la que acude de manera regular para conseguir el efecto glow que siempre luce en su cara. Aunque quizás lo que más sorprenda a cualquier mujer es su tratamiento más particular: aseguró recurrir de vez en cuando a sanguijuelas para que le chupen la sangre, un tratamiento cuestionado por muchos profesionales que ella afirma que le funciona.
Independientemente de todo esto, lo cierto es que Demi Moore ha protagonizado uno de los regresos más llamativos de los últimos años, algo que viene refrendado por los once minutos de ovación que logró hace unos días en Cannes y que, como ha reconocido el periodista Alberto Rey: “Ha demostrado que es mucho mejor actriz de lo que se piensa”. Todo hace pensar que nos quedan todavía muchos días de charlas sobre Moore, ya sea por el ejemplar apoyo que está dando a su exmarido, el actor Bruce Willis, retirado por su demencia frontotemporal, como por ser uno de los nombres que han empezado a sonar como candidata al Oscar. Será entonces, seguramente, cuando la actriz nos dé todavía más motivos para considerarla, tres décadas después de que se convirtiera en un icono, la nueva referencia de nuestra generación