El auge del true crime ha transformado no solo la forma en que consumimos contenido relacionado con el crimen, sino también la manera en que los casos judiciales son percibidos por la sociedad. El caso de Daniel Sancho, un joven español acusado de un crimen brutal en Tailandia, es un ejemplo paradigmático de cómo el interés popular por este género ha moldeado la cobertura mediática y, en consecuencia, la percepción pública del caso.
El caso de Daniel Sancho y su crimen en Tailandia
Daniel Sancho, hijo del reconocido actor español Rodolfo Sancho, fue acusado en agosto de 2023 de asesinar y desmembrar al cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta en Tailandia. El caso rápidamente se convirtió en un tema de interés nacional e internacional. No solo por la gravedad del crimen, sino también por la notoriedad de la familia Sancho. Desde el momento en que las noticias salieron a la luz, el caso fue cubierto por medios de comunicación de todo el mundo y atrajo la atención de millones de personas. Particularmente, aquellos fascinados por el género true crime.
La cobertura mediática del caso no solo se centró en los detalles macabros del crimen, sino también en la personalidad y antecedentes de Daniel Sancho. Era un intento por entender qué pudo haberlo llevado a cometer tal atrocidad. Esta narrativa ha sido alimentada por el interés del público en historias true crime. Un fenómeno que ha ganado una relevancia considerable en la última década.
¿Qué es el ‘true crime’? La inquietante pasión por los crímenes reales
El true crime es un género de no ficción que se enfoca en crímenes reales. Este género explora tanto los detalles de los delitos como las investigaciones y juicios subsecuentes. Aunque sus raíces se remontan a siglos atrás, con obras literarias que narraban crímenes famosos, el true crime ha experimentado un renacimiento moderno gracias a la proliferación de medios digitales y plataformas de streaming.
El true crime ‘The Jinx’, gracias al que se encarceló al asesino | HBO Max
Este género ha capturado la imaginación del público por su capacidad de ofrecer un vistazo a lo más oscuro de la naturaleza humana. Todo dentro del marco de hechos verídicos, por supuesto. Los consumidores de true crime buscan entender no solo los detalles del crimen, sino también los motivos psicológicos y sociales detrás de los actos criminales. A través de documentales, podcasts, libros y series de televisión, el true crime ha establecido una poderosa conexión con su audiencia, que busca tanto entretenerse como aprender y reflexionar acerca de la justicia y la moralidad.
El auge del ‘true crime’ en la era de las plataformas streaming
El ascenso meteórico del true crime está intrínsecamente ligado a la expansión de las plataformas de streaming, como Netflix, Hulu y Prime Video. Estos servicios han producido y distribuido una cantidad impresionante de contenido relacionado con el género. Desde documentales de gran éxito como Making a Murderer y The Staircase hasta podcasts influyentes como Serial. La accesibilidad y la calidad de estos contenidos han transformado el género en un fenómeno global.
Café con Netflix, una opción ideal para ser feliz | Pexels
La popularidad del true crime ha impulsado a las plataformas de streaming a invertir en producciones que no solo cuentan historias impactantes, sino que también las contextualizan dentro de un marco más amplio de análisis social y legal. Esta tendencia ha permitido a las audiencias participar en discusiones sobre la justicia, la culpabilidad y las fallas del sistema judicial. Temas que son tanto fascinantes como profundamente relevantes.
¿Cómo la pasión por el ‘true crime’ ha afectado la cobertura mediática del caso de Daniel Sancho?
El interés popular por el true crime ha tenido un impacto significativo en la cobertura mediática del caso de Daniel Sancho. Los medios han adoptado una narrativa que a menudo va más allá de los hechos básicos del caso. De hecho, explora teorías sobre la personalidad del asesino, su relación con la víctima y el posible curso de los acontecimientos que llevaron al crimen. Esta forma de cubrir noticias refleja una tendencia más amplia en la que los casos criminales reales son tratados como piezas de entretenimiento. Se empaquetan para satisfacer la demanda del público por historias de suspense y drama.
El tratamiento mediático del caso de Daniel Sancho también ha generado debates sobre la ética del true crime. Algunos argumentan que la cobertura sensacionalista puede interferir con el derecho a un juicio justo y que la constante exposición mediática puede influir en la percepción pública del acusado antes de que se dicte una sentencia. Otros sostienen que el género sirve un propósito social valioso al arrojar luz sobre las injusticias y alentar una mayor transparencia en los sistemas judiciales.
Daniel Sancho acompañado por la policía tailandesa tras su detención | EFE
En el caso de Daniel Sancho, la combinación de su notoriedad familiar y el morbo inherente al crimen han hecho que su historia sea un imán para los consumidores de true crime. Los detalles del caso han sido desmenuzados en foros online, podcasts y programas de televisión. Todo ello ha amplificado su visibilidad y ha influido en la narrativa pública. La pregunta que surge, entonces, es si esta fascinación por los crímenes está ayudando o perjudicando la búsqueda de justicia en casos reales como el de Daniel Sancho. Sea como sea, saldremos de dudas muy pronto: quedan horas para conocer la sentencia. Una vez sabido el veredicto, se acabó el caso.