La DANA que ha descargado el pasado martes en la Comunidad Valenciana, y muy especialmente en la provincia de Valencia, ha provocado miles de damnificados y más de 161 personas fallecidas. Algunas de las zonas más afectadas por las trombas de agua en la diócesis de Valencia son Utiel-Requena, la Hoya de Buñol, l’Horta de Valencia y La Ribera.
Las familias que lo han perdido todo enfrentan ahora la dura tarea de recomponer sus vidas y volver a su día a día, y aquí entra en juego Cáritas, el organismo oficial de la Iglesia para coordinar, orientar y promover la acción caritativa y social. “Estamos viviendo un poco de todo. Es una mezcla de emociones: estamos abrumados y llenos de tristeza, pero también muy conmocionados por la solidaridad de la gente, a la vez que tomamos conciencia de lo que hemos vivido y no dejamos de sentirnos algo impotentes”. Aurora Aranda, directora de Cáritas Valencia, atiende a Artículo14 desde el epicentro de la tragedia.
Aurora Aranda relata que aunque están “al pie del cañón”, siguen muy pendientes de cuál es la mejor forma (y el mejor momento) de ayudar. “¿Qué podemos aportar nosotros en esta situación y cómo podemos estar cerca de la gente que lo necesita?”, se pregunta. A los más de 5.000 voluntarios que Cáritas tiene en Valencia se suma una turba nueva de voluntarios deseando arrimar el hombro. “En este momento, este tipo de emergencias reclama pequeños pasos, y según avanza la situación la emergencia va modificándose. En las primeras 48 horas nos hemos centrado en abrir una cuenta de emergencia (para canalizar la solidaridad de la gente, que está siendo abrumadora), porque más adelante va a ser muy necesaria la aportación económica. Las emergencias tienen en cuenta el corto y el medio plazo, pero Cáritas trabaja muy a largo plaza”, destaca.
Cáritas se ha convertido, ante todo, en un epicentro de organización. “Lo que estamos haciendo es recoger, no sólo de forma física, sino organizativa, a nivel de empresas, asociaciones, entidades, particulares y voluntarios, todos los ofrecimientos de ayuda, sean del tipo que sean. Nosotros estamos coordinando, sistematizándolo todo, preparándonos para el momento en que podamos ponerlo en marcha”. Porque como relata Aurora Aranda, de momento los servicios de emergencia y el Gobierno han pedido que todo sea encauzado por ellos.
“La tercera línea de trabajo es el contacto permanente con todos los grupos en todas las poblaciones con inundaciones. Gracias a nuestros voluntarios de Cáritas –con algunos hemos contactado hace poco porque las comunicaciones están siendo complicadas– hemos podido llegar, de forma capilar, a todas partes. Ahora estamos estableciendo prioridades, porque en estos momentos es imposible poder acceder y se siguen rescatando cadáveres. Los equipos de emergencia recomiendan que esperemos un poco y no organicemos dispositivos, porque las carreteras están impracticables, hay zonas destrozadas, y los movimientos de la gente están imposibilitando el acceso de los equipos de rescate”.
“Tenemos que esperar a que se liberen las vías de acceso”
“Esperamos que se pueda ajustar un poco la ayuda: tenemos que esperar a que se liberen las vías de acceso y entonces podremos poner en marcha la ayuda en tareas de limpieza, aprovisionamiento de recursos, ropa y alimentos, y una parte muy especial para nosotros que es la presencia”, destacan desde Cáritas Valencia. Desde la dirección, como sucede con Cáritas en toda España, no sólo se encargan de ropa y alimentos, sino de proporcionar “apoyo emocional, apoyo espiritual, apoyo psicológico… Estar allí, acompañar, dar un abrazo y tender una mano a todos”. Según Aranda, sus propios voluntarios son víctimas de las inundaciones, y algunos han perdido a familiares, posesiones y seres queridos.
“El ejercicio de la responsabilidad para nosotros es tenerlo todo preparado para cuando nos digan ‘adelante'”, continúan desde la dirección, que quieren destacar la solidaridad sin límites que han presenciado: “En las primeras 24 horas perfectamente podemos hablar de más de mil personas individuales que, fuera de entidades concretas, se han ofrecido a colaborar, incluso desde fuera de España, además de los 5.000 voluntarios con los que ya contábamos, que están a al espera, de punta a punta, de Sagunto hasta Alicante, elaborando los listados de las personas que se están ofreciendo a ayudar y asignando a cada una a un grupo de voluntarios. Emociona y te hace creer en la solidaridad. Somos una sociedad muy generosa y muy comprometida”, concluye.
Desde otras oficinas de Cáritas a lo largo de la Comunidad Valenciana explican cómo se están centrando en organizarse a nivel parroquial, recopilando las necesidades por un lado, para poder priorizar qué es lo más importante y urgente, y al mismo tiempo recogiendo cientos o miles de llamadas, ofrecimientos, sugerencias, propuestas… de personas que quieren colaborar como voluntarios y económicamente. Lo que demandó de nosotros el Ayuntamiento fue eso, así que nos hemos orientado al trabajo más directo”, explica Olivia Pérez, jefa de comunicación.
“Seguimos sin poder movernos, sin poder visitar a nadie, pero acompañando telefónicamente a quien se puede. Hemos abierto una campaña de emergencia para recoger fondos para las personas damnificadas, y también nos hemos desplazado para dar apoyo a la l’Alquería y en la Petxina, donde 600 personas han pasado la noche. Pero nuestro trabajo está en las Caritas parroquiales, sobre todo en Utiel, Requena, Alfafar y Torrent”, añaden.
Desde Cáritas explican que hay muchos sacerdotes colaborando, además de los voluntarios de Cáritas. “Pensamos que ahora en este primer momento las administraciones y los servicios de emergencia son los que tienen que organizar las ayudas, pero después entraremos desde las Cáritas parroquiales”, concluyen. En total, cuentan con 130 trabajadores en 426 oficinas de Cáritas en toda la diócesis, que es enorme. “Lo mejor que tenemos es nuestra capilaridad: estamos en todas partes”.