Haber ganado un premio en la Lotería de Navidad, sobre todo cuando no es el Gordo o alguno de los primeros, puede parecer un golpe de fortuna sin demasiado impacto en la capacidad económica. Para aquellos afortunados que eligieron el 72.480 como su número para el sorteo de este año, la duda está más en cómo invertir correctamente los 400.000 euros (360.000 después de pasar por Hacienda) que les ha llovido este domingo del cielo. Para los demás, aunque las opciones son más limitadas, aún hay muchas oportunidades, pero la forma de comportarse varía severamente según el género del premiado.
Un reciente estudio, elaborado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), analiza “cómo ha afectado la obtención de premios procedentes del juego y la lotería en España al comportamiento de los ganadores y sus parejas” y, desde una perspectiva de género, los resultados muestran cómo las mujeres, particularmente las solteras sin hijos, responden de forma única ante un incremento súbito de su riqueza.
El informe Algo más que “tapar agujeros”: efectos de los premios sobre algunas decisiones económicas y personales de los españoles destaca que, aunque los hombres y las mujeres comparten ciertos patrones de comportamiento, son ellas quienes, ante la obtención de un premio, presentan reacciones más pronunciadas en sus decisiones laborales y personales.
Trabajar menos: un fenómeno concentrado en mujeres sin cargas familiares
El estudio centra su análisis en los microdatos del Panel de Hogares del Ministerio de Hacienda (2016-2021). Uno de los hallazgos más llamativos que el informe extrae de la base de datos es que las mujeres que ganan un premio reducen más su oferta laboral que los hombres. Este fenómeno es aún más significativo si no están casadas y no tienen hijos
El estudio utiliza dos variables, la reducción de horas trabajadas una vez conseguido un premio (conocido como margen intensivo) o incluso la decisión de abandonar el mercado laboral (margen extensivo). Los premios impactan en estos márgenes con según va aumentando su cuantía, concretamente un 1,66% en el margen intensivo y 0,77% en el extensivo por cada 100.000 euros de premio. Esto se traduce en que apenas un 3% de los poseedores de un décimo premiado con el Gordo abandona su trabajo, y un 6% reduce su jornada laboral.
Ganar un premio en la lotería anima relativamente a las personas asalariadas a dejar de trabajar, especialmente si su empleo es su principal fuente de ingresos. Pero el sector en el que esa posibilidad se valora más es en el caso de las mujeres sin hijos cerca de la edad de jubilación y con poca renta. Los autores del informe sugieren que el premio actúa como sustituto de la fuente principal de ingresos de estas mujeres. Al tratarse de una renta exógena, el dinero ganado ofrece la posibilidad de aliviar tensiones económicas o replantear prioridades personales, como dedicar más tiempo a otros aspectos de la vida.
Curiosamente, este efecto no es homogéneo entre todos los grupos de población. Los hombres premiados con ingresos elevados y cargas familiares tienden a emprender negocios, un patrón que no se observa con igual fuerza entre las mujeres.
Además de la respuesta en el ámbito laboral, el informe aborda cómo los premios inciden en la vida personal. Mientras que ganar dinero puede incentivar a los hombres a tomar decisiones como el matrimonio o emprender un negocio, en el caso de las mujeres el efecto es más moderado. Los premios apenas tienen influencia tampoco para decidirse a tener hijos. Las solteras pueden verse beneficiadas por un incremento de recursos, pero el efecto en la estabilidad familiar es prácticamente nulo.
La prioridad es la vivienda
Respecto al uso que se le de premio, el estudio refleja que la vivienda es la opción favorita tanto para los hombres como para las mujeres. La principal inversión de la mayoría de los premiados va destinada a saldar deudas de la vivienda habitual o a adquirir una segunda residencia, tanto como para vivir en ella como activo para el futuro. El informe explica que la inversión en activos financieros es bastante inmediata y, excepto para los fondos de inversión, se agota los primeros años; mientras que la inversión en inmuebles requiere su tiempo y sigue presente varios años después del premio.
El estudio refleja además que las mujeres valoran el ahorro por encima de los hombres, más centrados en la inversión. Las españolas no concentran sus recursos especialmente en el consumo inmediato, sino que muchas optan por destinar el dinero a cancelar deudas, sobre todo aquellas relacionadas con la vivienda habitual, o invertir en activos financieros como fondos de inversión. Esta tendencia, según los autores del informe, sugiere que las premiadas adoptan un comportamiento más conservador y orientado al largo plazo, priorizando la estabilidad financiera frente a decisiones de riesgo.