Priscila Sánchez Correa pensaba cuando era niña en ser azafata. Hoy, día del desfile militar con motivo del Día de la Hispanidad, la piloto, instructora de vuelo y capitán Sánchez Correa verá cómo sus alumnos de la Academia General del Aire ponen en práctica el entrenamiento que llevan a sus espaldas en las últimas semanas. “Los veo preparados, han estado ensayando mucho”, nos cuenta la capitán en vísperas de la celebración.
La suya es una historia inesperada. En su cabeza no estaba ser piloto. “Yo de pequeña quería ser azafata. Con los años conocí a una y ella me dijo: ¿y por qué no te haces piloto? Y se me metió un poco la idea en la cabeza”, rememora. Lo relacionado con la aviación le resultaba llamativo, pero no se planteó la idea de la vía de las aerolíneas comerciales sino que la movió una idea de servicio. “La verdad es que me resultaba muy llamativo poder participar en misiones internacionales. En misiones de apoyo a las naciones para que prosperen, para que mejoren y en dar alguna ayuda a personas que en una situación complicada”, nos dice.
La presencia de mujeres
Desde hace dos años, está destinada en la Academia General del Aire. Ahora está a los mandos del Pilatus PC-21, un avión de reciente adquisición que sirve, sobre todo, para entrenar a los pilotos de las Fuerzas Armadas. “Al final, ser piloto militar da muchísimas cosas. Siento que es una profesión que llena mucho”, dice.
Le planteamos a la capitán Sánchez Correa por la minoritaria presencia de mujeres en el Ejército y nos responde con toda claridad que nunca se ha sentido menos que un hombre ni tampoco ha experimentado una desventaja. “El hecho de ser mujer no creo que haya sido un factor determinante en mi formación militar. Somos distintos hombres y mujeres, hay diferencias innegables, pero yo nunca lo he vivido como un impedimento, ni mucho menos”, asegura.
Está convencida de que la presencia femenina va a ir en aumento. Recuerda, de manera aproximada, que en su promoción había 3 mujeres entre un total de 60 y ahora esa proporción es más 10/60. “Lo digo de verdad, no por el hecho de ser mujer me ha costado más o menos. Cada uno destaca más en unas cosas o en otras, se le da mejor esto o lo otro. Ahora, en la Academia somos 4 mujeres piloto de unos 40. Todavía somos pocas, pero vamos a ser más”, dice, convencida.
Piloto y madre
Constata, por tanto, que va aumentando el número de de mujeres interesadas en esta profesión. ¿Hasta el punto de intuir la paridad? “Yo creo que va a seguir progresando el número de mujeres, pero quizás no con tanta rapidez, no tanto, no”, pronostica.
En todo caso, la capitán Sánchez Correa confía en poder alargar su periplo en la Academia del Aire. “A mí me gusta donde estoy e intentaré quedarme lo máximo“, dice. En este caso habla la piloto, pero también la madre porque tiene un niño pequeño de cuatro años y la Academia le proporciona una circunstancia más favorable para conciliar la vida familiar junto a su marido, también piloto.