Tras la muerte del Papa Francisco el debate de la sucesión se va a intensificar inevitablemente y, con él, se ponen en marcha todos los mecanismos que activan el proceso de selección del mayor representante de la Iglesia.
Se trata de un acontecimiento de gran relevancia para la Iglesia católica y el mundo entero. Al fallecer el Papa Francisco, el Colegio Cardenalicio es quien se encarga de elegir a su sucesor en un cónclave que sigue una tradición centenaria con estrictas normas. Repasamos las fases que se llevan a cabo en este proceso de selección.
Fase 1: La sede vacante
Cuando un Papa deja el cargo, ya sea por fallecimiento o renuncia (como ocurrió con Benedicto XVI en 2013), se declara la sede vacante, lo que significa que la Santa Sede queda sin pontífice. En este periodo, el gobierno de la Iglesia recae en el Colegio de Cardenales, liderado por el Camerlengo, quien se encarga de la administración de los bienes del Vaticano y la organización del cónclave.
Si el Papa ha fallecido, se celebran nueve días de luto (novendiales), durante los cuales se realizan misas en su memoria.
Fase 2: Convocatoria al cónclave
El decano del Colegio Cardenalicio convoca a los cardenales electores a Roma. Según la normativa vigente, solo pueden participar en la elección los cardenales menores de 80 años. Actualmente, el número máximo de cardenales con derecho a voto es 120.
El cónclave debe comenzar entre 15 y 20 días después de que se declare la sede vacante. Durante este tiempo, los cardenales mantienen reuniones llamadas congregaciones generales, donde discuten los retos de la Iglesia y los perfiles de los posibles candidatos.

Fase 3: Aislamiento y votaciones
El cónclave se celebra en la Capilla Sixtina, dentro del Vaticano. Los cardenales son completamente aislados del mundo exterior y tienen prohibido el uso de dispositivos electrónicos o cualquier forma de comunicación externa.
El proceso de votación es secreto y se realiza mediante papeletas. Para ser elegido Papa, un candidato debe obtener al menos dos tercios de los votos de los cardenales presentes. Se pueden realizar hasta cuatro votaciones al día, dos por la mañana y dos por la tarde.

Después de cada votación, las papeletas son quemadas en una estufa dentro de la Capilla Sixtina. Si no hay elección, se añade una sustancia química que hace que el humo sea negro, lo que indica que no se ha alcanzado un consenso. Cuando un candidato es elegido, las papeletas se queman sin sustancias, generando el característico humo blanco que anuncia al mundo la elección del nuevo Papa.
Fase 4: La aceptación y el anuncio al mundo
Una vez que un cardenal recibe los votos suficientes, el decano del Colegio Cardenalicio le pregunta si acepta su elección como Sumo Pontífice. Si acepta, elige un nombre papal y se convierte en el nuevo líder de la Iglesia católica.
Minutos después, el nuevo Papa es presentado ante los fieles en la Plaza de San Pedro con la famosa frase Habemus Papam pronunciada por el cardenal protodiácono. Posteriormente, el nuevo pontífice da su primera bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la Basílica de San Pedro.

¿Quiénes suenan como posibles sucesores del Papa Francisco?
En caso de que se convoque un cónclave, algunos de los cardenales que suenan con fuerza para suceder al Papa Francisco, que ha fallecido este lunes, incluyen al cardenal italiano Matteo Zuppi, al secretario de Estado vaticano Pietro Parolin, y a algunos representantes de América Latina y África que podrían continuar con la línea de apertura e inclusión del actual pontificado.
También han sonado cardenales españoles como el cardenal Juan José Omella, Luis Francisco Ladaria o Antonio Cañizares.
El proceso de elección del Papa es un evento histórico que combina tradición, espiritualidad y decisiones estratégicas para el futuro de la Iglesia. En un posible cónclave, los cardenales electores tendrán la tarea de elegir a un líder que guíe a los más de 1.300 millones de católicos en todo el mundo.