La conciliación del trabajo de y la vida familiar de padres y madres puede resultar en ocasiones peor que un puzle. Una pareja recientemente narraba su experiencia a esta periodista: organizaron sus respectivas bajas para que uno cuidara del bebé y el otro pudiera volver a trabajar. Su plan es a un año, ellos aprovecharán sus bajas y lo juntarán con sus vacaciones para poder cuidar del pequeño, pero se han dado cuenta de que, durante ese tiempo, no podrán pasar más de un fin de semana los tres juntos.
El objetivo de la conciliación puede resultar una quimera, pero en Galicia, la Xunta ha puesto en marcha un programa innovador que acerca a la realidad la convivencia laboral y familiar. Las Casas Nido representan un modelo de atención a la infancia adaptado a las necesidades de los ayuntamientos rurales en Galicia. Este enfoque surge como una solución a la falta de viabilidad de los modelos tradicionales de servicios de atención a la primera infancia en áreas con baja densidad poblacional.
Un máximo de cinco niños por casa
De acuerdo con la página oficial de la Xunta, las Casas Nido están diseñadas para atender a niños de cero a tres años en entornos rurales. Este servicio es proporcionado por profesionales autónomos o cooperativas de trabajo asociado, y puede llevarse a cabo en el domicilio del titular del servicio o en un local específicamente acondicionado para este propósito. La infraestructura de las Casas Nido debe cumplir con los requisitos establecidos en las bases de la convocatoria, garantizando un entorno seguro y adecuado para los menores.
Estas casas ofrecen una atención integral y personalizada a un máximo de cinco niños, combinando rutinas diarias de sueño, comida e higiene con actividades específicas adaptadas a las características individuales de cada niño. Este enfoque flexible promueve un desarrollo integral en los planos físico, motor, emocional, afectivo, social y cognitivo, trabajando en estrecha colaboración con las familias.
El servicio es gratuito y se ofrece de lunes a viernes durante todo el año, exceptuando los días festivos y un mes de vacaciones anual. Las familias pueden llevar a sus hijos hasta un máximo de ocho horas diarias, en un horario flexible pactado con el profesional a cargo. Además, se incluye un servicio de cocina donde se preparan los alimentos aportados diariamente por las familias.
Un encuentro entre dos generaciones casi opuestas
Pero la conciliación no solamente se trata de cuidar a los menores, también es importante hablar de los mayores, quienes también necesitan cuidados específicos. En Aranga (A Coruña), se dio una pionera iniciativa de juntar dos generaciones.
Una de las casas funciona como Casa Nido. En “la parte izquierda”, una educadora se encargaba de cuidar a cinco niños. Mientras que en “la parte derecha” vivían cinco mujeres mayores de 85 años.
Después de hacer sus respectivas actividades por la mañana, las dos puertas se juntaban para interactuar entre ellos. La convivencia fue tan positiva, que se regalaban manualidades y paseaban juntos, según recogió un reportaje de La Voz de Galicia. Una convivencia pionera, que sirve para ambos lados.
Requisitos de admisión
Para inscribir a un niño en una Casa Nido, este debe estar empadronado en el ayuntamiento donde se ubica la casa o en uno limítrofe que carezca de recursos de atención infantil. Asimismo, se debe acreditar el cumplimiento del calendario de vacunación infantil del Programa gallego de vacunación. Los interesados deben dirigirse al titular del servicio para informarse sobre los plazos de presentación de solicitudes y la documentación requerida para cada curso.
Las Casas Nido en Galicia representan una alternativa innovadora y efectiva para la atención a la primera infancia en entornos rurales. Este modelo no solo garantiza el cuidado y desarrollo integral de los niños, sino que también fortalece el vínculo entre las familias y los profesionales, contribuyendo al bienestar de la comunidad.
