Fenómeno global

Bebés hiperrealistas: el consuelo que no llora y siempre duerme

Se trata de obras de arte hiperrealistas creadas para imitar con todo detalle la apariencia de un recién nacido. "No reemplazan a un bebé real, pero pueden ofrecer una sensación de consuelo", señalan los expertos

MADRID, 23/11/2024.- Muñecos exhibidos dentro de la 15ª edición de la feria ‘Dolls and Reborn International Show’, con cientos de muñecos bebés hiperrealistas, considerados como piezas de colección, este sábado en Madrid. EFE/ J.J. Guillén

En el salón de su casa, una mujer acurruca en brazos a un bebé que aparentar estar profundamente dormido. Sus mejillas, de un delicado tono rosado, parecen llenas de vida. De fondo suena una nana infantil. A simple vista, cualquiera podría pensar que se trata de un bebé recién nacido, pero este “bebé” no es humano: es un muñeco reborn, una obra de arte hiperrealista creada para imitar con todo detalle la apariencia de un recién nacido.

Los muñecos reborn son un fenómeno global. Según datos de Doll Magazine, una publicación especializada en muñecas, la industria de los muñecos hiperrealistas generó más de 1.000 millones de dólares en 2022, y se prevé un crecimiento anual del 10% durante los próximos cinco años.

En países como Polonia, donde la tasa de natalidad se encuentra entre las más bajas de Europa (menos de 1.3 hijos por mujer en 2023), las ventas se han disparado. Allí se ha generado una comunidad de coleccionistas y compradores que ven en estos muñecos una forma de expresar su deseo de cuidado y ternura, incluso entre aquellos que no han tenido hijos. En España, el negocio también está en plena expansión. Según datos de ferias y eventos especializados, las ventas de estos muñecos han crecido un 30% en algunas regiones del país, con precios que oscilan entre los 200 y 3.000 euros por unidad, dependiendo del nivel de personalización y los materiales utilizados.

Los muñecos se fabrican de forma artesanal utilizando vinilo y silicona, materiales que permiten un acabado realista. Cada detalle, incluidas las venas, se pinta meticulosamente a mano, mientras que el cabello y las pestañas se implantan uno a uno para lograr un aspecto auténtico. Pero, ¿quiénes compran estos bebés hiperrealistas? “El perfil de mis clientas es muy variado. Predominan las mujeres en duelo que no han podido ser madres, pero también hay profesionales que los utilizan en terapias, coleccionistas e incluso productores de cine, televisión y teatro”, explica Tamara Aldama, fundadora de Cachitos Reborn, una de las pioneras en la fabricación de estos muñecos en España.

Muñecos exhibidos dentro de la 15ª edición de la feria Dolls and Reborn International Show en Madrid.

Aldama cuenta que, para muchas mujeres que han perdido a sus hijos, ya sea durante el embarazo o en la infancia, los muñecos reborn ofrecen una forma de procesar su dolor y llenar el vacío emocional. “Cuando lo tienes en brazos, lo entiendes. Es una sensación de calma y paz. Te dan ganas de acunarlo, de cambiarle la ropa. Al final, es cuidar algo que no tiene vida, pero que despierta emociones. Es la tranquilidad de sentir que tienes un bebé, pero sin asumir las responsabilidades de la maternidad”, reflexiona la artista.

La Dra. Mónica Moreno, psicóloga especializada en duelo y apego, señala que las personas que adquieren muñecos reborn suelen compartir ciertos patrones emocionales. “Muchas de estas mujeres han experimentado una pérdida significativa, como la muerte de un hijo o la imposibilidad de tener hijos debido a problemas de fertilidad. Los reborn no reemplazan a un bebé real, pero pueden ofrecer una sensación de consuelo en momentos de soledad extrema”, apunta. Según Moreno, el acto de cuidar a un muñeco reborn puede tener un efecto terapéutico para quienes enfrentan un duelo. “Las tareas asociadas con el cuidado, como vestirlos, acunarlos o incluso hablarles, ayudan a canalizar emociones intensas. Esto no sustituye un proceso terapéutico formal, pero para algunas mujeres puede ser un puente hacia la aceptación de la pérdida“.

“No sólo son mujeres que han perdido a un bebé”, explica Aldama. “Recuerdo a un hombre que nació junto a su gemelo, pero fueron separados al nacer, y le dijeron que su hermano había muerto. Vino con una foto de su infancia y me pidió que recreara al bebé lo más parecido posible, con una marca de nacimiento que, según su madre, había tenido su hermano. Ese detalle lo hacía único. Se lo regaló a su madre, y fue un momento profundamente emotivo”, relata.

Uno de los muñecos exhibidos dentro de la 15ª edición de la feria Dolls and Reborn International Show en Madrid.

En paralelo, en Instragram y TikTok, han surgido cientos de comunidades virtuales donde se comparten las “rutinas” diarias de los muñecos reborn. En estos espacios, algunas mujeres muestran cómo los pasean en cochecitos, los alimentan simbólicamente e incluso los llevan a sesiones de fotografía profesional. Este fenómeno no está exento de controversia. Algunas voces críticas señalan que la hiperrealidad de estos muñecos podría, en ciertos casos, fomentar el aislamiento emocional en lugar de promover la superación del duelo. “Cuando un reborn se convierte en una herramienta para evitar enfrentar el dolor, puede transformarse en un problema. El duelo es un proceso complejo y profundamente personal, pero afrontarlo con apoyo especializado marca la diferencia entre una recuperación saludable y un apego poco funcional”, advierte la Dra. Moreno. Y concluye: “Lo importante es que las personas comprendan la naturaleza de su relación con el muñeco. Si se utiliza como un puente hacia la aceptación, puede ser un componente válido en un proceso de sanación”.

Con los reborn, eso sí, las noches son tranquilas, no traen virus a casa, no desploman nuestro sueldo con guarderías más caras que algunas hipotecas, y te libran de la sentencia de pasar las tardes en el parque.