Estamos aún en febrero, pero aún así es el momento de mirar un poco más allá y repasar lo que nos va a deparar el 2025 en lo que refiere a uno de los temas que más disputan nos crea como sociedad. No es otro que el cambio de hora, pues este año, y como es habitual, va a haber dos días en los que nos toque o bien adelantar una hora nuestros relojes o bien atrasarlos. Este movimiento, que sobre el papel busca el ahorro energético, se lleva haciendo muchos años, sin embargo, han pasado ya seis de que se aprobó su final, algo que no se ha podido llevar a cabo porque no se ha llegado a un acuerdo entre los países implicados.
Subir o bajar una hora hace que en invierno tengamos mucha menos luz por la tarde, aunque por el contrario permite que amanezca antes. Pero en verano es lo contrario, y al adelantarse una hora los relojes tenemos una hora más de sol por la tarde, pese a que este salga un pelín más tarde por la mañana. Pues de cara a este año ya se conocen las fechas en las que se van a llevar a cabo estos movimientos horarios.
Los cambios de hora de 2025
El Boletín Oficial del Estado ha publicado las fechas para el cambio de hora en 2025: que serán por un lado el 30 de marzo de 2025, cuando vamos a tener que adelantar una hora el reloj para entrar al horario de verano, y el 26 de octubre de 2025 se retrasará una hora para el horario de invierno.
Este cambio de hora de verano se realiza a las 02.00 horas del horario oficial peninsular, cuando los españoles tendrán que adelantar el reloj a las 03.00 horas, por lo que ese día tendrá 23 horas de duración, una hora menos. Este pequeño salto adelante nos acompaña hasta el último domingo de octubre, cuando el horario de invierno volverá a estar en nuestra vidas, pero esa vez en lugar de adelantarlo, tendremos que atrasarlo, lo que nos hará tener, como compensación a lo antes mencionado, un día de 25 horas.
Los beneficios de estos cambios de hora
Pese a las tremendas críticas que recibe cada año este cambio de hora, realmente tiene una explicación, puesto que este horario trae consigo un beneficio para nuestro bolsillo, el cual se debe al ahorro energético en nuestros hogares. Sin embargo, no todo es ahorro, ya que nuestro cuerpo podría sentirse un poco confuso tras este cambio. Los problemas que nos genera el perder una hora de sueño pueden tener efectos negativos como el insomnio o una mayor irritabilidad. Para combatir estos pequeños trastornos, siempre es recomendable seguir rutinas regulares, intentar usar siempre luz natural para aprovechar el día tanto como sea posible, y mantenernos activos.
Aunque con este cambio de hora eso se complica, ya que implica levantarse antes y a la vez hace que sea mucho más difícil de compaginar con el sol, ya que es muy probable que todas las horas en las que está fuera y disponemos de luz solar sean las mismas en las que el grueso de la población está en sus puestos de trabajo. Mientras que en verano se facilita mucho más, ya que anoche mucho más tarde.